Rolls-Royce Holdings Plc y Royal Dutch Shell Plc dijeron que profundizarán su cooperación en combustibles de aviación sostenibles (SAF, por sus siglas en inglés) como parte del impulso para lograr cero emisiones de carbono netas.
En el corazón del acuerdo están los planes para explorar oportunidades para llevar 100% de los SAF a la certificación, dijeron las empresas el miércoles. Actualmente, estos combustibles se pueden mezclar con queroseno en concentraciones no superiores al 50%.
Las aerolíneas cuentan con los SAF para reducir las emisiones de carbono en los años previos a que los sistemas de propulsión eléctricos y basados en hidrógeno estén ampliamente disponibles, probablemente después de 2035. El progreso se ha visto obstaculizado por temas regulatorios y por la falta de oferta tanto de biocombustibles como de sus equivalentes sintéticos, lo que ha empujado los precios significativamente por encima de los del combustible para aviones tradicional.
La colaboración también tendrá como objetivo desarrollar nuevas innovaciones y se espera que los SAF tengan un papel que impulse las versiones híbridas-eléctricas de los taxis voladores que se encuentran actualmente en las etapas finales de desarrollo, así como aviones de pasajeros y aviones corporativos, dijo el director de Tecnología de Rolls-Royce, Paul Stein.
El acuerdo profundiza una asociación existente entre las empresas sobre combustibles alternativos. Shell proporcionará combustibles de aviación sostenibles a Rolls-Royce, al tiempo que la empresa tiene como objetivo probar motores como Ultrafan para demostrar que son 100% compatibles con los SAF.
Shell también es el proveedor exclusivo del nuevo servicio SAFinity de Rolls-Royce, que permite a los viajeros de negocios realizar vuelos sin emisiones de carbono, mientras que las empresas también buscarán oportunidades para cooperar en el transporte marítimo y ferroviario.
La clave para avanzar con los combustibles sostenibles es establecer una regulación que obligue a su uso, dijo Stein. Estados Unidos está a favor de subsidiar el combustible en origen, lo que “no es incompatible” con el enfoque europeo, agregó.