Con más de 30 años en el país, la multinacional de soluciones agrícolas, Syngenta, afirma que en el primer semestre del año se enfrentó a una reducción de mercado, medido en hectáreas. Sin embargo, ahora apunta a la oferta de soluciones que generen eficiencias. El gerente general de la compañía, Yovanny Jiménez, conversó con Gestión.
¿Cómo está organizada su operación en el Perú?
La planta que surte el negocio peruano está ubicada en Cartagena, Colombia. Desde ahí realizamos el abastecimiento de productos y semillas. En algunas ocasiones, para buscar eficiencia logística, hacemos despachos que parten de San Luis Potosí, México.
¿Cómo abordan el mercado?
Lo hacemos a través de socios estratégicos que, además de nuestra oferta de valor, complementan el acercamiento (con los agricultores) y la generación de demanda. Asimismo, impulsan la adopción tecnológica en los agricultores para que obtengan mejores resultados en sus cosechas.
¿Quiénes son sus principales socios localmente?
Tenemos dos socios en Perú, el más importante es Tecnología, Química y Comercio (TQC). Con ellos, el rol es de trabajo mutuo en la planeación, seguimiento y desarrollo de estrategias para llegar de manera integral a los agricultores. El otro partner son los retailers, llegamos a 1,000 y estos atienden, principalmente, a los pequeños agricultores.
¿Cómo está dividido su portafolio?
Nuestra oferta pasa por semillas de maíz y vegetales, y por productos para la protección de cultivos. Este último se divide en cuatro segmentos, entre los que están los fungicidas, insecticidas, herbicidas y tratamiento de semillas. Además de ello, tenemos un frente tecnológico.
¿Cómo impactó en su negocio la escasez de fertilizantes en el país?
El primer trimestre estuvo marcado por la falta de fertilizantes, así como por el incremento del costo de estos productos, lo que repercutió en las hectáreas producidas. También por algunos factores climáticos. Estimamos que el tamaño del mercado, medido en hectáreas, disminuyó entre 10% y 13% en el primer semestre.
¿Qué estiman para el cierre del segundo semestre?
Los fertilizantes ya tienen un mejor abastecimiento y los precios tienden a una disminución. No voy a hablar de una normalidad, porque ahí ya entra un panorama global. Pero desde el punto de vista de Syngenta, lo más complejo pasó en el primer semestre. Estamos en una coyuntura no solo local, sino también global de incertidumbre. El reto para el sector es buscar eficiencia para salir adelante.
¿Cómo han diversificado su oferta para lograrlo?
Contamos con un software para el seguimiento, manejo y control de plagas. Actualmente, hay ocho grandes compañías peruanas, sobre todo de palta y arándanos, que buscan estas eficiencias. Por ejemplo, en el caso de que haya una plaga en el 50% del cultivo, esto será identificable para solo aplicar la solución en esta área.
Del total de su cartera, ¿qué proporción suman los pequeños agricultores?
El 55% que atendemos son cultivos como papa, arroz, vegetales, de consumo local. El negocio de agroexportación, como palta, arándanos, cítricos, representa el 45%, así está dividido en valor para nosotros.
Hoy muchos agricultores están descapitalizados...
Los más pequeños, que son precisamente los que tienen dificultad de acceso a crédito, hoy se enfrentan a problemas en el flujo de caja porque no pudieron sembrar o producen menos debido a los costos.
¿Cuál es el principal reto que tienen ahora como negocio?
Consideramos que, en relación al aspecto financiero, habrá más flexibilidad. El reto, estamos convencidos, es la adopción tecnológica para que el agricultor produzca más.
¿Tienen próximos proyectos de inversión a nivel local?
Estamos haciendo una apuesta muy importante. Se trata de un plan internacional llamado Operación Polinizador, que estamos iniciando en Piura y Lambayeque. Buscamos entregar un nuevo hábitat para especies importantes en el plan productivo, que son los polinizadores, principalmente abejas. A mediano plazo, es una apuesta de US$ 28,000 en Perú para la implementación y desarrollo de la primera fase del programa.