Los grupos de presión que representan a las mayores empresas estadounidenses de internet pidieron a Estados Unidos que negocie la eliminación de los impuestos a los servicios digitales cobrados por países que van desde el Reino Unido hasta India, y al menos uno de ellos respalda los aranceles de represalia.
Los gravámenes impuestos por Austria, India, Italia, España, Turquía y el Reino Unido tienen un costo para las empresas estadounidenses de US$ 3,100 millones, señaló el lunes Rachael Stelly, abogada de la agrupación Computer and Communications Industry Association, en una audiencia con la Oficina del Representante Comercial de EE.UU.
Los miembros del grupo incluyen a algunas de las firmas en línea más grandes, como Amazon.com Inc. y Facebook Inc.
La audiencia es la primera de una serie planeada para esta semana, al tiempo que la oficina comercial del país evalúa si aplicará aranceles de represalia a los países en virtud del artículo 301 de la Ley de Comercio de 1974, que podrían totalizar un monto cercano a los US$ 1,000 millones al año.
Los productos que ingresan a EE.UU., desde corbatas italianas y zapatos españoles hasta alfombras kilim turcas y productos de belleza británicos, podrían enfrentar aranceles de hasta un 25% anual.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos ha estado tratando desde el 2015 de negociar un acuerdo global sobre cómo recaudar los beneficios de las empresas con poca o ninguna presencia física en los mercados donde hacen negocios, y su objetivo es hacerlo a mediados de este año.
Pero los países están frustrados con el lento progreso de las negociaciones y comenzaron a avanzar con sus propias medidas unilaterales en el 2019.
Los impuestos presentan una carga administrativa importante, dicen los representantes de la industria, porque las compañías deben satisfacer requerimientos de cumplimiento específicos para cada impuesto nacional, y los grupos tecnológicos se alarman al ver que el número de requerimientos aumenta.
El Gobierno de EE.UU. debería comprometerse con otros países que estén considerando sus propios impuestos digitales, incluidos Brasil, Canadá y Vietnam, dijo Jordan Haas, director de política comercial de la Internet Association, que también representa a empresas de la industria.