El comercio electrónico o e-commerce en el Perú ha tenido un desempeño importante a raíz del confinamiento producido por la crisis sanitaria. Diversos comercios implementaron este mecanismo de venta para incentivar el consumo de productos y así generar liquidez. No obstante, la Asociación de Emprendedores Digitales, señala que, si bien este crecimiento ha sido considerable, todavía el Perú es un mercado inmaduro y desordenado.
Uno de los problemas principales, según Emilio Navarro, director de comercio digital de la institución, está en el manejo de la logística de producción y ausencia de plataformas de e-commerce especializadas, que brinden soluciones idóneas al consumidor.
Hasta hace unos años, las plataformas digitales se utilizaban para conocer los productos de una tienda, para luego acudir a ella y adquirlos. Con la pandemia, los emprendimientos tuvieron que ingeniar nuevos mecanismos de venta. Así apareció la figura del comercio electrónico. Navarro sostiene que este proceso fue muy improvisado, e incluso se estableció de una forma apresurada, más que organizada.
“Muchas empresas creen que realizan e-commerce pero no es así. El comercio electrónico es la venta digital de productos con pago digital, con tiendas que tienen stock”, dijo a Gestión.pe. Además, es la experiencia de hacer la compra teniendo la confianza de que no haya clonación de tarjeta o falla en la logística de entrega del producto.
Agregó que el concepto de e-commerce se tiende a confundir mucho con el de market place, el lugar donde hay muchas compañías que ofrecen productos, pero el vendedor no tiene el stock, además ofrece diversas pasarelas de pagos. Es muy parecido con el comercio electrónico, pero uno tiene stock y otro no.
“El crecimiento de las ventas online ha sido desorganizada. En su mayoría a través de aplicaciones como WhatsApp, Facebook y otros medios que pueden sufrir fraude. El Estado debe vincularse más, pero no conoce lo que ocurre. Esta desorganización viene del apuro por poder sobrevivir con las ventas”, explica.
Añade que los distribuidores en Perú son en su mayoría empresas que aún trabajan de forma tradicional, sin un sistema automatizado para distribuir productos.
Reformas
El representante de Asedi indica que a pesar de todo lo que ha ocurrido este año, el comercio electrónico ha crecido muchísimo pero más por necesidad que organización. Ante ello, considera que es necesario contar con personal que contemple una buena base técnica para desarrollar tecnología de punta y mejore los procesos de las empresas.
Afirma que uno de los factores que no permite un orden del e-commerce en el Perú es el desconocimiento del negocio por parte del Estado. Por tal motivo, no dicta normas que favorezcan su expansión como en Chile y Colombia, donde las empresas y startups reciben apoyo a través de diferentes organismos.
Señala que es necesario incentivar la creación de nuevos negocios basados en la tecnología para expandir el concepto de manera estructurada, así el consumidor y vendedor terminen siendo beneficiados.
“Con lo que se tiene hasta ahora, a pesar de la desorganización, es una buena base. Se debe canalizar el aprendizaje, utilizar lo que se conoce para mejorar. Las personas creen que el concepto del e-commerce es solo vender, pero es también la parte logística, la de apoyo al cliente, tener el stock, o integrarse bien en el market place”, menciona.
Del mismo modo, asevera que es necesario profesionalizar el e-commerce en el Perú con personal técnico que entienda los problemas que existen. Además, aplicar estrategias de marketing para lograr una satisfacción al cliente, brindarle la seguridad de que sus transferencias son seguras y que sus pedidos llegarán en óptimas condiciones sin fallos ni retrasos. Siendo esta una de las principales tareas.
Para eso, es necesario establecer mejoras desde el lado tecnológico en las plataformas, hasta el servicio al cliente, mantener una comunicación directa que brinde confianza. No solo vender un producto, sino brindar una experiencia agradable.
El empresario estima que en el 2021 el e-commerce seguirá creciendo, pero no a niveles tan importantes como los registrados en el 2020. “El próximo año no se verá el crecimiento explosivo que se vio en el será más pausado porque las personas están tomando precauciones al utilizar estos sistemas”, afirma. En tal sentido, pormenoriza la necesidad de profesionalizar el sector.