Tenemos que superar la trampa de una democracia sin ideales
Diego de la Torre, presidente del directorio de La Viga y Quickrete
Cuando decidí abrir mi primera empresa, el escenario era agresivamente más negativo que el que se presenta hoy. Para crear grandes empresas, países y planes es necesario pensar de manera optimista y hoy sobran las razones para hacerlo.
Las fortalezas más importantes con las que cuenta el Perú residen en su estabilidad macroeconómica; la modernización de las nuevas generaciones de los migrantes, el surgimiento del “cholo power” (peruano que reconoce sus tradiciones y las aprovecha); amplia clase media; empresarios emergentes y un bono demográfico hasta el año 2040.
Es claro que no estamos exentos de retos. Si bien algunas de las respuestas a las que llegamos no fueron las correctas, las preguntas que nos hicimos en los años noventa fueron correctas y siguen vigentes: ¿cómo reducir la pobreza?, ¿cómo tener una sociedad más meritocrática?
La respuesta moderna es sí, necesitamos una economía de mercado, pero esta tiene que tener de apellido a la responsabilidad social. Deben primar los temas de sostenibilidad y tenemos como reto superar la trampa de una democracia sin ideales.
Este escenario es posible, hoy vivimos en una economía de intangibles, donde el conocimiento y la innovación son un valor agregado de las empresas.
Entre estos valores, destaca la sostenibilidad; el Perú tiene mucho que ofrecer en este nuevo paradigma; la energía renovable es un ejemplo de este potencial. El gran reto es llevar al Perú en 30 años a las 15 primeras economías del mundo.
La segunda parte de mi consejo a las empresas es que se acerquen a los gremios, de la mano de estas asociaciones es como se logra una regulación inteligente.
José Manuel Revuelta, country manager de Enel
La sostenibilidad ya no es un cuento, hoy es parte de la cuentas de una empresa
Existe un dicho español que dice “lo que no son cuentas, son cuentos”, esto hace referencia a que lo que no está ligado a la inversión no es relevante.
Hoy se habla –desde distintas aristas– de la sostenibilidad; esta se puede definir como un modelo económico que está alineado con los problemas sociales. El reto entonces está en que las empresas reconozcan el aporte positivo que tiene la sostenibilidad en sus balances.
Tenemos que dejar de lado el enfoque cortoplacista, que prioriza las soluciones a corto plazo y no piensa en los problemas con un enfoque a mayor tiempo. Hoy muchas empresas desearían haber tomado decisiones más sostenibles años atrás para ahorrarse problemas de hoy.
La sociedad no le va a permitir a las empresas continúen operando sin ser sostenibles.
Un ejemplo de la conciencia que existe hoy en día lo vemos reflejado en el movimiento iniciado por Greta Thunberg, una joven sueca que logró convocar marchas en todo el mundo por la defensa del planeta.
Otro caso, se desató una crisis cuando se supo que un banco invertía en empresas no sostenibles; por ello reconocidas personalidades tuvieron que a
firmar en los medios su compromiso con la sostenibilidad.
Los inversionistas también están priorizando esta arista y muchos se han comprometido en solo invertir en empresas sostenibles. El 75% de inversionistas de Enel Américas ya son de esta categoría.
La sostenibilidad ya no es un cuento, es parte de las cuentas de una empresa. Las empresas que no opten por este camino se arriesgan a crisis reputacionales y eventualmente tendrán mayores gastos.
Elena Conterno, presidenta de IPAE Asociación Empresarial
No podemos ver siempre el problema en el otro
No hay duda de que el Perú ha registrado muchísimos avances en las últimas décadas: reducción de la pobreza, crecimiento económico, etcétera. Sin embargo, hoy convivimos con serios problemas como la desconfianza generalizada y la fragmentación, que está causada por las realidades desiguales que viven muchísimos peruanos. Debemos tender puentes entre los peruanos y para esto es primordial la empatía.
Mi consejo es que no podemos ver a un grupo de compatriotas como una estadística, tenemos que ser más empáticos para ser una verdadera comunidad, identificarnos con todos los peruanos. No podemos dedicarnos a encontrar el problema en el otro, como lo hemos venido haciendo; el sector empresarial siempre ve el problema en el público y viceversa, la izquierda en la derecha, etcétera, la empatía es necesaria para avanzar como sociedad.
Si no tendemos puentes, estamos destinados a vivir en una sociedad donde no existe el sentimiento de comunidad.
Claudia Cooper, presidente del directorio de la BVL
Crecimiento sin población satisfecha no es sostenible
La prosperidad requiere crecimiento, el Perú se encuentra en este proceso, pero aún está en construcción.
A lo largo de las últimas décadas hemos podido observar como el Perú pasó de encontrarse en una situación de déficit y endeudamiento hasta lograr ser una de las economías con mayor crecimiento; hoy nos encontramos en una etapa del ciclo llevadera, pero definitivamente no es el pico.
Si bien se han superado muchos de los problemas macroeconómicos, vemos –alrededor del mundo– como no ha incrementado la sensación de bienestar. Mi consejo es recordar que no podemos seguir creciendo si la población no se encuentra contenta. Tenemos que hacer nuevas reformas para generar beneficios sin dejar de lado la necesaria rentabilidad. El crecimiento es el pilar, pero sin la satisfacción este no es sostenible. La gobernanza es clave para entender este paradigma y poder prevenir crisis como la que vivió Chile en el 2019.
María Isabel León, presidenta de la Confiep
Pensar en positivo genera un entorno adecuado
Considero que pensar las cosas de manera positiva nos genera un entorno adecuado para enfrentarnos al mundo y a los problemas que nos toque vivir.
Ciertamente la política y la situación económica en la que nos encontramos nos pone en una situación de que si uno viene de un sector se percibe que debe atacar y criticar, no es la forma como se debe vivir en sociedad, es necesario ser empático.
Cada quien debe pensar en positivo y tratar de sumar, tratar de acompañar, construir puentes con personas que piensan diferente. Con esta fórmula podemos salir adelante. Nuestro régimen económico es democrático, y así se debe mantener, pero no se puede dejar la empatía de lado.
La sociedad peruana está compuesta por personas individuales, que tienen la capacidad de elegir su futuro. Tenemos la necesidad de vivir en sociedad para ayudarnos colectivamente a salir adelante.
Augusto Townsend, fundador y curador del Comité de Lectura
No podemos dejar de mirar el entorno político
La historia de la humanidad de los últimos 30 años es una historia de progreso. Las nuevas generaciones no perciben el mundo de la forma tradicional: izquierda y derecha, estas la comprenden como élites y el resto.
Las élites sienten que el mundo está lleno de oportunidades, mientras que el resto ve un panorama más negativo.
El caso de Chile es algo que debemos tener presente, en cualquier momento podemos pasar por esto. Las personas no distinguen entre lo que es el modelo económico y el político. Si bien hoy hay una enorme desvalorización de la política, no se puede no mirarla. Es vital para el correcto funcionamiento de la sociedad.
Otro de mis consejos para este 2020 es comprender la importancia de conversar con personas que piensan diferente –a pesar de lo incómodo que puede resultar– y encontrar consensos en el medio. Nuestros políticos han perdido esta capacidad.
Lucho Quequezana, músico, compositor y productor musical
La industria de la cultura tiene un valor profesional
Mi vida es la música; no obstante años atrás con mi hermano nos dimos cuenta que nosotros mismos teníamos que generar nuestras propias oportunidades laborales, y creamos una empresa. Empezamos con muchas ideas, iniciamos tocando puertas de empresas; les contaba de nuestras propuestas y cuando finalizaba con el valor de estas veía como en la misma reunión el proyecto quedaba descartado. No es que fueran malos empresarios, pero hace 20 años la industria cultural recién estaba en despegue y no se entendía su valor.
La revalorización de esta categoría la pudimos vivir en los Juegos Panamericanos, la apuesta por un show ligado a lo milenario y no la cultura pop fue un riesgo, que resultó ser muy exitoso; los peruanos se vieron identificados. Mi consejo para este 2020 es entender que la industria de la cultura tiene un valor profesional, un socio estratégico y una industria con potencial.