El gigante chino del comercio en línea Alibaba vio sus acciones hundirse el viernes después de su promesa de invertir 100.000 millones de yuanes (US$ 15,400 millones) en causas caritativas en respuesta al llamamiento del presidente Xi Jinping.
En agosto, el jefe de Estado había pedido a los más ricos de sus compatriotas que trabajaran más en pro de la “prosperidad común”, en un país donde el fulgurante auge económico de los últimos decenios ha acentuado las desigualdades.
En el punto de mira de las autoridades en los últimos meses por diversas razones -desde la recogida abusiva de datos personales a las acusaciones de prácticas monopolísticas- Alibaba decidió responder a la llamada.
El grupo “está deseoso de contribuir a la consecución de la prosperidad común”, dijo en un comunicado Daniel Zhang, ejecutivo de Alibaba.
El gigante del comercio electrónico ha anunciado que desea invertir en los ámbitos de la innovación tecnológica, las pequeñas y medianas empresas e incluso el bienestar de los trabajadores precarios.
A raíz de ello, las acciones del grupo cayeron el viernes 4% en la Bolsa de Hong Kong, debido a la preocupación de los inversores por las consecuencias de esta iniciativa para la empresa.
“Esta donación no garantiza a Alibaba que no se verá afectada por otras medidas reguladoras”, señaló a Bloomberg News el analista Castor Pang, de la firma Core Pacific Yamaichi.
Los reguladores chinos están recuperando el control de las empresas tecnológicas tras años de legislación relativamente laxa.
En la primavera, Alibaba fue multada con 2.300 millones de euros por obstaculizar la competencia.