La petrolera estatal saudí, Aramco, anunció la firma de un contrato de arrendamiento y retroleasing de su red de gasoductos por US$ 15,500 millones (unos 13,700 millones de euros) y un periodo de 20 años con un consorcio liderado por la estadounidense BlackRock y la saudí Hassana.
Se trata del segundo contrato de este tipo que cierra este año tras haber hecho lo mismo el pasado mes de abril con su red de oleoductos, que arrendó durante 25 años a la estadounidense EIG por US$ 12,400 millones (alrededor de 11,000 millones en euros).
Al igual que entonces, este nuevo acuerdo supone la creación de una compañía, Aramco Gas Pipelines Company, a la que cederá los derechos de uso de la red de gasoductos de Aramco y que a su vez se los arrendará a Aramco durante 20 años a cambio de una tarifa que irá en función de la producción que fluya por ella y con una garantía de uso mínimo.
Aramco poseerá el 51% de la nueva empresa y el 49% restante al consorcio conformado por BlackRock, el mayor gestor de activos del mundo, y Hassana, propiedad de la Organización General del Seguro Social saudí, indicó Aramco en un comunicado.
La petrolera aseguró en la nota que se trata “de unos de los mayores contratos sobre infraestructura energética del mundo” y que representa “un significativo progreso en el programa de optimización de activos” de la estatal saudí.
“Hemos logrado otro gran hito en nuestro programa de optimización de cartera mientras avanzamos hacia un mayor y más fuerte negocio gasístico”, dijo el presidente ejecutivo de Aramco, Amin Nasser, según la nota.
Tras la fuerte caída de los beneficios de Aramco en el 2020 (un 44.4% menores que en el 2019), la empresa ha realizado varias estrategias de financiación con el arrendamiento de sus ductos y varias emisiones de deuda para poder mantener su reparto de dividendos a niveles altos.
Aramco salió a bolsa en diciembre del 2019 aunque solo ofertó el 1.5% de sus títulos.
El resto sigue en manos del gobierno saudí, que ha lanzado en los últimos años una serie de ambiciosos y multimillonarios proyectos, financiados con el dinero proveniente de la exportación de petróleo, para modernizar el país y diversificar su economía, altamente dependiente del crudo.