El reglamento de la Ley que regula el uso medicinal y terapéutico del cannabis y sus derivados se publicó a principios del año pasado y, hasta ahora, no se ha otorgado una sola licencia de producción. Sin embargo, esto podría cambiar en los próximos meses. Pese al COVID-19, durante el año se han realizado diversas inversiones en este rubro y algunas ya podrían obtener luz verde de los reguladores.
Cann Farm es una de las empresas que está en proceso de obtener dicha licencia. Tras invertir US$ 6 millones, la compañía ya tiene listo su laboratorio para la producción de derivados de cannabis. Las instalaciones están localizadas al norte de Lima, sobre parte de un terreno de 60 hectáreas disponibles para el cultivo de la planta.
“Nuestra inversión ya está hecha. Estamos esperando un proceso de inspección de parte del Ministerio del Interior (Mininter). En caso haya alguna observación, la subsanaremos. Luego toca una supervisión por parte del Ministerio de Agricultura (Minagri) y, tras ello, los documentos ingresan a la Digemid. Consideramos que hay tiempo suficiente para recorrer todo este proceso y obtener nuestra licencia antes de fin de año”, afirma Andrés Vázquez, presidente de Cann Farm.
En el laboratorio, Cann Farm procesará cannabis para obtener extractos que podrán ser vendidos a farmacias con licencia para la elaboración de fórmulas magistrales. “Tendrán la posibilidad de contar con un insumo de calidad, producido a nivel local, que seguramente tendrá costos más competitivos que los importados”, indica Vázquez.
Cann Farm también busca elaborar sus propios productos terminados como aceites diluidos o extractos estandarizados.
“En estas instalaciones podemos desarrollar un portafolio variado de productos que, en un principio, serán derivados de cannabis, pero también iremos incorporando otros ingredientes”, indica Vázquez. Asimismo, la empresa planea trabajar con otros laboratorios a los cuales podría vender extractos de cannabis para que puedan elaborar sus propios productos.
Esta oferta, que en principio será desarrollada para el mercado local, posteriormente se colocará también en el mercado internacional.
Normativa
El reglamento de cannabis medicinal especifica que la licencia de producción se otorga a la entidades pública o laboratorios autorizados y certificados por Digemid. Entre los tipos de licencia, destacan dos: con cultivo (la que busca obtener Cann Farm) o sin cultivo.
Si un laboratorio solo busca importar insumos, puede aplicar a esta última. En este caso, el Minagri no interviene en el proceso, por lo que el otorgamiento de esta clase de licencias debería tomar menos tiempo.
“Hemos recibido comentarios de que nuestra aplicación no es la única”, comenta Vázquez. Si entre estas otras se encuentran algunas del tipo sin cultivo, deberían ser expedidas antes que la de Cann Farm. Sin embargo, en la actualidad las empresas enfrentan un cuello de botella en el Ministerio del Interior.
Ambos tipos de licencia de producción requieren una inspección de los protocolos de seguridad por parte de la Dirección Antidrogas (Dirandro). “Entiendo que hay algunos temas internos y de tipo administrativo, pero en la práctica no están yendo a auditar, lo que impide el avance del proceso. Si no se ejecutan estas visitas, las licencias no van a poder salir”, advierte Vázquez.
¿Qué supervisa la Dirandro?
El principal interés del Mininter, a través de las fiscalizaciones de Dirandro, es asegurarse que ningún producto derivado, semilla o planta que elabora o cultiva una empresa sea desviado al mercado ilegal.
Las supervisiones que Dirandro realiza sobre los protocolos de seguridad presentados por las compañías cubren dos aspectos fundamentales: barreras físicas y procedimientos.
En el primer caso, se evalúa la infraestructura. Cámaras de seguridad, alarmas, luces y barreras físicas. “Buena parte de las inversiones se destinan a esto”, explica Andrés Vázquez, de Cann Farm. En cuanto a los procedimientos, señala que “se enfocan principalmente en la prevención. Además se necesita trabajar con personas que estén alineadas con los objetivos y la responsabilidad de la empresa”.