Tras un rebote de más de 13.0% en el 2021, la economía peruana perderá impulso en el 2022 y se expandiría alrededor de 3.0%. Si bien la resiliencia del consumo privado y el aún favorable contexto externo le darán soporte al crecimiento, la contracción de la inversión privada —producto del alto riesgo político— le restará dinamismo.
Sin embargo, el mayor reto será impulsar la recuperación de las expectativas de los inversionistas, en medio de un contexto en que el Gobierno ha creado un entorno adverso para atraer nuevas inversiones, lo cual podría impedir que el dinamismo reciente de la actividad económica se sostenga durante los próximos años. ¿Cuáles son los principales riesgos para el crecimiento este año?
Deterioro de las condiciones
El repunte de la inflación en las economías avanzadas supera en intensidad y duración a las expectativas del mercado. De hecho, la Fed considera que el término “transitorio” no se ajusta al proceso que está experimentando la economía y adelanta la retirada de estímulos.
El tapering se acelera y la compra de activos quedará finalizada en marzo, lo que abre la puerta a la subida de tasas de interés. Hoy se esperan tres alzas de la tasa de referencia y otras tres en el 2023. “Incluso podríamos ver subidas adicionales si las presiones inflacionarias no terminan de suavizarse, el mercado laboral sigue mejorando y los mercados resisten el endurecimiento de las condiciones financieras”, apunta Luis Falen, head de Macroeconomía de Inteligo.
El economista explica que el incremento de las tasas de interés podría endurecer las condiciones financieras para las economías emergentes, generando salidas de capitales y presiones depreciatorias de las monedas locales frente al dólar, más aún en un contexto en donde se ha observado un deterioro de las finanzas públicas y gran parte de la deuda corporativa se toma en moneda extranjera.
Sin embargo, la subida de tasas de la Fed en el 2022 encontraría a las economías emergentes preparadas en lo monetario, luego de que 13 de 25 bancos centrales de los mercados emergentes ya hayan comenzado a adelantarse para compensar la alta inflación y las bajas tasas reales de interés. Así, podrán tener los márgenes de maniobra necesarios para ejecutar políticas monetarias expansivas.
En el caso de Perú, durante los últimos seis meses, el BCR ha incrementado de manera inusual su tasa de referencia: en 25pbs en agosto del 2021, en 50pbs a partir de setiembre del año pasado y en 50 pbs en febrero. Así, este ajuste acumulado ubica a la tasa de política en el nivel de 3.5%.
“Si bien con estas medidas el BCR busca anclar las expectativas de inflación y detener su tendencia alcista, se corre el riesgo de que la posición de política monetaria deje de ser expansiva —y pase más bien a ser contractiva— con el fin de contener a la inflación”, dice Falen.
Menor crecimiento de China
La economía china continúa desacelerándose. Su PBI creció 4.0% en el último trimestre del año pasado, su menor ritmo en 18 meses. Los principales factores que explican están ralentización son la acumulación de altos niveles de deuda privada no financiera (157% del PBI), el menor impulso crediticio, los problemas en el sector inmobiliario, la política de tolerancia cero contra la pandemia y la mayor regulación en diversas industrias (educación, comercio digital y transporte urbano).
Por otro lado, la crisis de la inmobiliaria china Evergrande es un riesgo a mediano plazo, pese a que el gobierno ha ayudado con un desapalancamiento ordenado. De hecho, aún no hay cuenta del impacto futuro que tendrá. No solo porque es una cantidad millonaria (obligaciones de pago por US$ 300,000 millones), sino porque posiblemente influya en el dinamismo del sector construcción en China.
“El menor crecimiento de China tiene un impacto sobre la economía peruana a través del canal de los términos de intercambio. Un menor dinamismo de China afecta los precios de nuestros principales metales de exportación”, explica Falen. En el Perú, más del 70% de las exportaciones son de productos tradicionales y más del 50% son de productos mineros.
Dentro de los productos mineros, el cobre representa más del 40% de las exportaciones mineras. En consecuencia, en esta estructura económica con exportaciones poco diversificadas, los movimientos en los términos de intercambio constituyen choques externos que pueden modificar el rumbo de la economía. Se estima que las variaciones en los términos de intercambio en el Perú explican hasta el 70% de la alteración del PBI.
Evolución de la pandemia
Un riesgo adicional es la expansión de los contagios por nuevas variantes del virus y demoras en la distribución de las vacunas. La mayor transmisibilidad de la variante ómicron, así como la aparición de variantes y expansión de las existentes, podrían generar nuevas medidas de confinamiento, especialmente en los países en donde la vacunación contra la Covid-19 ha avanzado a un ritmo lento.
Los contagios globales registran nuevos máximos, con más de 3.5 millones de contagios diarios a nivel global. El aumento sostenido en los contagios está llevando a algunos países a aumentar las medidas restrictivas, aunque otros, como España, se encuentran debatiendo si ya es momento de catalogar al Covid-19 como endemia.
En el Perú la variante ómicron tiene hoy predominancia en todas las regiones. En el 2021 el país superó el 80% de cobertura de población objetivo (mayores a 12 años) vacunada contra el Covid-19 con las dos dosis. “El reto será impulsar la vacunación y promover la tercera dosis para los ya vacunados”, señala Falen.
Inestabilidad política
Tanto el Congreso como el Poder Ejecutivo aún mantienen una agenda intervencionista a nivel sectorial. De hecho, existen ciertos cambios regulatorios claves que el Poder Ejecutivo puede implementar directamente, como el incremento del salario mínimo y el endurecimiento de la fiscalización en temas laborales y en empresas reguladas.
Asimismo, el Congreso buscaría impulsar su propia agenda regulatoria este año, enfocada en el retroceso de la reforma universitaria, el endurecimiento de la regulación laboral y un nuevo retiro extraordinario de los fondos privados de pensiones. Así, a pesar del menor riesgo de cambios al modelo económico, el riesgo sectorial continuaría desincentivando a la inversión privada.
En comparación con los gabinetes de los últimos Gobiernos, los de Pedro Castillo cuentan con una menor cantidad de ministros que han ocupado altos cargos públicos en el pasado. A esto se suman los cambios en muchas de las direcciones dentro de los ministerios, las cuales suelen tener una menor rotación que los ministros, viceministros y asesores. Esto podría frenar la continuidad de la capacidad técnica e impactar negativamente sobre la inversión pública.
Además, en un contexto de alta incertidumbre política, no se puede descartar incluso una interrupción del mandato del presidente Castillo, estableciendo un nuevo escenario para el rumbo económico del país.