¿Qué tanto se ha recuperado la economía nacional respecto del 2019?
En promedio estamos por debajo de ese año, pero hay sectores que sí están al mismo nivel -o ligeramente por encima- como construcción, minería o agricultura. En el caso de servicios, hay diferencias: restaurantes, hoteles y alojamiento, y servicios a empresas están muy golpeados y lo van a estar durante el año.
En tanto, hay otros más dinámicos como educación o salud, que están relativamente mejor, aunque por debajo del 2019. Si la economía rebota este año 10%, como dicen las proyecciones del Gobierno, todavía estaríamos 3% por debajo del 2019 con una sensación de recesión leve y problemas de empleo.
El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) estima que este año 16.9 millones conformarán la PEA ocupada; si bien está por encima del 2020, aún no alcanza al 2019. ¿Cómo se configuraría esta cifra?
Justamente un buen termómetro es el 2019, y con respecto a ese año -como comentaba- la economía registraría una caída de 3%, una recesión suave, con elevado número de subempleo. Ese subempleo realmente es de ingresos. Aumentan los empleos, pero con ingresos bajos; ciertamente son informales o independientes. También han aumentado los trabajadores no remunerados, aquellos que ayudan a la familia.
Hacia adelante, esta segunda vuelta electoral trae dos candidatos con ideas diametralmente opuestas. ¿Qué escenarios para la economía se desprenden de esta coyuntura?
Hay dos grandes escenarios totalmente distintos y todo está sujeto al resultado del voto del 6 de junio. Lo demás es “ceteris paribus”: un buen contexto internacional, precio del cobre alto, la pandemia, la vacunación; todo esto es idéntico para quien gane, estos no son los factores que nos llevarán a uno u otro escenario. Lo que sí es diferente, claramente, es el resultado que se desprenda de cada uno, son mundos distintos. Por eso, en ambos casos hay cuatro subescenarios.
Los escenarios
Si Keiko Fujimori (Fuerza Popular) gana las elecciones, ¿qué escenarios se abren?
Si gana la candidata Keiko Fujimori, hay un escenario donde logra una alianza en el Congreso, acuerdos políticos más sólidos, lo que le dan una mejor gobernabilidad; pero también puede darse el caso donde no logra ese consenso y va sola, entonces podría enfrentar una sociedad movilizada, demanda social y una oposición política fuerte del que pierde.
¿Cuáles son los escenarios en el caso de un eventual gobierno de Pedro Castillo (Perú Libre)?
Si gana el candidato Pedro Castillo, es más complicado aún, porque va a enfrentar una ruptura con el sector empresarial por su discurso. Entonces, se abren dos escenarios, un Castillo moderado, que gana por poco, con un Congreso que podría ser hostil y que no lo va a dejar cumplir con lo que ha dicho.
Gran parte del plan de gobierno de Perú Libre para ejecutarse pasa por tener mayoría en el Congreso, que no la tiene. Lo que sí podrá hacer es mucho “entusiasmo” fiscal y activismo microeconómico regulatorio, “capturando” a los reguladores o Indecopi. Aun así, sería un Castillo acotado, sin mucha fricción, cierta presión pero en temas sectoriales y mucha expansión fiscal.
¿Cuál es el otro escenario ante eventual gobierno de Castillo?
Está un posible Castillo extremista, que es quien ganaría por una amplia ventaja, y así tenga minoría en el Congreso, podría buscar cómo forzar un referéndum para preguntar si se quiere cambiar la Constitución en Asamblea Constituyente. En ese escenario, hay mucha fricción, porque si gana habría un referéndum en lo que resta del año, y una Asamblea Constituyente paralela al Congreso de cara al 2022. Un mundo desconocido para el Perú con una economía que se resiente mucho más.
Los números
¿Qué proyecciones hay para la economía en el 2021? Gane quien gane, ¿este año ya está cerrado?
Quien gane entrará con un primer semestre completado, donde se va a registrar un fuerte rebote de la economía. Pero no está garantizado lo que va a ocurrir en el cuarto trimestre, o incluso desde el tercer trimestre de este año; se verán efectos distintos en función de las expectativas para el 2022.
Dicho de otra manera, el número anual no va a cambiar mucho, podríamos tener un crecimiento de 10% de la economía en un escenario “A” o un 7% de expansión en un escenario totalmente distinto. Estos 3 puntos porcentuales entre las proyecciones podrían parecer poco, pero de forma trimestral, ahí se notaría la diferencia; se podría cerrar el 2021 con un incremento que languidece. La cifra del 2022 sí es totalmente abierta.
¿Qué proyecciones tienen -considerando los escenarios que comentó- para el 2022, donde se podría continuar con el manejo económico o se podrían cambiar las reglas de juego?
El MEF proyecta un crecimiento de 4.8% para el próximo año, y es una estimación razonable en ese primer escenario (de continuación del manejo económico). Pero, en el otro escenario, (la proyección) se abre mucho dependiendo de si es (un gobierno) moderado o extremista, pero estaríamos hablando de un tercio de eso, o cerca de cero; es decir, entre 0% y 1.5% de crecimiento.
¿Cómo se comportaría el gasto privado en una estimación de crecimiento entre 0% y 1.5%?
Este año no hay mucha variación, porque ya tienes jugado la mitad del año con un fuerte rebote, pero lo que está en la mesa en el corto plazo, es el desempeño del segundo semestre y el 2022. Cuando decimos que la economía “crece” 0% o se expande 1.5% no parece haber diferencias, pero sí las hay en su composición.
En un primer caso tienes una fuerte caída del gasto privado con fuerte impulso fiscal; en el otro caso, tienes una menor caída del gasto privado, con menos impulso fiscal. En resumen, dependiendo de los cuatro escenarios, este año la economía rebotaría entre 7% y 10%; y en el 2022, crecería entre 0% y 5%.
¿Cerca del 2019?
En el 2022, tomando en cuenta las situaciones descritas, ¿qué tal lejos nos quedamos del 2019?
Si la economía se incrementa 10% este año, estás 3% por debajo del 2019. Entonces, creciendo 4% o 5% en el 2022, sí le “ganas” al 2019, y el empleo y los salarios comienzan realmente a dar la vuelta. Pero, en un escenario donde el PBI crece entre 0% y 1.5%, vas a estar lejos del 2019, te quedas parado. Esa situación es socialmente explosiva por el lado salarial y empleo en un contexto donde los jóvenes seguirán saliendo al mercado laboral. El Perú no puede darse ese lujo.
“Más gasto con PBI estancado, lleva a una deuda explosiva”
Por el impacto de la pandemia el déficit fiscal fue de 8.9% del PBI en el 2020. Para este año, el MEF proyecta que sea de 5.4% y la senda para los siguientes años lo llevaría al 1% en el 2026.
En este contexto en el que se busca la consolidación fiscal, ¿qué tanto espacio hay para un mayor gasto, por ejemplo, en bonos para la población vulnerable, tal como lo han prometido ambos candidatos a la presidencia?
Para Elmer Cuba, socio de Macroconsult, la política económica es un “combo completo”. “Si tú vas a hacer que la inversión privada crezca, que el PBI potencial crezca, que la infraestructura crezca, esto es consistente con una política de bonos, hasta el mismo Fondo Monetario Internacional (FMI) Io ha recomendado”, señaló.
Agregó que los subsidios a las personas en situación de pobreza, que además perdieron su empleo, los puede ayudar a salir de esta condición y, además, mueve la aguja de la demanda.
“Un bono solo no hace nada. Cualquier expansión del gasto que venga acompañada de una expansión de producto te estabiliza el déficit fiscal y te hace caer el ratio de deuda/PBI. Pero solamente gasto, con un producto estancado, ahí sí hay que enfrentarse a una deuda pública explosiva”, puntualizó el economista.