Si hay una palabra que describe a Adriana Valcárcel es la perseverancia. Con 34 años al frente de una empresa que nació para promover la diversidad de los granos andinos cuando éstos no eran famosos en el mercado nacional ni internacional, la ingeniera química se sigue poniendo nuevos retos a sus 62 años, uno de ellos: seguir creciendo a través de plataformas internacionales como Amazon pese a que continúa en el constante aprendizaje de dominar el internet.
En el 2015 Valcárcel fue reconocida por Sierra Exportadora como empresaria del año en la categoría Microempresa, por su marca Cusco Mara. Aquella empresa que se creó con solo US$ 100 en un patio de la casa de una de sus primeras socias en la ciudad imperial, y que después de varios años de trabajo e investigación ha logrado más que multiplicar exponencialmente esa cifra.
Pero el camino fue “prueba y error”. “Nuestro primer producto a base de kiwicha fue sin color y sin sabor, 100% natural, pero nadie lo compraba. En el año 1987 participamos por primera vez en la conocida feria de Huancaro y llevamos confetis de kiwicha, de colores y sabores a fruta, a la gente le encantó”, cuenta la empresaria a Gestión.pe.
Hoy exporta sus productos a Costa Rica, Alemania, Estados Unidos, Japón e Italia. Y en Perú, sus más de 30 productos elaborados se venden en más de 60 puntos de venta, como en la cadena de Supermercados Peruanos S.A. (Plaza Vea), Cencosud (Wong), Tottus, bioferias y tiendas naturistas.
El ingreso a Amazon
La primera vez exportando no fue fácil. En los años noventa no estaban difundidas las normas del Codex Alimentario y se tenía que estudiar otros requisitos para exportar al mercado estadounidense. Todos esos documentos costaron US$ 3,000. “Ahora uno mismo lo puede hacer y gratis”, refiere Valcárcel.
La clave de sus primeros envíos a Nueva Jersey fue la asociatividad. Se unió a dos marcas más de Cusco para concretar sus primeros envíos a Estados Unidos. Pero no fue hasta el 2018 que, tras postular a un concurso de la Comisión de Promoción del Perú para la Exportación y el Turismo (Promperú), la marca Cusco Mara logra ser seleccionada para colocar alguno de sus productos en la plataforma creada por Jeff Bezos, Amazon.
“Para este año la expectativa es ingresar a la plataforma con el aceite de kiwicha tanto de la línea para alimentación como cosmética. También estamos haciendo los trámites para que este producto ingrese a Supermercados Peruanos y, tras ganar este año en una de las categorías del Programa de Apoyo a la Internacionalización (PAI), apuntamos a ingresar a nuevas plataformas virtuales y tiendas especializadas en Estados Unidos”, informó.
El otro objetivo de la marca para este 2022 es incursionar en productos de la economía circular. “Al extraer el aceite de la kañihua y kiwicha, lo que nos queda es una especie de torta que contiene un mix de vitamina, proteína y fibra que lo promocionaremos como alimento para la línea vegetariana y vegana”, agregó.
El avance de la empresa, además del ímpetu de Valcárcel, es su centro experimental ecológico ubicado en Cusco, en donde se ha logrado rescatar 40 tonalidades de kiwicha y estudiarlas. Justamente, en un trabajo de investigación en conjunto con una ingeniería peruana-alemana se pudo confirmar científicamente que las tonalidades oscuras de kiwicha tenían un alto valor nutricional y ácido docosahexaenoico (DHA).
Consejo a los jóvenes
Para Valcárcel cada tiempo tiene su particularidad. El de los jóvenes de hoy es la alta competencia: quieren que su negocio sea exitoso rápidamente. “Cuando yo empecé el reto era romper paradigmas y si eras mujer, tenías que esforzarte más del doble. Si bien hoy hay más competencia, tienes un mercado abierto”, comenta.
Hay dos consejos que deja a los jóvenes emprendedores: “No hay nada mejor que respetar el sueño de los demás”. La empresaria se refiere a que muchas veces, en los negocios jóvenes, donde suelen haber más retos, no todos los socios lo podrán manejar, y si ya no se sienten satisfechos es mejor no retenerlos.
Por otro lado, también hace hincapié en no tener miedo a hacer lo que a uno le apasione. “Me fui de Cusco para ser ingeniera química, terminé la carrera, hice mis prácticas y sentí que no era lo que buscaba. En los libros encontré mi inspiración: investigar todo sobre la kiwicha. Al inicio mis padres no quisieron saber de mi emprendimiento, pero le puse toda mi pasión y no me he rendido”, finaliza.
Dato
- Antes de ser Cusco Mara, la empresa se llamó Amarantus. Tras una búsqueda de que la empresa tuviera un significado que revalorara los sabores andinos y los granos milenarios, se denominó Cusco Mara, pues Mara en quechua y aymara significa “perdurar en el tiempo”.