A consecuencia de la pandemia, las inversiones hoteleras en la ciudad ombligo del mundo se han detenido; sin embargo, una situación que ya se venía observando desde antes del COVID-19 y que marcará tendencia en los próximos proyectos de este sector, es que aproximadamente el 70% de sus inversiones se originan a partir de negocios del mismo rubro instalados en la región.
Así lo señaló el vicepresidente de la Cámara Hotelera del Cusco, Fernando Santoyo, quien explicó que actualmente los empresarios optan por comprar hoteles de 3 y 4 estrellas para luego acondicionarlos a los servicios, formatos y condiciones de sus marcas, cuya modalidad también se ha visto en otros casos, en los que los hospedajes de mayor extensión fueron absorbidos incluso por cadenas hoteleras.
“Hace cinco años los empresarios preferían una inversión de cero, pero ahora esto ha cambiado, principalmente, por las barreras burocráticas que se dan en los proyectos del Centro Histórico, las cuales están ligadas a la conservación patrimonial o vinculadas al otorgamiento de las licencias de funcionamiento”, dijo.
Inversión
A esta situación se suma –explicó Fernando Santoyo- que el costo del metro cuadrado de una propiedad, la cual mientras más cerca a la Plaza de Armas se encuentre, varía aproximadamente entre US$ 4,000 y US$ 8,000. En contraparte, cuando se adquiere un hotel previamente instalado, el desembolso es menor, pues existen las instalaciones solo para adecuación y, además, se cuenta con los permisos de operación, sostuvo.
“Cuando se empieza un proyecto de cero, solo la licencia de construcción puede tardar meses o más; además, de otros procedimientos que son engorrosos y muy costosos. En cambio, en la adquisición bajo esta modalidad, los trámites y los costos son más bajos y se trata básicamente de inversión en un rediseño del espacio”, mencionó.
Tarifas
El representante empresarial también sostuvo que frente a la difícil situación económica que existe en el país y con la finalidad de impulsar el turismo interno, los hoteleros han reducido sus tarifas entre 20% y 30%; a la vez que han optimizado inversión en los mecanismos de comercialización, especialmente, en el campo digital.
“Muchos propietarios han adecuado su estructura de costos al poder adquisitivo del turista nacional; eso ha implicado mucha inversión en tecnología, eficiencia en costos, desarrollo de marketing para captar clientes, entre otros recursos. El fin es no afectar los márgenes, pese a la reducción de las tarifas”, remarcó.
En cuanto al turismo internacional, Fernando Santoyo señaló que la inestabilidad que vive el país pone en riesgo la recuperación del flujo turístico proyectado para este año, el cual se había estimado en 40% con respecto al 2019, pues lo que sucede en el país “es noticia internacional y genera un desaliento para los turistas que desean visitarnos”.
La ocupación en los hoteles del Cusco, agregó, “funciona como termómetro porque de aquí es que parten los visitantes para los diferentes atractivos del Valle Sagrado y Machu Picchu”.
PRECISIONES
- Oferta. En el Cusco existen 1,400 hospedajes, de los cuales 850 tienen fines turísticos.
- Crecimiento. Las inversiones hoteleras más importantes realizadas en Cusco fueron entre el 2012 y el 2015.
- Crisis. Tras la pandemia, un 30% de establecimientos de este rubro no han vuelto a operar.