Foto 2 | Estados Unidos. El país representa alrededor de 22% del mercado mundial de servicios offshore, según el informe. Ascendió desde la tercera posición en el 2015, último año que se hizo el estudio.
Foto 2 | Estados Unidos. El país representa alrededor de 22% del mercado mundial de servicios offshore, según el informe. Ascendió desde la tercera posición en el 2015, último año que se hizo el estudio.

El déficit comercial de Estados Unidos fue el más alto en siete años en 2017, contrariando los esfuerzos del presidente Donald Trump de tratar de equilibrar las cuentas en las transacciones con otros países.

El déficit comercial en cuanto a bienes y servicios aumentó a US$ 566,000 millones el año pasado, la cifra más alta desde los US$ 708,700 millones registrados en el 2008, informó el Departamento de Comercio.

Las importaciones marcaron un récord con US$ 2.9 billones, superando a las exportaciones que fueron US$ 2,300 billones. Las importaciones reflejan la solidez de la economía, pues los consumidores están teniendo el poder adquisitivo para comprar productos extranjeros.

Estados Unidos tuvo un déficit en el comercio de productos de US$ 810,000 millones, y un superávit de US$ 244,000 millones en servicios tales como banca y educación.

El déficit de productos con respecto a China alcanzó un récord de US$ 375,200 millones en el 2017, y la misma categoría con respecto a México aumentó a US$ 71,100 millones.

Trump se ha quejado de los desbalances comerciales que Estados Unidos ha tenido con esos dos países y su gobierno considera imponer sanciones contra China por el robo de propiedad intelectual, y está renegociando el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que incluye a México y Canadá.

El déficit de bienes y servicios en diciembre aumentó a US$ 53,100 millones comparado con los US$ 50.400 millones registrados en noviembre y su nivel más alto desde octubre del 2008.

Tener un déficit comercial quiere decir que un país está comprando más productos a otros países de lo que les vende.

Trump considera los déficits como un síntoma de debilidad económica y culpa a los otros países, acusándoles de hacer trampa en el comercio internacional. La mayoría de los economistas definen los déficits como producto de circunstancias económicas generales: los estadounidenses gastan más de lo que producen, y el diferencial es cubierto por las importaciones.

Durante su campaña presidencial, el entonces candidato Trump pasó mucho tiempo hablando sobre el comercio. Amenazó con imponer fuertes aranceles a las importaciones chinas y mexicanas e indicó que rompería los tratados comerciales y sancionaría a China por manipular su moneda.

Desde que tomó el puesto, ha sido más cauteloso.

Es un hecho que se retiró del acuerdo comercial Asia-Pacífico, el cual fue negociado durante el gobierno del expresidente Barack Obama. Sin embargo, abandonó los planes de catalogar a China como un manipulador de moneda.

En su intento por renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con Canadá y México _al cual califica como un “desastre” que acaba con los empleos_ se ha visto abrumado por una resistencia de Ottawa, México y de los empresarios y agricultores estadounidenses que disfrutan de los beneficios de la apertura comercial que ofrece el TLCAN.

Las investigaciones de Estados Unidos sobre si el déficit en las importaciones baratas de aluminio y acero amenazan a la seguridad de la nación, lo cual podría conducir a sanciones comerciales, se han visto demoradas por la presión de las empresas estadounidenses que consumen esos materiales.

“No sorprende que el déficit esté más alto porque en su primer año como presidente ha habido una gran brecha entre la feroz retórica comercial de Trump y sus acciones”, dijo Lori Wallach, directora de la Public Citizen's Global Trade Watch y crítica del TLCAN y de otros acuerdos comerciales. “Así que la misma política comercial fallida que Trump atacó cuando era candidato sigue en su lugar”, agregó.