El 2019 empezó con una previsión del Gobierno de registrar este año un déficit fiscal de -2.9% del PBI, entendido este indicador como la diferencia entre ingresos y gastos de un Estado.
No obstante, con el transcurrir de los meses esta proyección fue disminuyendo. Así, en agosto, cuando el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) emitió el Marco Macroeconómico Multianual, la proyección del déficit fiscal para este año bajó a -2.2%. Y en noviembre, la titular del MEF, María Antonieta Alva, volvió a rebajar el estimado a -2%.
¿Que el déficit fiscal sea menor a lo esperado es una buena o mala noticia?
Desde el MEF parecen ubicarse en el primer escenario, pues sostienen que la reducción del déficit fiscal se debe al aumento de la recaudación tributaria.
Sin embargo, para Francisco Grippa, economista jefe para Perú de BBVA Research, si bien los ingresos tributarios han aumentado, un factor más relevante para la caída del déficit fiscal es el bajo desempeño del gasto y sobre todo inversión pública.
Así, el BBVA Research estima que la ejecución de la inversión pública caerá en -0.6% este año, contrario al crecimiento de 2.5% previsto por el MEF.
“Hubiese sido deseable un mayor empuje de la inversión pública este año”, señaló Grippa a Gestión.pe.
En ello coincidió el economista Carlos Parodi. “El menor déficit fiscal de este año no es una noticia buena, pues los ingresos tributarios no están subiendo tanto, ya que la economía no está creciendo fuerte. El motivo es que no se está gastando como estaba previsto”, sostuvo.
Por ello Parodi refiere que si bien la meta del MEF es seguir reduciendo el déficit fiscal hacia 1% en el 2021 (ver cuadro) “esta no es la mejor forma de conseguir la meta, por un problema de no gasto”, anotó.