El rey del entretenimiento para niños y adolescentes, Disney, se lanza sin tapujos al mundo de las películas para adultos, con “Sextape”, sobre la actriz Pamela Anderson, o con el nacimiento de la música punk en Gran Bretaña.
Disney ya avisó a finales del 2020: para su plataforma de video a la demanda, la compañía del castillo mágico quería expandir su fiel base de seguidores.
A lo largo de su centenaria historia, Disney “ya capturó todos los consumidores que podía”, explica Richard Cooper, director de investigaciones del gabinete de estudios Ampere Analysis.
“Pam y Tommy” es un “biopic”, o biografía filmada, que narra el famoso robo de una cinta con fuerte contenido erótico, la que filmaron en su noche de bodas la actriz estadounidense Pamela Anderson y el batería del grupo de Mötley Crüe, Tommy Lee. Su filtración causó escándalo en los años 1990.
Más producciones fuera de EE.UU.
La ambición del grupo Disney es lograr entre 230 millones a 260 millones de abonados de aquí al 2024.
En apenas dos años, desde su lanzamiento, Disney+ ha conseguido situarse en el trío que domina las plataformas de difusión, con 130 millones de abonados en 60 países, detrás de Amazon Prime Video (más de 175 millones en más de 200 países y territorios) y el pionero Netflix (cerca de 222 millones en más de 190 países).
Su catálogo es gigantesco, y va desde el universo Star Wars a Marvel, pasando por el fondo Pixar, FX, National Geographic o 20th Century Fox.
El mercado estadounidense está saturado, así que Disney tiene que seguir los pasos de Netflix, por lo que rodará 340 programas originales fuera de Estados Unidos para los próximos dos años, de los cuales 60 serán series producidas en Europa.
“Activismo de marca”
“El volumen de contenido local es bastante elevado y fácilmente accesible” en Europa, lo que permite a Disney “escoger cuidadosamente” sus producciones locales, explica Cooper.
Por ejemplo, una miniserie en Francia sobre la muerte de un estudiante argelino a manos de la policía en 1986, o la serie italiana “Los ángeles ignorantes”, disponible desde abril, sobre una mujer que descubre a la muerte de su marido que tenía una amante.
La serie “Pistol”, adaptada por Danny Boyle (“Trainspotting”, “Slumdog millionaire”) se inspira en las memorias del guitarrista del grupo punk británico “Sex Pistols”, y será estrenada a finales de mayo.
En Alemania será el turno de “Sam, a saxon”, que explica la ascensión y luego la caída del primer policía negro en Alemania del Este.
En América Latina, Disney Latino opera como canal desde el 2000. Para junio anuncia el estreno de “Siempre fui yo”, una serie colombiana.
“Disney está desarrollando un discurso cada vez más comprometido con temáticas relacionadas con la inclusión y la diversidad”, explica Louis Wiart, profesor de comunicación de la Universidad Libre de Bruselas.
Aunque esa política tiene sus riesgos: Disney se posicionó en Florida contra una ley recién aprobada por el Congreso local, dominado por los republicanos, que prohíbe la enseñanza de asuntos relacionados con la orientación sexual y la identidad de género en escuelas primarias.
Ello provocó a su vez la represalia del gobernador, Ron DeSantis, que eliminó el estatuto que permite al gigante del entretenimiento actuar como un gobierno local en la zona donde instaló su parque de atracciones en Orlando.