Tras haber superado las olas de contagios de covid-19 y con la reciente derogación del estado de emergencia por la pandemia, se empiezan a retomar hábitos que quedaron paralizados en los últimos dos años.
El covid-19 mostró nuevas formas de trabajo donde la presencialidad dejó de ser indispensable para muchos puestos laborales. Sin embargo, un reciente estudio elaborado por CCR Cuore en Lima Metropolitana revela que, paulatinamente, esta modalidad se va difuminando.
Según el reporte, el 86% ya retornó a la presencialidad (al 100% o la mayoría de días de la semana) y apenas 6% conserva el modelo híbrido.
“Los niveles de presencialidad ya son altos entre todas las edades y modalidades de trabajo, pero se observa un mayor uso de entornos virtuales e híbridos entre los jóvenes”, sostiene Ramiro Ureta, director Comercial de CCR Cuore. (Ver infografía).
Ureta detalla que, si bien el modelo híbrido permitió una mayor disposición del tiempo y balance familiar, la importancia del trabajo presencial cobra peso por la relación con el equipo. En ese sentido, “se hace necesario que se retome”.
Ernesto Rubio, gerente general de Ronald, Career Services Group, concuerda y resalta la importancia de la interacción entre las diversas áreas para que funcione el negocio y “se mantenga la cultura organizacional”. A distancia también se sacrifican las oportunidades de innovación, anota.
Agrega que la salud emocional también entra en juego con el trabajo remoto porque no se definen los espacios de trabajo, así como las horas de sueño de los colaboradores.
Pese a ello, Rubio afirma que es importante que las empresas sean flexibles con la modalidad de trabajo para retener talento. “Funciona como un salario emocional”.
Gabriel Pereyra, director general de Human Growth, explica que la cifra podría responder a que hay muchos puestos de trabajo dentro de la productividad peruana vinculados a la industria extractiva y la manufactura. En ese sentido, es necesaria la presencialidad.
Además, señala que la cultura organizacional en el Perú aún es muy tradicional y “los jefes quieren ver físicamente al colaborador para asegurarse de que estén trabajando”. También ocurre que no tienen sistemas de medición de objetivos a distancia, pero la gestión moderna de capital humano consiste en ver resultados, indica.
Por otro lado, “falta una legislación para trabajo híbrido, solo hay para el remoto y presencial y esto genera dudas”, comenta Pereyra.
En tanto, CCR Cuore dio a conocer la visión hacia el futuro que tienen los trabajadores en Lima. Si bien el 70% dijo que sus hábitos cambiaron respecto a prepandemia, un 57% ya prevé que retomará estas actividades para el 2023.
“Hay una transición, con la expectativa de regresar a lo normal. Por el tema económico, muchos se han restringido en los gastos en entretenimiento”, explica Ramiro Ureta.
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Comportamiento relacionados al uso del gas y combustibles
De acuerdo con CCR Cuore, solamente un 15% en Lima manifiesta que cuenta con un automóvil de uso particular. “En ese sentido, es relevante apuntar a las reformas que mejoren el transporte público”.
Asimismo, se detalló que ahora el 26% de personas que tienen auto optan por la combustión dual, un 12% por gas y un 9% por diésel. “En cuanto al tipo de gas, dos tercios de los usuarios mencionan que usan gas licuado de petróleo (GLP) y la proporción restante gas natural vehícular (GNV)”, precisa Ureta.
¿Hay más personas interesadas en convertir su auto a gas? Solo un 17%. La mayoría se resiste principalmente porque considera que la gasolina es más eficiente, funciona mejor y porque el tiempo de vida del vehículo se acorta con el gas.
En cuanto al uso de gas natural, se reveló que un 36% en Lima ya cuenta con este sistema en el hogar y un 61% busca implementarlo.
Sobre el estudio realizado por CCR Cuore
Método. Se realizaron 296 encuestas entre online y presenciales a hombres y mujeres mayores de 18 años en Lima Metropolitana entre agosto y septiembre del 2022.