Después de pasar unos minutos hablando sobre los triunfos en los Juegos Olímpicos, los nuevos lanzamientos de zapatillas y un recorrido por la sede acompañados de Lebron James, los ejecutivos de Nike Inc. pasaron gran parte del resto de su llamada de ganancias trimestrales hablando de algo mucho menos glamoroso: la logística.
“No somos inmunes a los vientos en contra de la cadena de suministro global que están desafiando la fabricación y distribución de productos en todo el mundo”, dijo el director financiero, Matt Friend en la llamada.
Nike recortó su pronóstico de ingresos y advirtió sobre la escasez de inventario en los próximos meses que afectará su negocio en todas las regiones. El desastre se debe a los largos tiempos de envío y a que las fábricas que se han visto obligadas a detener la producción debido a los cierres relacionados con el COVID-19. Eso ha dejado a la dirección en busca de respuestas.
Los ejecutivos dijeron que no anticipaban que la situación empeoraría en los últimos 90 días, con cierres gubernamentales en Vietnam e Indonesia y cuellos de botella que obstruyen el tránsito en todo el mundo.
Durante la llamada, entraron en detalles extraordinarios para explicar la situación a inversionistas y analistas. Friend dijo que un 80% de las fábricas de calzado de Nike en Vietnam y casi la mitad de sus plantas de ropa están cerradas, lo que ha provocado la pérdida de 10 semanas de producción hasta el momento. Advirtió que llevará varios meses volver a su capacidad máxima.
Mientras tanto, los tiempos de envío se han duplicado en las rutas clave desde Asia hasta Norteamérica debido a la congestión en los puertos y patios ferroviarios, además de la escasez de mano de obra. Los productos que solían tardar 40 días en enviarse a todo el planeta ahora tardan 80 días, lo que los deja atascados en tránsito durante meses. Los márgenes se han visto afectados por el aumento de recargos ante la necesidad de usar flete marítimo.
“Tanto Matt como yo desearíamos tener una bola de cristal, pero no es así”, dijo el director ejecutivo, John Donahoe. “Estamos haciendo lo que hacen los grandes equipos deportivos, que es enfrentar la realidad, hacer ajustes, mostrar agilidad y ejecutar de una manera en la que resurjamos más fuertes”.
A los analistas les preocupa que eso no sea suficiente, especialmente ahora que Nike se acerca a la crucial temporada navideña cuando el aumento en la demanda de los consumidores podría bloquear aún más los canales de comercio globales.
“Tememos que este problema sea demasiado grande para controlarlo, incluso para la marca atlética mejor administrada del mundo”, escribió Camilo Lyon, analista de BTIG, en una nota a los clientes después de la llamada.