Rimac se ha adherido formalmente a los principios de inversión responsable de las Naciones Unidas, que responden al cuidado del medio ambiente, el buen gobierno corporativo y la responsabilidad social, también conocidos como ESG, por sus siglas en inglés.
“Esto implica que todos los activos que entran a nuestro portafolio pasan por un proceso de análisis. De la misma manera que analizamos los fundamentos económicos de una inversión, analizamos también sus fundamentos ESG”, explica José Martínez, VPE de Inversión de Rimac.
“La cultura y el medio ambiente son bienes comunes. Son bienes que son de todos, pero que a la vez no son de nadie y que, por definición, tienden a ser abusados. Para impedir que la naturaleza de los bienes comunes resulte en el deterioro del medio ambiente o de la cultura empresarial es que se crean este tipo de iniciativas”, agrega Martínez.
Aproximadamente el 35% de los activos que se transan en los mercados globales ya tienen alguna consideración ESG. “El porcentaje de activos ESG en el mercado es cada vez más grande y sube de manera exponencial. De hecho, ya no hay ninguna casa de gestión de inversores que no incorpore en su estrategia de comercialización el respeto a estos principios”, dice Martínez.
Además, argumenta que la inversión responsable beneficia a la sociedad en general y al interés privado. “Los inversores que respetan los principios ESG tienden a ser empresas más sostenibles y, por ende, dan mejores resultados en el largo plazo. Las empresas que no respetan el buen gobierno corporativo, el cuidado del medio ambiente y la responsabilidad social la terminan pagando y aquellos que invirtieron se ven directamente afectados”, afirma.
Por otro lado, Martínez indica que, desde una mirada de largo plazo, las inversiones más rentables de Rimac son en acciones a nivel global, así como las inversiones en infraestructura. En ambos casos se generan retornos de alrededor del 10% en diez años.
Asimismo, considera que la recuperación económica al 2023 debería ser agresiva, pues el mundo se está acostumbrando a vivir con una enfermedad endémica (Covid-19) y a la existencia de una guerra congelada (entre Rusia y Ucrania), y los mercados ya ha incorporado el efecto de las mayores restricciones de los bancos centrales. “Hay sustentos importantes para creer que la economía global va a retomar la senda del crecimiento”, sentencia.