Elmer Cuba, economista socio de Macroconsult
En sus últimas proyecciones, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) ajustó a la baja el crecimiento del PBI para este año, de 3.6% a 3.3%, y lo mantuvo en 3.5% para el próximo. ¿Cómo lo evalúa?
Para el 2022, las proyecciones están alineadas con las que proyectó Macroconsult desde principios de año. Hay mucha inercia de gasto todavía. Además, está el retiro de dinero de los fondos de las AFP (que activa el consumo), el fuerte rebote de la actividad de servicios y turismo, y la entrada de Quellaveco en el último trimestre.
En el primer semestre, el crecimiento fue 3.5%, y julio y agosto vienen bien, lo que se refleja en las ventas de electricidad.
¿Quiere decir que este año el PBI podrá crecer 3.3%?
Sí, es probable que el PBI crezca 3.3% este año. El problema no está en el 2022, sino en el próximo año. El MEF tiene una proyección de 3.5%, es decir, ellos prevén que el crecimiento se aceleraría. Sin embargo, en Macroconsult tenemos una proyección de 2.2% de crecimiento para el 2023 y la mayoría de analistas está en esa línea.
¿En qué se sustenta ese menor crecimiento para el 2023?
Las proyecciones de crecimiento mundial han bajado de 3.3% a 2.9%, según el FMI. Para el próximo año el consumo privado estará más lento; la variación de la inversión privada será negativa, reflejando las expectativas empresariales; y la inversión pública también tiende a caer al haber nuevas autoridades de gobierno subnacionales. Es decir, los componentes de la demanda interna estarán más débiles el próximo año.
El ministro de economía anunció un Plan de Reactivación con tres ejes: impulso del gasto privado, aceleración de inversión pública y recuperación de la confianza. ¿Qué opina?
Esos tres elementos para la reactivación van cuesta arriba, son buenas intenciones, pero creo que ahí quedan. El primero tiene que ver con las expectativas, que están muy bajas. No hay manera de reactivación de la inversión privada con señales confusas, de Asamblea Constituyente, de normas laborales que está dando este Gobierno.
¿Quiere decir que el plan no tendrá impacto?
El impulso fiscal en épocas normales tiene efecto en la inversión privada cuando las expectativas son positivas, pero en este caso las expectativas están pesimistas, por lo que la potencia, el multiplicador fiscal es mínimo. Es decir, si se hace una política fiscal expansiva sus efectos van a ser mucho menores que en épocas normales por un problema de credibilidad en el Gobierno, básicamente.
En cuanto al impulso del gasto privado, se plantea un subsidio temporal para la población vulnerable y medidas de alivio tributario orientadas a fomentar la inversión privada. ¿Tendrán el resultado esperado?
Esas medidas tributarias no funcionan en épocas de crisis y de incertidumbre (como la actual) porque la tasa de descuento para los proyectos de inversión es muy alta. Entonces, en épocas de crisis e incertidumbre esas políticas de alivio tributario no impulsan la inversión privada.
Para acelerar la inversión pública, el MEF plantea más recursos para inversiones en zonas rezagadas y reactivación de obras paralizadas. ¿A qué se refiere?
Se refiere a temas de liquidez, judiciales, casos de corrupción, entre otros, que han paralizado obras públicas y siempre que se quiere dar un impulso fiscal se habla de estos temas. También se plantea impulsar proyectos bajo la modalidad de obras por impuestos, pero su efecto en ambos casos es marginal.
¿Qué opina de las medidas para la recuperación de la confianza? Se plantea, por ejemplo, la creación de un grupo de trabajo especializado para el destrabe de proyectos de inversión y agilización de los proyectos G2G.
Ese tipo de medidas también las hicieron al final del gobierno de Ollanta Humala, se formó un grupo para destrabar obras, pero no pasó mucho, aun cuando en ese momento había mucha más credibilidad en el Gobierno que ahora. La agilización de los proyectos Gobierno a Gobierno (G2G) sí puede ayudar algo, pero en un contexto de cambio de gobiernos locales y regionales va a ser difícil concretarlos.
Se habla de nuevo Plan Nacional de Infraestructura para la Competitividad y medidas sectoriales para generar nuevos motores de crecimiento económico.
Esos planes los pueden actualizar y mejorar, pero eso, per se, no mejora la confianza de nadie. En cuanto a medidas sectoriales, si no son subsidios que distorsionen la rentabilidad intrínseca de los proyectos, y se refieran a cuestiones regulatorias, por ejemplo, eso sí es bienvenido.
¿Qué alternativa hay para reactivar la economía?
En el contexto actual, no hay muchas porque el problema es político, de credibilidad. Mientras eso persista la reactivación es difícil.
Expansión del gasto público sería posible si se reduce la evasión rápidamente
El MEF ajustó a la baja los ingresos fiscales asociados a la minería ante menores precios de exportación, pero afirma que otros ingresos tributarios se sostienen ante la ampliación de la base tributaria resultado de las medidas implementadas en 2017. Por ello, proyecta una expansión del gasto público para los años 2022-2025, de S/ 19 mil millones en promedio anual.
Elmer Cuba refiere que para paliar el impacto del covid, en el 2020 y 2021 el gasto público ya aumentó bastante; en cuatro años el gasto en salud aumento 40%, “y no está claro que sea un gasto eficiente, hay que tener cuidado con eso”. “Si el MEF reduce la evasión tributaria rápidamente esa expansión de gasto sería posible, si no, hay un problema”, advierte.
Para este año el MEF proyecta un déficit de 2.5% del PBI (2.4% para el 2023), mayor al 1.2% que registró en julio, debido a que el precio esperado del cobre bajó de US$ 420 la libra (proyección de abril) a US$ 390 (agosto).