(Bloomberg).- Las universidades no están adaptándose a los cambios en la fuerza laboral, por lo que millones de graduados tienen un trabajo inferior al que podrían desempeñar y existe una brecha que las empresas califican de enorme entre el número de puestos de trabajo disponibles y el número de estadounidenses capacitados para ocuparlos.

La combinación de incrementos imparables en las colegiaturas, deudas de estudiantes que no paran de crecer, bajos niveles de graduación y ganancias estancadas sugiere que es un buen momento para empezar a pensar en soluciones. El martes, el Departamento de Educación de anunció un pequeño experimento para hacer precisamente eso.

Hasta 1.500 estudiantes podrán usar US$17 millones en préstamos federales para estudiantes y becas para pagar programas académicos en ocho universidades tradicionales desarrollados e impartidos por entidades externas (tales como escuelas de codificación) como parte de una programa piloto limitado.

Las regulaciones gubernamentales suelen limitar la ayuda federal a universidades acreditadas, que tienen prohibido usar el dinero para pagar programas impartidos en su mayoría por otras entidades.

En este caso, el Departamento de Educación está utilizando una disposición de la ley federal para relajar las reglas en un intento por determinar si las escuelas de codificación y los proveedores de educación de bajo costo pueden enseñar a los estadounidenses las habilidades que necesitan para conseguir empleos bien remunerados después de graduarse.

Hay pocos detalles sobre el programa piloto. Aunque el Departamento de Educación dijo que está dirigido a estudiantes de bajos ingresos y no tradicionales que necesitan más la ayuda, se negó a proporcionar detalles acerca de cómo se evaluarán los programas, sus costos o cuántas escuelas solicitaron participar.

Ayudar a estudiantes de escasos recursos a inscribirse en las escuelas de codificación normalmente caras es una parte importante del experimento, considerando la paga que los codificadores normalmente reciben después de graduarse. El subsecretario del Departamento de Educación, Ted Mitchell, dijo que algunos de los programas ofrecerán reembolsos a los estudiantes que no consigan trabajo. "El proceso de selección fue extremadamente riguroso", dijo Mitchell.

Sin embargo, hay algunos problemas con el enfoque del gobierno, dijeron algunos expertos en educación superior, desde la dependencia de proveedores educativos con fines de lucro hasta el diseño mismo del experimento, que plantean interrogantes acerca de la conveniencia de ampliar el experimento más allá de las escuelas de codificación a corto plazo.

El gobierno del presidente se ha centrado recientemente en incrementar la mediocre tasa de graduación universitaria. Los funcionarios tendrán un "enfoque de rayo láser en los resultados" para asegurarse de que los estudiantes que se registren en los programas experimentales se gradúen y obtengan buenos empleos, dijo Mitchell.

Los datos del propio departamento sugieren que va a ser un camino cuesta arriba, puesto que tres de cada ocho universidades seleccionadas para el programa tienen tasas de graduación inferiores a la media.