En el 2021 el PBI creció más de 13%. ¿Es un indicador de que la economía ya se recuperó?
Esa cifra recoge un rebote estadístico, tras la fuerte caída (-11%) del 2020, debido a medidas tan restrictivas e innecesarias para combatir el covid, y a ello se sumó que en 2021 tuvimos altos precios de minerales, un récord que es como si nos hubiésemos sacado la Tinka; puede haber ayudado en unas décimas la entrega de bonos, pero si se separan los componentes del crecimiento vemos que no ha habido dinamismo de la economía.
El ministro de Economía dice que haber logrado 13% en lugar de 11% como estaba proyectado inicialmente se debe al manejo económico…
A mi me daría un poco de pena ponerme a celebrar el crecimiento obtenido como si fuera fruto de una gestión extraordinaria, cuando lo que vemos es que las señales que ha venido dando el gobierno han sido todas malas para generar dinamismo real de la economía, a través de la inversión privada.
¿Pudo haber crecido más en el 2021 con una mejor gestión?
Por supuesto, un indicador de ello es la fuerte salida de capitales que se estima encima de US$ 15,000 millones, es decir, casi 8 puntos del PBI, recursos que hubieran servido para financiar inversiones, en un buen ambiente con buenas expectativas, y que a través del efecto multiplicador hubiera implicado mayor crecimiento.
¿Cuánto más se pudo crecer si esos capitales no se hubieran ido?
Tranquilamente en 2021 podríamos haber tenido un crecimiento de 4 o 5 puntos porcentuales más (17%, 18%) si esos capitales no salían. Pero no es sólo eso, además se hubiera continuado teniendo un sector privado en funcionamiento pleno para continuar creciendo en los próximos años, alrededor del 4.5% en este quinquenio. Eso es algo que el actual gobierno no logra entender, se fijan en la foto del momento, pero no en toda la película.
Tal como están los resultados de la encuesta de expectativas empresariales del BCR, ¿en cuánto tiempo se podrá recuperar la confianza para que crezca la intención de invertir?
Para que eso ocurra y vuelva la confianza para invertir en el país, lo primero que debe haber son buenas señales de gestión pública, es decir empezar a hacer todo aquello que este gobierno no ha estado haciendo. Y estas señales de buena gestión son tanto económicas como políticas.
¿Cuáles por ejemplo?
Debe dejar de lado todas esas señales efectistas, ideológicas que tienden a rechazar el marco constitucional actual, a insinuar estatizaciones; señales beligerantes en torno al sector minero, que no buscan solucionar la conflictividad sino, por el contrario, subirse al coche de los conflictos; también las que van contra la inversión, como nombramientos raros en ministerios, que no cumplen con la meritocracia; la renuncia clara a favor de reformas como las de educación, transportes; las señales equivocadas que se dan en torno a las prioridades del país para que la economía crezca; la lista es larga...
Por lo que dice, ¿no ve un plazo cercano para que las expectativas empresariales mejoren y vuelva la confianza para invertir?
Así es, no creo que la confianza se recupere pronto, y eso se ve incluso en las proyecciones del BCR, una entidad seria, que prevé que la inversión privada crecerá nada (0%) este año, y proyecciones privadas indican una caída de 10%. Esto ya se está empezando a ver y se agrava con las señales adversas para que se recupere la confianza
¿Usted diría entonces que el escenario de alta incertidumbre que se instaló desde que este gobierno asumió, sigue igual?
Yo creo que la alta incertidumbre continúa porque no se termina de observar un mensaje coherente del gobierno. El primer requisito para empezar a tener una política coherente y que busque gestionar mejor la inversión privada es un Gabinete alineado respecto a lo que se va a hacer en todos los campos. Hasta que no veamos eso es difícil que los agentes económicos crean que se está avanzando en esa línea. En segundo lugar, hay aspectos concretos en los que el Estado podría intentar avanzar y esperar que eso ayude a disminuir la incertidumbre.
¿En cuales, por ejemplo?
Uno de ellos es la actual tercera ola de contagios. Es un momento crucial en el que el estado tiene que demostrar que ha aprendido de lo que se gestionó mal en olas anteriores. El gobierno debe evitar tener una sobre reacción frente a la tercera ola de la pandemia, aplicando políticas que no han dado resultados.
¿Se refiere al toque de queda, a los aforos?
He visto que han replanteado los días de cuarentena (de 14 a 10 días) para los contagiados, lo cual está bien, aunque en otros países se ha bajado a 5 días. Pero lo que es contundente en casi todos los estudios es que los toques de queda no ayudan casi en nada y hacen mucho daño a los sectores como comercio y servicios, sectores terciarios que en Perú son muy importantes puesto que recoge casi el 80% de la PEA. Todo el sector independiente está ahí y es el que está buscando sobrevivir en la pandemia. Yo esperaría que a esta altura se quite el toque de queda y no se haga más restrictivo.
“Tranquilamente en 2021 podríamos haber tenido un crecimiento de 4 o 5 puntos porcentuales más (17%, 18%)”
-Empleo-
El empleo no se ha recuperado y lo que se ve es mayor subempleo e informalidad. ¿Qué debería hacer el gobierno para impulsar el empleo?
El gobierno debe dejar de lado las pasiones e ideologías y entender que no se puede seguir aumentando innecesariamente el costo de contratación laboral (que llegaba al 70 en el sector formal y a más del 100% en el informal). Además, sobre todo, porque este problema no es de las grandes empresas, sino que agobia a las pequeñas empresas. La productividad laboral en las primeras es alta por lo que o tienen problema en asumir los costos laborales, mientras que las pequeñas y medianas empresas no pueden pagar esos sobre costos y, por tanto, tienden a trabajar en el ámbito informal.
¿En lo inmediato qué debería hacerse?
Vayamos ahora al corto plazo, dada esa estructura de costos, si se ponen más restricciones por la pandemia, los costos unitarios suben y la única salida para esas pequeñas empresas es informalizarse más.
En el corto plazo, para recuperar por lo menos esos 10 puntos porcentuales que se perdieron de formalidad laboral, hay que tener, al menos, una gestión realista de la pandemia. Olvidarse de esas restricciones excesivas que en este momento ya no tienen ningún sentido y que vienen afectando a pequeñas empresas de sectores como el turismo, el comercio minoritario, servicios, restaurantes. Y gran parte del empleo que hay que recuperar está en este sector, en el sector terciario. Por otro lado, se requiere dejar de lado estas medidas que hacen más rígido al mercado laboral, como querer aumentar salarios mínimos en pandemia, lo cual no tiene sentido.
Sin embargo, el gobierno ha anunciado que convocarán al CNT para que revise la fórmula de ajuste del salario mínimo y que este aumente. ¿Qué opina?
Eso es sumamente peligroso. El gobierno tiene la oportunidad de dar las primeras señales adecuadas para las expectativas del sector privado, sobre todo para las pequeñas y medianas que, como dije, es a quienes más afecta un aumento del salario mínimo. El gobierno debe comenzar por reconocer a quién va a dañar con una medida como esta. No quiero entrar a los detalles de la fórmula de ajuste, si son correctos o no, porque en el papel puede ser.
Usted se refiere a que no es el momento oportuno para aumentar el salario mínimo…
Efectivamente, no es el momento oportuno, pero más importante aún es el contexto en el cual se pretende ese aumento. Si no se toma en cuenta que estamos hablando de una Economía donde los costos de la contratación laboral son muy elevados, entonces un alza del salario mínimo se termina sumando a esos costos ya elevados, que hacen que al final esta medida termine perjudicando al 80% de la población, que lo único que ve es que la puerta para ser formal cada vez se estrecha más.
La ministra de Trabajo ha dicho que en el CNT también se va a discutir la ´Agenda 19´ que dejó el ministro anterior. Eso va contracorriente de lo que usted propone …
Exactamente, a eso me refería cuando señale la necesidad de la coherencia en el gobierno para mejorar las expectativas de los empresarios. De nada sirva que el presidente o un ministro diga que quieren que venga la inversión privada y que acá hay condiciones para su desarrollo, cuando el tipo de medidas, los nombramientos de ministros, asesores que anuncia indican todo lo contrario. No sabemos si en algún momento de este gobierno tendremos políticas alineadas todas hacia una reactivación económica real la cual necesita contar con el sector privado.
“Para que vuelva la confianza para invertir en el país, lo primero que debe haber el gobierno es dar buenas señales de gestión pública”
-Reforma tributaria-
El Congreso restringió las facultades delegadas que solicitó el Ejecutivo en materia tributaria, pero el MEF ha dicho que insistirán con proyectos de ley. ¿Cuál es su opinión considerando que las propuestas incidían en los que ya pagan impuestos?
Antes de querer subir las tasas impositivas, lo primero que debería hacer el gobierno es plantear bien cómo está utilizando los recursos y un compromiso claro respecto a mejorar ese gasto innecesario, esa grasa (de acuerdo con el BID, llega a 2.5% del PBI, es decir casi el 15% del presupuesto público), porque es realmente una “frescura” querer poner más carga tributaria como la que planeta ahora, sin hacer un mínimo compromiso de reducir ese gasto ineficiente.
¿Qué opina de que el MEF insista en enviar esos proyectos de ley al Congreso?
Diría que las prioridades del MEF están al revés. La prioridad es generar una base para que la economía crezca: confianza. Con ello la economía estaría creciendo 5 puntos porcentuales más y se tendría toda la base para obtener los recursos fiscales necesarios. Además, debería profundizar la reforma yendo más por el tema del gasto público, eliminar esa “grasa”, ese gasto ineficiente del estado; ahí debería estar enfocada la política. Entonces, si el MEF sigue insistiendo con esa reforma tributaria, claramente tiene las prioridades al revés.
¿Qué errores no debería cometer el MEF este año?
No debería seguir insistiendo con el tema la reforma tributaria, sería un error, no solo porque no es el momento oportuno, por su mal diseño, porque las condiciones del país piden que se deba tener una mejor política de gasto, sino porque simplemente le daría una señal muy mala al sector privado de que su prioridad no es alentar la inversión. Entonces, creo que ese sería un error que debería evitar por completo.
El MEF también debería evitar es que se le caigan más proyectos de inversión importantes en el sector público. Otro error que debería evitar a toda costa es el vulnerar la institucionalidad fiscal.
¿A qué se refiere con esto último?
Preocupa sobre manera el cuestionamiento que han venido recibiendo las decisiones del MEF, por parte del Consejo Fiscal (CF), entidad que es la pieza clave del buen funcionamiento y de la responsabilidad de la política fiscal. Y consistentemente ahora viene observando decisiones del MEF que no había observado antes. Esto para mi es un serio riesgo reputacional que se debe evitar. Hay que tener en cuenta además que estamos ad-portas de cambios en el Consejo Fiscal.
¿Qué cambios?
Entiendo que a uno de sus miembros hay que renovarlo, además actualmente tiene cinco miembros cuando la ley dice que deben ser siete. Entonces, lo lógico en este proceso institucional que, además, es como ha venido funcionando, es que sea el propio CF quien presente la terna o el grupo de personas que van a reemplazar y que sea el MEF el que ratifique. Lo que sería realmente nefasto institucionalmente es que el MEF quiera poner a los miembros que faltan y al que se va a renovar .Las calificadoras de riesgo ponen mucho ojo en esto.
-Reformas-
¿Qué nudos gordianos tendría romper este gobierno para impulsar reformas claves en el país?
Pensar en reformas con el gobierno actual es bastante complicado. Lo primero para hacer reformas es logar consensos dentro de una estructura política congresal ya bastante fraccionada. Entonces de ahí sale el primer nudo gordiano: cómo alinear los objetivos dentro de un partido como Perú Libre ya fraccionado y con su radicalismo; luego, cómo alinear otro conjunto de partidos en el Congreso que tienen sus propios intereses y que no se han sentido satisfechos con el resultado de las elecciones. Entonces ahí nos encontramos con un problema para avanzar con reformas relativamente agresivas en el buen sentido.
¿Cuáles son tres reformas impostergables que requiere la economía para seguir creciendo sostenidamente?
Primero, hay reformas que han llegado con vida a este gobierno y es necesario mantener. Por ejemplo, la reforma de la educación universitaria. Más que el gobierno, acá la opinión pública es la mayor fuerza para defender la reforma y al Sunedu, para salvaguardar el capital humano del país. También la reforma de la educación, hay que buscar consensos para respaldar y defender la meritocracia en este sector.
Otra reforma, que creo es la más asequible, si el gobierno quisiera, es la adecuada ejecución y desarrollo de inversión pública. Ha habido avances importantes el año pasado en parte por los esquemas de gobierno a gobierno (G2G); por ejemplo, está la Carretera Central que ojalá se impulse, esa es una tarea de este gobierno. Luego hay que tratar de rescatar los esquemas de inversión de Asociaciones Público Privada (APP), que lamentablemente han quedado paralizadas, ahí esta como ejemplo Majes Siguas II, que parecía que ya iba a salir y de manera incomprensible de pronto se cae.
¿Qué otra reforma podría sacar adelante este gobierno?
Otro tema clave, donde hay nudos gordianos más fáciles de resolver, es cómo hacer para ejecutar los recursos que las regiones no han podido emplear. Lo que proponíamos en el CPC era que la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios (APRC) tome esa posta y se abra un espacio para que también sea esta APRC la que ejecute esas partes de los recursos que las regiones no han podido ejecutar, ese 40%, y que lo ejecute con una visión de desarrollo territorial concertado, de competitividad regional.
¿Cómo se concretaría esta reforma?
Podría crearse un directorio en el que los gobiernos regionales participen en la forma como se tienen que utilizar esos recursos no ejecutados. Son reformas algo complicadas, pero en las que este gobierno quizás podría avanzar.
“Yo creo que la alta incertidumbre continúa porque no se termina de ver un mensaje coherente del gobierno”.
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