En recesiones económicas anteriores, cuando el sector financiero experimentó graves problemas de solvencia, la pérdida de empleos se extendió y la recuperación posterior se vio gravemente obstaculizada, recuerda el informe publicado por el Banco Mundial que lleva el título “La economía en los tiempos del COVID-19”, dirigido a las economías de América Latina y el Caribe.
“En tiempos de crisis, es necesario proteger tanto las infraestructuras de mercado como el conjunto de contratos que sustentan la gestión de los negocios”, remarca el documento en la sección dedicada a medidas recomendadas para que los países de la región puedan evitar una crisis financiera en medio o después de la pandemia.
En estas circunstancias, subraya el organismo multilateral, los gobiernos pueden desempeñar un papel importante como coordinadores.
“Cuando múltiples obligaciones se atrasen en los pagos, el procesamiento de las renegociaciones de la deuda caso por caso ralentizará la recuperación y su resolución creará percepciones de injusticia”, menciona el estudio, que lleva la firma de Martín Rama y Jorge Araujo, líderes de la Práctica Mundial de Macroeconomía, Comercio e Inversión y de la Oficina del Economista Jefe para América Latina y el Caribe (LCRCE) del Banco Mundial.
El documento agrega que, para abordar este riesgo, es posible que sea necesario simplificar la reestructuración de la deuda extrajudicial, proporcionar orientación sobre medidas de alivio regulatorio y fortalecer los esquemas de resolución bancaria.
“Las garantías globales por adelantado para depósitos bancarios pueden ayudar a mantener la confianza del público. Es posible que mayor tolerancia también sea necesaria. Sin embargo, debe emplearse con la mayor precaución, dados los riesgos que conlleva”, sostiene el informe semestral y fechado el 12 de abril del presente año.
También se pueden considerar medidas de coordinación más radicales, dependiendo de la gravedad de la crisis. El Banco Mundial remarca que los paquetes de estímulo introducidos por las economías avanzadas incluyen la moratoria de la deuda.
“Otro de los precedentes que vale la pena considerar son los ajustes administrativos para el calendario de pagos de la deuda, introducidos como parte de los planes de estabilización latinoamericanos de los años 80”, recuerda.
En aquel entonces, una desaceleración radical de la inflación había hecho que la mayoría de las obligaciones de deuda fueran inasequibles, ya que sus tasas de interés nominales incorporaban la expectativa de altas tasas de inflación. Estos planes de estabilización ofrecieron una conversión automática de todos los pagos de deuda en moneda nacional a una tasa de interés mucho más baja.
Por último, el Banco Mundial recomienda que los bancos centrales y los ministerios de finanzas deben prepararse para estabilizar los mercados financieros en caso de una contracción severa.
“Esto implica preparar regímenes de resolución de crisis que identifiquen las medidas necesarias para mitigar la volatilidad y gestionar un funcionamiento desordenado del mercado. La claridad anticipada sobre cómo preservar las reservas internacionales será particularmente importante en este contexto”, detalla el informe.