La producción en la mina de cobre Las Bambas de Perú se ha recuperado a niveles normales después de un cierre de casi dos meses debido a protestas, según datos sobre el uso de energía, pero las conversaciones para solucionar el conflicto con comunidades se han entrampado y vuelve la sombra de nuevas tensiones.
Las Bambas, de propiedad de la china MMG Ltd y que su producción representa el 2% del suministro mundial, se vio afectada por la peor crisis de su historia desde finales de abril hasta mediados de junio cuando dos comunidades indígenas acamparon dentro de una parte de la mina, parando la producción.
El cierre hizo que la producción total del país cayera 11.2% en mayo con respecto al año anterior, junto a las menores leyes del metal extraído en otros depósitos. Perú es el segundo mayor productor mundial de cobre después de Chile.
Las comunidades en conflicto, que habían estado exigiendo la devolución de las tierras utilizadas por la mina, acordaron suspender la protesta en una tregua temporal para dar inicio a una ronda de conversaciones con la empresa.
Un análisis de Reuters de datos de demanda de electricidad en la mina, que no se había informado antes y que gráfica su actividad y producción, muestra que los niveles han vuelto a la normalidad después de una gran caída en mayo.
La demanda de energía en la mina cayó casi a cero a fines de abril, según datos del COES Sinac (Comité de Operación Económica del Sistema Interconectado Nacional), organismo que representa a las empresas del sector energético de Perú. Pero después de la tregua acordada con las comunidades el 9 de junio se recuperó más de diez veces a niveles normales históricos.
Una fuente de Las Bambas que pidió no ser identificada dijo que la recuperación fue progresiva y que actualmente la producción en la mina y el transporte de concentrados hasta un puerto para su exportación “están al 100%”.
Las Bambas es clave para la economía local porque su actividad representa el 1% del Producto Bruto Interno (PBI) de Perú.
MMG Ltd había dicho antes que la proyección para producir 300,000 a 320,000 toneladas de concentrados de cobre este año en Las Bambas estaba en peligro si no se resolvía el conflicto.
¿Entrampamiento?
La protesta, iniciada por las comunidades de Fuerabamba y Huancuire, había creado la peor crisis hasta ahora para Las Bambas, conocida por sus recurrentes conflictos sociales con colectividades vecinas desde que comenzó a operar en el 2016.
El conflicto minero se ha convertido asimismo en un dolor de cabeza para el presidente Pedro Castillo, quien llegó al poder a fines de julio del año pasado prometiendo redistribuir las riquezas minerales del país andino.
En la tregua de hasta el 15 de julio la empresa minera y las seis comunidades en conflicto, con la mediación del gobierno, acordaron revisarían el cumplimiento de compromisos previos.
“Estamos conversando, pero no hay avance, la agenda se ha entrampado”, dijo Romualdo Ochoa, líder de la comunidad de Huancuire. “Esta complicado, podría cumplirse (el plazo) sin llegar a ningún acuerdo”, agregó.
A la pregunta de que si retornarían protestas en caso de que no se llegue a acuerdos durante el periodo de tregua el dirigente respondió: “vamos a evaluarlo primero”. “Las próximas reuniones entre lunes y miércoles, serán claves”.
Representantes de Las Bambas en Lima se excusaron de hacer comentarios sobre el estado del diálogo con las comunidades.
Otra fuente relacionada a las conversaciones, que pidió también no ser identificada, afirmó que “las comunidades pulsean para meter nuevos pedidos” en la agenda de conversaciones y que no figuran en los compromisos previos fijado por las partes.
Desde que comenzó a operar Las Bambas, los residentes cercanos a la mina la han bloqueado durante más de 400 días, quejándose de que los camiones de cobre que atraviesan la zona contaminan sus cultivos y matan a sus animales y que la mina no contribuye financieramente al bienestar de las comunidades locales.