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El sistema de salud pública se puso a prueba con la llegada del COVID-19. Desde el principio de la pandemia, se pusieron en evidencia las limitaciones en cuanto a infraestructura, pero también se vio cierto interés por parte del aparto estatal por digitalizarse.
Una de las iniciativas en este sentido fue la alianza del Ministerio de Salud (Minsa) con la app Smart Doctor, que dio origen a la primera plataforma de teleorientación médica en alianza público-privada del país: la app Minsa-SD
Hasta julio del año pasado, la plataforma atendió a 55,000 pacientes. Luego, en setiembre, el convenio con el Minsa terminó.
“Al ser una organización del gobierno, al Minsa le costó mucho adaptarse a una startup. Hay muchas aristas que no hacen fit y, en el pico de la pandemia, la alianza funcionó. Pero luego, cuando los casos empezaron a caer, optaron por tener el control”, comenta Christian Rivera, CEO de Smart Doctor.
Desafíos
Rivera comenta que uno de los principales dificultades que tiene el sector público para implementar la telemedicina son las distintas formas de trabajar que esta modalidad requiere.
“Nosotros tenemos una metodología ágil y trabajamos con muchos datos. Por lo general, los gobiernos son reacios para compartir información”, indica.
La experiencia con el Minsa también fue aleccionadora para la startup. “Debido al gran volumen de consultas pudimos conocer y entender las necesidades de los profesionales de la salud”, indica.
Así, Rivera calcula que el todo el aprendizaje que supuso la experiencia en pandemia, en circunstancias normales, habría tomado hasta cinco años.
El CEO de Smart Doctor indica que están elaborando un paper de próxima publicación sobre el caso de la alianza entre el sector público y la startup.