La principal línea de negocios de ABN y Commerzbank no es particularmente rentable. (Foto: Reuters)
La principal línea de negocios de ABN y Commerzbank no es particularmente rentable. (Foto: Reuters)

Una lección del 2008 fue que los bancos europeos medianos no deben intentar salirse del tiesto. La mayoría de los que trataron de expandirse agresivamente a nuevos mercados -ABN Amro Bank y Commerzbank entre ellos- terminaron en manos del Estado.

Estas dos entidades crediticias aprendieron la lección, y han pasado una década adelgazando. Pero sus modelos de negocio, ahora más sencillos, dan a los accionistas, los contribuyentes, algunos de los rendimientos más bajos del sector, y son especialmente vulnerables a la pandemia.

El problema inmediato para ABN, valorado en 6,000 millones de euros en bolsa, y Commerzbank, 4,000 millones de euros, es el aumento de la morosidad por el virus. El grupo neerlandés, ahora 6% propiedad del Estado holandés, según datos de Refinitiv, reveló el miércoles un gasto de 1,100 millones de euros por saneamientos crediticios, lo que le llevó a una pérdida para el primer trimestre.

El presidente ejecutivo, Robert Swaak, achacó dos quintas partes de estas provisiones a “excepcionales” pérdidas en los clientes. Por su parte, Martin Zielke, de Commerzbank, cuadruplicó sus provisiones contra la insolvencia, lo que contribuyó a eliminar el ya exiguo beneficio de explotación del banco alemán.

El problema de la deuda incobrable es común a todos los bancos. En todo caso, los bancos de Swaak y Zielke están en mejor posición que otros, como Barclays, que tiene una gran exposición a la deuda relativamente arriesgada de las tarjetas de crédito de Estados Unidos.

Pero las bajas valoraciones de ABN y Commerzbank —30% y 15% de sus respectivos valores en libros del 2020, usando datos de Refinitiv— están muy por debajo de la media de los 25 mayores bancos europeos, que están en el entorno del 60%, y dan fe de un problema más profundo.

Ambos bancos se han centrado en sus mercados nacionales y en sus negocios principales. La cartera de préstamos del que dirige Swaak, de 278,000 millones de euros, es en su mayoría holandesa, y más de la mitad son hipotecas.

El grupo de Zielke, en el que el Estado alemán tiene una participación de 16%, es el mayor prestamista a pequeñas y medianas empresas del país. Pero la principal línea de negocios de ABN y Commerzbank no es particularmente rentable: generarán retornos sobre el capital tangible (ROTE, una medida habitual de la rentabilidad en el sector) de 3.8% y 0.9% este año, respectivamente, según cálculos de Refinitiv.

Esto se debe principalmente a que los préstamos en la zona euro tienen un margen muy reducido, que se reducirá aún más a medida que el Banco Central Europeo baje los tipos de interés en respuesta a la pandemia. Entretanto, los Gobiernos están presionando a los bancos para que sigan apoyando a los prestatarios, lo que podría mermar las ganancias.

ABN y Commerzbank, sin un gran negocio de gestión de patrimonio o intermediación financiera, tienen pocas alternativas.

La simplicidad, hermanada con los bajos rendimientos, es sin duda preferible a los excesos del pasado. Pero también ancla las valoraciones a niveles de descuento, y significa que los contribuyentes pueden quedarse estancados durante un tiempo.