Por Chris Bryant
Después de años de ignorar en gran medida las súplicas de los inversionistas, Volkswagen AG finalmente tiró del gatillo el lunes por la noche en una oferta pública inicial de su muy rentable unidad de autos deportivos Porsche AG.
Y nos preguntamos: ¿En serio? ¿Justo ahora?
A primera vista, lanzar lo que podría ser una de las OPI más grandes de Europa en medio de uno de los períodos más sombríos para las nuevas cotizaciones en la memoria reciente parece casi imprudente. La inflación vertiginosa, las alzas de tasas de interés y la escasez de energía hacen que este sea un mal momento para vender miles de millones de euros en acciones.
Además, aunque VW no tiene una necesidad urgente de recaudar efectivo, sigue adelante como si no tuviera marcha atrás.
Aunque VW aún puede pisar el freno si se acobarda —el compromiso de la junta de cotizar en bolsa para octubre está condicionado a “más desarrollos del mercado de capitales”— todo indica que los poderosos agentes de la compañía no tienen intención de hacerlo.
Al contrario, las familias Porsche y Piech, que controlan la mayoría de las acciones con derecho a voto de VW, tienen un gran interés en pisar el acelerador. Y desde la perspectiva de los inversionistas externos de VW, una oferta pública inicial deficiente sigue siendo mejor que no cotizar en absoluto.
La confianza de VW refleja en parte los considerables atractivos de la marca Porsche. Los banqueros, muchos de los cuales probablemente tengan un 911 o un Taycan eléctrico en su garaje, han hecho suficientes pedidos anticipados de instituciones y oficinas familiares con una valoración de entre 60,000 millones y 85,000 millones de euros (US$ 84,800 millones), informó Bloomberg el mes pasado. Involucrar a los inversionistas minoristas, situación que está supuestamente bajo consideración, es una idea sensata para generar entusiasmo adicional y aumentar la liquidez en las acciones.
La oferta pública inicial solo fue posible gracias a un acuerdo logrado con mucho esfuerzo entre los poderosos grupos de interés de VW: las familias Porsche y Piech, los sindicatos y el estado de Baja Sajonia (que posee el 20% de las acciones con derecho a voto de la compañía). ¿Quién sabe cuándo se alinearán de nuevo las estrellas políticas?
El holding de la familia Porsche y Piech obtiene el derecho exclusivo de comprar acciones con derecho a voto de Porsche, mientras que a los externos solo se les ofrecerán acciones sin derecho a voto. VW retirará la mitad de las ganancias como un dividendo especial, lo que ayudará a las familias a financiar su inversión, al tiempo que repone las arcas de Baja Sajonia. Mientras tanto, los trabajadores alemanes obtienen una bonificación de 2,000 euros por su consentimiento.
Pero si VW rehuye ahora, es posible que no tenga otra oportunidad de buscar un debut por un tiempo. Las probabilidades de que las condiciones del mercado de capitales sean mejores el próximo año, cuando Europa probablemente esté sumida en una recesión y tenga dificultades para mantener las luces encendidas, son pocas. Enlistar a Porsche le da a VW un segundo camino para recaudar capital, en caso de que sea necesario.
Tampoco debemos olvidar que maximizar el valor de la salida a bolsa de Porsche no es necesariamente la prioridad. Las familias Porsche y Piech se benefician de una valoración inicial más baja que les abarata la adquisición de acciones.
De hecho, esta transacción no se trata tanto de liberar a Porsche de las garras de VW, sino más bien de restaurar el control familiar sobre un bien querido.
Hasta el 2008, las familias Porsche y Piech poseían la mitad de Porsche (y el 100% de los derechos de voto), pero desperdiciaron esa herencia con un intento casi desastroso de adquirir VW, que es mucho más grande. El desenlace posterior a la crisis financiera vio a VW adquirir Porsche por completo por alrededor de 8,000 millones de euros, lo que dejó a las familias con un 16% de interés económico en VW (el holding familiar Porsche SE posee alrededor del 32% de VW, en tanto que la mitad de Porsche SE pertenece a instituciones).
Desde la perspectiva de las familias, este fue un intercambio muy malo. Las ganancias de Porsche aumentaron en la última década a medida que los clientes adinerados compraron sus vehículos utilitarios deportivos y se entusiasmaron con su estrategia de electrificación (el Taycan vende más que el 911). Mientras tanto, la cotización bursátil de Ferrari NV en el 2015 mostró que los inversionistas otorgarían una valoración superior a las marcas de automóviles de lujo con un gran legado en las pistas de carreras.
Aunque las ganancias de los clanes Porsche y Piech no fueron precisamente escasas, ahora serían mucho mayores si se hubieran alejado de VW. Si hay un grupo del que no debe buscar consejo sobre el momento de una transacción importante, son ellos.