Con casi 20 años en la producción y comercialización de concha de abanico en el norte del Perú, Seacorp, que es además líder en dicho mercado, apunta a diversificarse en la acuicultura con la futura producción de dos especies de peces marinos, con potencial en el mercado local y con demanda también en el extranjero.
Antes de concretar la inversión en dichos cultivos, la empresa se encuentra en la fase de validación de la adaptación de los juveniles de dichas especies -una de ellas sería la chita-, desarrollados en los laboratorios del Instituto del Mar del Perú (Imarpe), al entorno marino y en la bahía donde se cultivaría.
“Tras ensayos y estudios, el Imarpe logró reproducir una de las especies a un nivel económicamente viable. Nosotros hemos extraído esos juveniles y los hemos llevado al mar para evaluar si llegan a la talla comercial y puedan ser exportados”, explicó el gerente general de Seacorp, Ian Hanschke, quien prevé que ambos proyectos culminen en el 2023.
Para ello, la empresa acuícola evalúa solicitar nuevas concesiones de al menos 60 hectáreas marinas para cada especie. “Podría ser en Áncash, Lambayeque o Piura; 60 hectáreas de concesión sería lo óptimo, con una alta inversión de capital”, sostuvo.
Concha de abanico
El producto fuerte de Seacorp, desde el 2006, es la concha de abanico. Exporta la especie sin coral a diez países en el mundo, siendo Estados Unidos su principal mercado (concentra el 80% de las ventas), también figuran Australia, Nueva Zelanda, Canadá, España, Francia, Italia, Holanda y Reino Unido.
En el mediano plazo esperan que el mercado de Asia retorne a su demanda pre pandemia y así, retomar sus envíos a ese destino.
La empresa también informó que cerrarán el 2021 con un crecimiento de 20% en sus exportaciones. La buena dinámica se debe a los altos precios de la concha de abanico, pues creció en un 80% respecto al 2020 -en parte, por un factor rebote-, y en 40% respecto al 2019, debido a la presión del mercado internacional para reponer inventario.
Para Hanschke, los precios se mantendrán altos hasta abril del 2022, “de ahí en adelante, lo que condicionará mucho será la capacidad de consumo de Estados Unidos que es el país que está poniendo los precios, si ellos suben, el resto de países también lo hará”, señaló.
Contra reloj
Pero más allá de la incertidumbre en el consumo internacional para el 2022, las decisiones políticas locales serán fundamentales para definir los próximos años de la acuicultura en el Perú.
El ministro de Economía y Finanzas, Pedro Francke, no ha perdido oportunidad de señalar en cada conferencia de prensa que su gestión busca el impulso de los sectores acuícolas y forestal, por lo que, a través del pedido de delegación de facultades que envió al Congreso de la República, incorporó la restitución del 15% del Impuesto a la Renta para ambos sectores (hoy pagan 30%).
“Es vital esa ley y nos quedan menos de 20 días para que el Congreso la apruebe. Es quizá en este tema en que el Ejecutivo y el Legislativo coinciden, por lo que esperamos que actúen con rapidez”, declaró Hanschke a Gestión.pe.
En esa línea, remarcó que la acuicultura en el país necesita un marco tributario con predictibilidad de por lo menos 30 años. Pero, adicional a ello, se requiere de inversión en infraestructura para el acceso a las concesiones marinas o los criaderos de trucha que están en altura. También, potenciar la administración y construcción de nuevos muelles, pues hoy un viaje a las zonas de producción pueden demorar seis horas entre ida y vuelta.
“Solo en el negocio de concha de abanico se ha formado un clúster perfecto en Piura, se ha desarrollado toda una industria en 11 años, formándose una cadena de valor donde se integra la producción de larvas, los maricultores, las plantas de procesamiento primario, las empresas de congelado, y de exportación. Solo en ello hay más de 250,000 personas trabajando”, resaltó.