Las ofertas del multimillonario banquero Jaime Gilinski para adquirir algunas de las empresas más grandes de Colombia han recompensado a los propietarios de acciones con algunos de sus mejores rendimientos en años. Los tenedores de bonos han tenido menos suerte.
Los bonos en dólares vendidos por el conglomerado financiero Grupo de Inversiones Suramericana SA, uno de los objetivos de Gilinski, retrocedieron 1.2% en el último mes, y tuvieron el peor desempeño entre las compañías financieras en Latinoamérica, solo adelante de un atribulado prestamista mexicano.
La deuda vendida por Bancolombia SA, que es parcialmente propiedad del holding conocido como Grupo Sura, no está teniendo mejores resultados después de perder 0.9%, según datos recopilados por Bloomberg.
Durante años, los inversionistas han valorado la estabilidad de las empresas con sede en Medellín que integran el Grupo Empresarial Antioqueño, o GEA, una asociación de empresas que utiliza una estructura de posiciones cruzadas para protegerse del tipo de OPA que Gilinski está haciendo.
La venta masiva de bonos está siendo impulsada por especulaciones de que Gilinski cargaría deudas a las empresas para ejecutar los acuerdos y, como propietario, tomaría una postura más agresiva sobre la expansión y las adquisiciones de la típica para las empresas vinculadas al GEA.
“Para los inversionistas en bonos de las distintas empresas, los riesgos no están solo en el cómo Gilinski financiaría cualquier adquisición, sino en quién sería el próximo objetivo”, dijo Roger Horn, estratega sénior de SMBC Nikko Securities America en Nueva York.
Pero según una persona con conocimiento directo de la estrategia de Gilinski, él no está considerando una compra apalancada que aumentaría la carga de deuda de las empresas. Su plan dependería de préstamos a largo plazo del First Abu Dhabi Bank para financiar hasta el 70% de la transacción, dijo la persona. Gilinski usaría dividendos de su participación en la propiedad para pagar el préstamo, en lugar de traspasarlo a la deuda de la empresa, dijo la persona, que pidió no ser identificada por tratarse de asuntos privados.
La dinámica de fusiones y adquisiciones que convierte a los inversionistas bursátiles en ganadores y castiga a los tenedores de bonos es bastante típica del mundo empresarial. De hecho, eso es lo que está sucediendo en Colombia.
Las acciones de Grupo Nutresa SA se han disparado casi un 30% desde que Gilinski ofreció a mediados de noviembre hasta US$ 2,200 millones para adquirir una participación controladora en la empresa, fabricante de bocadillos, chocolates, café y otros alimentos.
Semanas más tarde, él y su hijo, Gabriel, lanzaron una oferta de hasta US$ 1,200 millones por una participación sustancial en Sura, lo que hizo que esas acciones subieran cerca de 30%. Grupo Argos SA —otra empresa de GEA— también subió en medio de especulaciones de que el conglomerado podría ser el próximo objetivo de Gilinski.
Ni Nutresa ni Argos poseen bonos en el extranjero.
Gilinski, cuya riqueza neta de US$ 4,300 millones lo convierte en una de las personas más acaudaladas de Colombia, declinó hacer comentarios. También lo hicieron los representantes de Sura. La oferta pública por Nutresa se cierra el 17 de diciembre, al tiempo que se espera que la oferta por Sura obtenga la aprobación de los reguladores este mes.
Información financiera
De asumir el control, es poco probable que Gilinski realice cambios significativos en la gestión o en las estrategias de la empresa, dijo Lorena Reich, analista de Lucror Analytics.
“Como tal, no parece que vaya a tener un impacto en los bonos”, indicó.
Aún así, las ofertas han llevado al centro de atención al usualmente reservado Gilinski. Debido a que su Banco GNB Sudameris es privado, la información sobre cómo opera esa compañía es poca, lo que deja a los inversionistas en la oscuridad sobre cómo supervisar las adquisiciones.
Los Gilinkis “son una familia importante, pero no tienen antecedentes de apertura de números, de tener una comunicación fluida con los inversionistas y eso es clave”, dijo Cynthia Huaccha, analista de renta fija de Credicorp Capital. “Eso no contribuye a que haya confianza”.