A menudo mostramos lo mejor de nosotros en los peores momentos. Algunas compañías lo han demostrado con sus altos estándares en esta pandemia. Por eso, la revista G de Gestión y PwC entregarán este viernes 10 de setiembre el galardón a las Empresas Más Admiradas (EMA) por otros empresarios.
Se trata de un reconocimiento entre líderes a las organizaciones que se han consolidado como referentes de la innovación y buenas prácticas para mantenerse competitivas en este contexto de grandes cambios.
“El premio es más importante ahora porque la empresa privada ha tenido un rol sumamente importante en esta temporada que poco se ha reconocido. La empresa privada mueve el 80% de la economía, así que las consecuencias positivas o negativas están directamente ligadas a los esfuerzos privados”, afirma el socio principal de PwC, Orlando Marchesi.
Tarea pendiente
Si bien Marchesi reconoce el rol gremial e individual de las empresas en esta coyuntura, también considera que se han podido hacer mayores esfuerzos con el sector público para reducir los contagios y aliviar la caída económica. Confía, sin embargo, en que el nuevo gabinete ministerial caminará hacia esa dirección.
Por ejemplo, anota que las largas colas en el Banco de la Nación para el cobro de bonos se pudieron haber evitado.
“Los bancos privados tienen sistemas que permiten retirar dinero en efectivo con el celular. Se han podido usar esos canales privados para entregar los bonos. Ha faltado comunicación”, señala, tras agregar que el sector privado puede colaborar con capital humano y logística.
Por eso, sostiene que ahora es el momento de que los sectores público y privado trabajen en conjunto en las medidas a llevar a cabo para colaborar en la lucha contra la pandemia. “Es el momento de que se sienten el Gobierno y el sector privado en una mesa conjunta y se pongan de acuerdo en las medidas para llevar esta tarea con éxito”, propone.
“Hay que hacer algo de forma distinta. Si insistimos con lo mismo, no vamos a tener un resultado diferente”, enfatiza.
Incumplimientos
Para el socio principal de PwC, el impacto que están teniendo Reactiva y FAE Mype en la reactivación del sector empresarial ha sido positivo. Esto debido a que le han dado oxígeno a las empresas para seguir operando y atendiendo los pagos más urgentes, como la planilla.
Sin embargo, Marchesi cree que en el Perú existe un problema de obedecer y hacer cumplir la ley, lo que explicaría el alto número de contagios en el país y la incapacidad de evitar las aglomeraciones de gente. “Las penas o las consecuencias de no cumplir la norma tienen que ser lo suficientemente severas para desalentar a quien no las cumpla”, dice.
Agrega que las disposiciones que se dicten deben tener cierta lógica. En su opinión, hay que revisar ciertas medidas para evitar las aglomeraciones, como el horario de toque de queda o la restricción de salir los domingos.
Reconocimiento. Por novena edición, PwC y la revista G de Gestión entregarán el premio Las Empresas Más Admiradas (EMA) en 10 categorías. La ceremonia virtual será este 10 de setiembre. El próximo número de G de Gestión revelará los principales proyectos de los ganadores y las actividades que los llevaron a recibir este galardón.
“Cualquier momento de crisis es momento de repensar lo que se está haciendo”
“Creo que, a partir del hecho de que estamos en una coyuntura económica muy complicada, deberíamos aprovechar para hacer un plan sobre qué ejes vamos a desarrollar en los próximos 10 o 20 años”, sostiene Orlando Marchesi, socio principal de PwC.
El ejecutivo considera que los pilares de crecimiento deberían concentrarse en las industrias más competitivas, como la pesca, la minería, la agricultura y el turismo.
Esta proyección tiene que tener el apoyo de los partidos políticos. “Nadie está pensando hacia dónde vamos. Las normas que está sacando el Congreso hoy no están ayudando. No nos van a llevar a donde deberíamos estar. Lo que estamos haciendo es involucionar”, anota Marchesi.
¿Existen las condiciones para una auténtica reforma tributaria?
Cualquier momento de crisis es momento de repensar lo que se está haciendo porque se tienen que tomar medidas inmediatas para salir adelante. La reforma tributaria no va tanto por cambiar normas o aumentar impuestos, sino por el manejo eficiente de esos impuestos. Hay que ver cómo integramos las pequeñas empresas a las más grandes. Un mecanismo podría ser que las empresas más grandes controlen a las más chicas a través de sistemas de retención y percepción. Estas medidas sí ayudarían a aumentar la recaudación.
¿Dónde se debería hacer un mayor esfuerzo?
En los negocios que trabajan directamente con personas naturales para que estas pidan boletas de venta. El sistema de devolución de impuestos también puede ayudar a mejorar la recaudación. Esos temas tenemos que trabajarlos como sociedad en campañas de valores. El ser evasor tributario tiene que tener consecuencias.
¿Qué medidas dictadas en la pandemia podrían alentar la formalización de la economía?
Cualquier cosa que hayamos hecho hasta ahora no ha funcionado. Hay que analizar el costo del cumplimiento de la regulación. Como la productividad en las empresas informales es baja el costo de formalizarse no les permite cumplir la ley. Tenemos que ver qué tipo de regulación le podemos exigir a las pequeñas empresas.