Por Andrea Felsted
No se necesita una visión 20-20 para ver quién fue la fuerza motriz tras la compra acordada de GrandVision NV por US$ 8,100 millones de EssilorLuxottica SA. Leonardo del Vecchio, el persuasivo presidente y el mayor accionista del comprador, dijo en la declaración del acuerdo que con la transacción hizo realidad un viejo sueño.
Del Vecchio ya ha combinado a su diseñador italiano de marcos de anteojos Luxottica, hogar de la marca Ray-Ban y muchas otras, con el fabricante francés de lentes Essilor en una fusión de US$ 53,000 millones.
GrandVision agrega un tercer elemento: una división minorista de ópticas que se extiende por Europa, incluida la cadena Vision Express. Esto le da al grupo aún mayor control sobre el proceso del cuidado ocular, desde la fabricación hasta el contacto con los clientes finales.
Sin embargo, analistas de Bloomberg Intelligence no prevén ningún problema antimonopolio; después de todo; el primer acuerdo, que fue mucho más grande, fue aprobado.
Que la compra de GrandVision fuera tan preciada personalmente por Del Vecchio, tal vez sea un buen augurio para la armonía futura en EssilorLuxottica, que había estado dividida por la tensión entre el multimillonario italiano de 84 años y Hubert Sagnières, el jefe de Essilor y vicepresidente de la compañía combinada.
Los dos lograron una frágil tregua en mayo, pero hacer una compra de US$ 8,000 millones es ciertamente audaz, al considerar que la fusión original de EssilorLuxottica recién se completó en octubre.
El hecho de que ambas partes hayan logrado arreglar las cosas, en la medida en que pudieron negociar este voluminoso acuerdo, es alentador.
EssilorLuxottica ciertamente parece ser el espectáculo de Del Vecchio ahora, tal vez inevitablemente debido a su control de una participación de 32%.
Hay similitudes con otro multimillonario italiano, Stefano Pessina, quien construyó su imperio Walgreens Boots Alliance Inc. a través de una serie de acuerdos en Europa y luego en Estados Unidos para controlar la distribución y la venta minorista de productos farmacéuticos.
Del Vecchio y Sagnières pueden haber estado motivados a realizar una jugada en GrandVision de manera tan rápida debido a las preocupaciones sobre el posible interés rival del capital privado, que está inundado de efectivo y compra compañías indeseadas.
El precio objetivo de las acciones holandesas había languidecido antes de que Bloomberg informara las negociaciones del acuerdo a principios de este mes.
Tal como están las cosas, una prima de 33.1% al precio de cierre del 16 de julio, un día antes de que se revelaran las conversaciones, parece aceptable para ambas partes. Las acciones de GrandVision subieron a 26.70 euros el miércoles, justo por debajo del precio de oferta de 28 euros (aumentando a 28.42 euros si la transacción no se cierra en 12 meses).
Analistas de Bernstein estiman que la compra representaría un aumento de 5% a 6% de las ganancias por acción en el 2019 y 2020, sin sinergias.
Aun así, Del Vecchio y Sagnières tienen mucho trabajo por delante. La unión de Essilor y Luxottica recién comenzó en serio, en un esfuerzo por generar ahorros anuales prometidos de 600 millones de euros.
Inusualmente, no han establecido una cifra respecto al ahorro de costos que podrían obtener de GrandVision. Más detalles llegarán en su debido momento, tal vez en un día del inversionista en setiembre, pero no calcular los beneficios potenciales es desalentador.
El mayor peligro es que las hostilidades entre Del Vecchio y Sagnières se vuelvan a encender. Con mucho aún en juego en el acuerdo original, y una fornida adquisición a la vez, reclutar a un solo director ejecutivo para supervisar la integración es más importante que nunca. También necesitarán considerables habilidades diplomáticas para navegar por las diversas facciones en la junta directiva.
(*) Esta columna no necesariamente refleja la opinión de la junta editorial o de Bloomberg LP y sus dueños.