El viaje del Mighty Dump Truck de Tonka desde su sitio de fabricación en Asia hasta las tiendas en Estados Unidos es un ejemplo de las peripecias que están teniendo que hacer los pequeños fabricantes de juguetes para sobrevivir el 2021.
Lo que solía ser un costo de US$ 2 por transportar el juguete en barco desde China hasta Los Ángeles ahora es de hasta US$ 12, eso representa la mitad de su precio de etiqueta y claramente afecta las ganancias de su fabricante, Basic Fun, una empresa mediana con sede en Florida que se ha estado preparando para la batalla esta temporada navideña.
“No podemos relajarnos en ninguno de los pasos”, dijo el director ejecutivo, Jay Foreman, en una entrevista. “Tenemos que monitorear cada una de las etapas de la cadena de suministro”.
Ante esto, Basic Fun, también conocida por los juegos de construcción Lincoln Logs y K’Nex, así como los Care Bears, creó dos “salas de guerra” en Hong Kong y Boca Ratón, Florida, donde 18 empleados trabajan por turnos las 24 horas del día.
Desde ahí, Los equipos coordinan cada paso del otrora aburrido proceso de logística, desde la recolección de los pedidos en una fábrica en China hasta asegurarse de que estos salgan de los almacenes de Los Ángeles y Nueva Jersey y lleguen a los estantes de los minoristas.
Este año, cada uno de esos centros se mueve con mayor urgencia para asegurar lugares en contenedores y barcos que hacen el viaje a través del Pacífico en un trayecto de entre 15 y 20 días.
En tiempos normales, es una tarea abrumadora, pero este año se acentúa a medida que la industria de US$ 37,000 millones, según la medición de la firma de investigación de mercado NPD Group, experimenta una de las mayores demandas de juguetes en la historia moderna.
En setiembre, el monto en dólares de las importaciones de juguetes, juegos y artículos deportivos a Estados Unidos solo fue eclipsado por los envíos de productos farmacéuticos y teléfonos celulares en la categoría de bienes de consumo. Inclusive los pesos pesados de la industria Hasbro Inc. y Mattel Inc. han dicho que podrán mantenerse al día, gracias en parte a su capacidad para expandir la capacidad de envío y asegurar el acceso a puertos adicionales.
Foreman no cuenta con los mismos recursos. El control de alrededor de 80% del mercado marítimo mundial y 95% de las rutas transpacíficas se concentran en manos de nueve empresas con sede principalmente en Asia y Europa, según S&P Global Platts, que ejercen un control casi total sobre los precios. Actualmente los costos para enviar un contenedor de 40 pies desde China a la costa oeste oscilan entre US$10.000 y US$15.000 en el mercado spot, más de cinco veces la tarifa antes de la pandemia.
“Es como cuando llueve en la ciudad de Nueva York e intentas conseguir un taxi o un Uber. Las tarifas suben y es más difícil conseguirlo”, dijo Foreman. “Pero si usted es Goldman Sachs y tiene una cuenta con una compañía de automóviles, puede llamarlos y estarán allí”.
La congestión en los puertos de Estados Unidos no está disminuyendo, lo que obliga a algunos como Connie Gee, especialista en logística de University Games con sede en San Francisco, a cambiar de táctica. Ha cambiado los envíos de Los Ángeles a Prince Rupert y Vancouver en Canadá porque es menos probable que estos puertos experimenten retrasos, aunque se necesitan hasta cinco días más para llevar los juguetes al centro de distribución de la compañía en Memphis, Tennessee.
Y dado que University Games está luchando por encontrar trabajadores en el estrecho mercado laboral de Estados Unidos, el presidente de la compañía, Bob Moog, envió a todo su equipo de ventas a mediados de noviembre a etiquetar los paquetes a mano.
Por otro lado, el sector manufacturero ha tenido problemas en China, donde un 83% de los juguetes a nivel mundial se fabrican, según Richard Gottlieb, fundador y director ejecutivo de la consultora Global Toy Experts. Las condiciones locales están empeorando en medio de componentes de precios más altos, según la última lectura de la industria. La escasez de mano de obra tampoco ayuda, y los niveles de inventario y los tiempos de entrega continúan deteriorándose.
Pero esta temporada navideña podría ser diferente. Foreman de Basic Fun dijo que anticipa un enero “enorme”, ya que los clientes cobran tarjetas de regalo y tratan de conseguir lo que no pudieron conseguir el día 25. Su personal trabajará 24 horas al día, 7 días a la semana hasta fin de año para enviar o recibir todo antes del 2022.
“La diferencia entre tener un buen año y un gran año aún está aún por definirse”, dijo Foreman. “Y para nosotros, y creo que para muchos fabricantes, eso se basa en lo que logremos bajar de los barcos y entregar”.