La crisis del COVID-19 ha tenido un impacto importante en el mercado laboral, pues la demanda por trabajadores se ha reducido, siendo esto reflejado en la pérdida de empleos de muchas personas. Ante ello, dada la necesidad de generar ingresos por parte de los agentes, el sector informa se presenta como una alternativa a tomar. Carlos Casas, ex viceministro de Economía y decano de la Facultad de Economía y Finanzas de la UP, nos comenta sobre ello.
Según Casas, en base a las cifras del INEI, entre febrero y abril se perdieron alrededor de 1.2 millones de empleos del sector formal. De estas personas desempleadas algunas se reincorporarán al sector, pero otras migrarán al informal.
En un análisis de corto plazo, indicó Casas, alrededor de 850,000 personas se ubicarían en el sector informal y las otras 350,000 se reincorporarían en el sector formal en los siguientes meses.
En otras palabras, habrán más de 800,000 personas que buscarán generar ingresos en el sector informal en los siguiente meses, pero con la probabilidad de reincorporarse a la formalidad a fin de año o a inicios del siguiente.
En el largo plazo, por su parte, la mitad de estos 850mil persistiría en el sector informal; es decir, más de 400,000 personas se mantendrían por un horizonte temporal de más de un año en la informalidad.
Este sería un estimado en base a las cifras entre febrero y abril, pues aún falta observar lo que suceda a lo largo del año, lo que posiblemente traiga conclusiones más graves, comentó Casas.
"Las personas van a generarse un ingreso de alguna manera y eso significa incurrir en actividades informales. Si aplicamos los resultados de un reciente estudio realizado para Estados Unidos, se podría estimar que alrededor de la tercera parte de los desempleados entre febrero y abril estén en el sector informal en el largo plazo”, indicó.
¿Cuándo se recuperarán los niveles antes de la crisis?
Según Casas, en los últimos años cuando ha habido un crecimiento fuerte de economía ocurría una reducción de la actividad informal, por lo que si se recupera el ritmo de crecimiento en el mediano plazo habría una convergencia del sector informal a niveles antes de la crisis.
Ante ello, en el mejor de los escenarios, si ocurre un ritmo de crecimiento importante y se recupera el nivel del PBI (antes de la crisis) a fines del 2022, podríamos volver a los niveles informalidad de inicios del 2020 dentro de 3 años. Se esperaría entonces que el sector formal empiece a demandar mano de obra y reste niveles a la informalidad, comentó Casas.
“El entrar al sector informal es muy fácil, pero salir es complicado. Si en el 2022 estamos bien, tendrá que pasar un poco más de tiempo para que el sector formal vuelva a absorber la masa laboral”, indicó.
Efectos en el ingreso
Desde el punto de vista económico, según Casas, el sector informal siempre ha sido visto como la alternativa para agenciarse y generar ingresos en el corto plazo y más aún en estas situaciones, aunque siempre en una situación de baja productividad o de bajos ingresos.
Lo preocupación es que el incremento de la informalidad que va a haber debido a la gente que está perdiendo su empleo por la crisis generaría una presión a que los ingresos bajen, pues la oferta laboral aumentaría en actividades ya saturadas que exponen una baja productividad. En consecuencia, esta reducción de ingresos podría repercutir en el caída del producto.
“La informalidad implica baja productividad, bajos ingresos, no respeto a las normas. Lo que se había avanzado en temas de informalidad se va a perder”, señaló.
Las personas que han perdido su empleo, indicó Casas, probablemente pertenecen a la clase de media o sectores vulnerables, las cuales, al perder su trabajo en el sector formal, tendrían que recurrir en la informalidad con un menor ingreso muchas veces dirigido a la subsistencia. Esto haría que probablemente pasen a una condición de pobreza, comentó Casas.
¿Donde irán los trabajadores?
Según Casas, el sector informal generalmente se ocupa de comercio, servicios y manufactura, por lo que las personas desempleadas se ubicarían generalmente en actividades relacionadas a estos sectores.
Los emprendedores con capital o que hayan tenido capacidad de ahorro previo a la crisis, tendría tendencia a estar en comercio y servicios, pues contarían con el poder adquisitivo suficiente para comprar, por ejemplo, maquinarias e insumos, y montar un negocio. Asimismo, las actividades delivery podrían ser una opción llamativa en medio de la crisis, aunque limitada, comentó el ex viceministro.
“Por ejemplo, dada la coyuntura, los servicios delivery captarían la atención de los desempleados por la crisis; sin embargo, esto no va a alcanzar para todos como sucedería en otras actividades”, señaló.