Las tiendas del Centro Histórico de Lima esperan que este 2022 marque finalmente la recuperación del negocio. Sin embargo, no solo siguen enfrentando los límites de aforo, ahora también las obras de la peatonalización.
Desde ayer, el municipio de Lima realiza los trabajos de la segunda etapa de dicho proyecto del Plan Maestro de Recuperación del Centro Histórico de Lima para impulsar el turismo y la economía. No obstante, los comerciantes no ven ese impacto.
Salvador Ode, expresidente de la Asociación de Comerciantes del Centro de Lima, señaló que la afluencia de clientes y las ventas están al 40% de la etapa prepandemia, no solo por la emergencia sanitaria.
“El centro de Lima siempre fue comercial y turístico, pero ahora hay locales cerrados casi tres meses, como las ópticas en jirón Huancavelica. Las otras tiendas están al 40% porque menos gente está viniendo”, dijo a Gestión.
Al respecto, comentó que la ejecución simultánea de obras en diferentes cuadras ahuyenta a los visitantes, inclusive, en zonas donde estos trabajos han culminado. El impacto final tampoco sería tan positivo para ellos, sostuvo Ode.
“Se impulsa que las personas vengan en bicicleta, pero quienes lo hacen no vienen a hacer turismo o a comprar, solo a pasear. Los locales que recibían clientes en sus vehículos ya no lo pueden hacer. Se están haciendo las cosas sin planificar”, anotó.
Públicos
El empresario advirtió que el Centro Histórico está dejando de recibir a públicos de adultos mayores o personas con problemas de movilidad. Por ello, consideró que las obras deberían realizarse de manera más gradual y ver alternativas para no restringir mucho el tránsito vehicular.
“Vemos que los jirones Callao, Huallaga, que eran muy comerciales, ahora están muertos”, dijo, tras mencionar que la afluencia de los jirones Ica y Ucayali -antes peatonalizados- responde más a que se convirtieron en vía de salida ante las manifestaciones que se realizan en la zona.
Operación
Para Salvador Ode, la campaña navideña del 2021 dio cierto respiro a los comerciantes del Centro Histórico de Lima, pero estuvo por debajo de las expectativas.
“Diciembre es un mes importante y puede hacer la venta de tres meses, esta vez no fue nada especial por la incertidumbre de los aforos, que subían y bajaban, y los toques de queda”, anotó.
Ahora, con el retiro de las restricciones de horario y el retorno progresivo de turistas extranjeros -principalmente europeos-, el empresario confió en una mejora del negocio en los próximos meses, aunque el ambiente político y su impacto en el consumo les preocupa.