El mercado de oficinas fue uno de los sectores más afectados por el impacto del covid-19. Y si bien este año inició una recuperación con el mayor regreso al trabajo presencial, aún no se retorna a los niveles del 2019.
En medio de esta coyuntura, las empresas de coworking buscaron variar a un esquema de pago flexible, para así poder resistir el impacto de la pandemia.
Cabe recordar que en el esquema de coworking existen tres actores: el desarrollador propietario de los inmuebles, la empresa de coworking que renta estos espacios, y la empresa usuaria final que alquila las oficinas a las empresas de coworking.
El esquema tradicional, el propietario establecía una tarifa fija de renta a pagar por la empresa de coworking, sin importar si estos ambientes llegaban a ser ocupados o no por las empresas usuarias finales.
Pero desde el 2020, tras el impacto de la pandemia, las empresas de coworking buscaron migrar a un esquema de renta flexible, que varía según el nivel de ocupación que tiene el inmueble, indicó la consultora Binswanger Perú. Este esquema se denomina ‘profit sharing’.
Mediante el ‘profit sharing’ se comparte el riesgo entre el propietario y la empresa de coworking. Se establece un precio de renta base menor al nivel de renta del mercado, pero a medida que el coworking eleva el nivel de ocupación de estos espacios, la tarifa a pagar al propietario subirá.
“Si bien al inicio la tarifa de renta es menor, el atractivo para el propietario está en que si la ocupación sube al 100% la renta puede llegar a ser incluso mayor a la que se paga en el mercado, ese es el gancho”, subrayó Lisbeth Buzzi, consultora de oficinas en Binswanger Perú.
Al respecto, Ernesto De Olazával, CEO de Comunal, una de las empresas de coworking que opera en el Perú, explicó que bajo este esquema ambas partes se convierten en una especie de ‘socios’, pues el propietario recibirá parte de las ganancias cuando exista una mayor ocupación (Gestión 11.11.2022).
Si bien este esquema empezó en el 2020 y creció el 2021, ya para este año se ha convertido en el predominante. Así, un estudio de Binswanger Perú reporta que el 90% de los 16,000 m2 de la nueva oferta de coworking registrada el 2022 opera bajo el formato de ‘profit sharing’.
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Extensión de contratos
Además del esquema de ‘profit sharing’, otra estrategia de las compañías de coworking es reducir las tarifas a sus usuarios a medida que el plazo del contrato sea mayor, indicó Ricardo Cabrera, executive managing director de la consultora Newmark Perú.
“Una de las ventajas del coworking es que ofrece flexibilidad en los plazos del contrato. Se pueden alquilar oficinas por solo un mes, según las necesidades de la empresa usuaria. Pero si el plazo es mayor, por ejemplo, un contrato de tres años, podría darse un descuento en la tarifa de entre 10% a 20%”, indicó.
De la misma forma, la tarifa baja a medida que el contrato sea para albergar a un mayor número de trabajadores . En coworking, la oferta de las oficinas privadas tienen un rango de precios promedio desde los US$ 190/mes hasta US$ 220/mes. Mientras que la tarifa por escritorios flexibles, los espacios más económicos, se ubican en un promedio de US$ 130/mes (ver cuadro).
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El reporte de Binswanger Perú señala que actualmente el tiempo promedio de los contratos vía coworking es de tres a seis meses (hace un año el plazo promedio era de seis meses a un año).
“El coworking ha salido beneficiado por la incertidumbre de algunas empresas respecto a no saber si van a seguir en trabajo en remoto o si volverán a las oficinas, por lo que aún siguen en este tipo de oficinas con contratos de corto plazo”, anotó Cabrera.