Por un tema cultural, las empresas locales de países de América Latina arrastran el trato diferenciado a hombres y mujeres. Y en el mercado peruano, el peso de esas firmas retrasa precisamente la disminución de tal desigualdad en el plano salarial.
Así lo reveló el Estudio Salarial Regional por género de Show Me The Money (Grupo DNA), que indica que los ejecutivos en el Perú ganan 26.3% más que las ejecutivas en las mismas posiciones, siendo la brecha más alta de la región.
“Las grandes multinacionales tienen una política de cero diferencia entre hombre y mujer, pero las locales recién empiezan a ver el tema y en el Perú estas son muy fuertes”, comentó Murilo Arruda, CEO de dicha plataforma.
Refirió que la menor presencia de ejecutivas en altos cargos de esas empresas también retrasa un real cambio.
En contraste, en países con más multinacionales como Brasil y Argentina, la brecha es un poco menor (24.8% y 25%, respectivamente).
Avance y perspectivas
Aunque a paso lento, la brecha salarial por género se reduce en la región. Así, el mayor avance lo tuvo Argentina con una disminución de 2.2 puntos porcentuales (pp) frente al 2018, mientras que en el Perú cayó solo 0.6 pp.
En tanto, Colombia habría tenido un retroceso, pues tal diferencia aumentó 4.2 pp.
“Lo de Colombia puede ser una situación puntual fuera de la curva, pero estamos en una tendencia regional, cada vez se habla más del tema en las empresas”, sostuvo.
Sin embargo, reconoció que se debe acelerar la reducción de tal situación de injusticia. Y es que, si se sigue al mismo ritmo, reducir la brecha a cero podría tomar alrededor de 20 años, dijo.
“Hoy los directores de Recursos Humanos están hablando del tema, esperamos una mejora importante en los próximos años”, finalizó.
La “penalidad” que asumen las ejecutivas
Si bien la brecha salarial por género no es tan alta en posiciones bajas, la situación en altos cargos cambia. Y es que, precisamente, algunas ejecutivas asumen el rol de madre en un tiempo que puede coincidir con su consolidación profesional, condicionando su futuro. “Para reinsertarse al mercado pagan una ‘penalidad’, aceptando cobrar menos”, lamentó Murilo, tras indicar que tal condición también es asumida a cambio de flexibilidad de horarios para atender a los hijos, mientras los ejecutivos aceleran sus carreras.