El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) presentó el Marco Macroeconómico Multianual (MMM) 2023-2026 donde -entre otras proyecciones- se prevé que la economía peruana se expanda 3.3% este año y 3.5% en el 2023.
Al respecto, el Consejo Fiscal (CF) alertó sobre un “sesgo optimista” en las proyecciones del MMM. De hecho, el documento publicado el 25 de agosto presenta cambios respecto al proyecto de MMM; estos se sustentan en el plan de reactivación que se dará a conocer en las próximas semanas, tal como lo anunció el titular del sector Kurt Burneo.
“Consecuencia del anunciado plan de reactivación económica, se prevé un mayor nivel de gasto público y un mayor déficit fiscal para el 2022. Esta decisión de política económica contrasta con lo opinado por el CF, en el sentido de que mayores recursos fiscales, provenientes principalmente de los altos precios de los commodities, deberían focalizarse en restituir las fortalezas fiscales mermadas para atender los efectos de la pandemia, y en acelerar el proceso de consolidación fiscal”, señala el CF.
En esa línea, considera que la decisión de aplicar una política fiscal expansiva con el objetivo de impulsar el crecimiento económico de corto plazo deberá ser sustentada adecuadamente “para evitar efectos no deseados sobre la inflación”.
-Comentario-
Carlos Oliva, presidente del CF, dijo a Gestión que si se aplica una política fiscal expansiva se va a generar una mayor demanda y, por lo tanto, presión sobre los precios.
Recordó que el Banco Central de Reserva (BCR) ha adoptado una política monetaria distinta, con alzas en las tasas de interés para reducir la liquidez en el mercado y reducir las presiones inflacionarias desde el mercado local.
“No hay mucho espacio para una política fiscal expansiva porque ya las proyecciones que ha hecho (el MEF) tienen como pronóstico el ‘techo’ de la regla fiscal. Para el otro año tienen un déficit de 2.4% (en el MMM) y la regla fiscal dice que el máximo justamente es 2.4%. No hay espacio al menos que quieras incumplir la regla. Está muy apretado todo”, apuntó Oliva.
Para el también exministro de Economía, cualquier plan de reactivación, más bien, debería ir por el lado de promover la inversión privada. “Lo que uno esperaría de ese plan es que ataque dos puntos que forman parte de la crítica que hacemos. Uno tiene que ver con la inversión privada, la falta de confianza, conflictos sociales, relación con el Legislativo y sector privado. El otro está relacionado con inversión pública (que no haya un impacto por el cambio de autoridades subnacionales)”, detalló.
-Actividad económica-
En el corto plazo, principalmente en el 2023, el “sesgo optimista” mencionado se explica por cuatro puntos. Uno de ellos -que Oliva calificó como el más relevante- es que en el MMM “no se estarían valorando los efectos reales de la persistencia del deterioro de las expectativas económicas como resultado de la inestabilidad política, los conflictos sociales y las medidas laborales que impactarán negativamente en la inversión privada”.
“Todo esto es una ‘bomba’ que afecta a la inversión privada. Es el punto más importante porque está en manos del Gobierno. Si no calibras bien esto, haces que tu proyección de crecimiento del PBI en el MMM sea más alta de lo que todo el mundo opina y podría haber riesgo de incumplir las reglas fiscales, que tu déficit fiscal sea más alto que el que está en el MMM”, resaltó Oliva.
Los otros puntos son: se estaría subestimando el impacto negativo de los choques externos sobre la economía doméstica; no se consideraría el efecto del incremento de la inflación sobre el gasto privado, y se estaría subestimando el efecto de la entrada de nuevas autoridades subnacionales que normalmente ralentiza aún más la inversión pública.
-Perspectiva fiscal-
Respecto de las perspectivas fiscales, el CF opina que el mayor riesgo para las sendas previstas de déficit fiscal y deuda pública proviene de la presencia de grandes presiones para aumentar el gasto público derivadas de normas aprobadas y ofrecimientos sin respaldo fiscal, impulsados tanto por el Poder Legislativo como por el Ejecutivo.
Además, el optimismo sobre los supuestos macroeconómicos que contiene el MMM conllevaría a que se sobreestimen los ingresos fiscales, presionando hacia mayores niveles de déficit fiscal y deuda pública. La materialización de estos riesgos restaría credibilidad al compromiso de mantener la estabilidad fiscal, elemento que es prioritario recomponer.
“Los riesgos antes señalados son particularmente relevantes puesto que las proyecciones fiscales del MMM pronostican niveles de déficit fiscal que coinciden con los techos de la correspondiente regla fiscal, por lo que cualquier desviación de los ingresos implicaría la necesidad de una poco probable restricción del gasto, o de un indeseable incumplimiento de la regla fiscal”, refiere el CF.
“Riesgos de que no se cumpla el MMM van más allá de lo recomendable”
Detrás de toda proyección económica siempre hay una serie de riesgos que pueden llevar a que no se cumpla porque hablamos del futuro, no hay ninguna certeza. Entonces, cuando uno hace una proyección económica debe tener un análisis de esos riesgos, y el Marco Macroeconómico Multinual (MMM) 2023-2026 lo tiene.
Sin embargo -acá viene el punto más importante para nosotros como Consejo Fiscal (CF)-, hemos visto que los riesgos de que no se cumpla el MMM (las proyecciones) van más allá de lo recomendable. En otras palabras, la probabilidad de que no se cumpla lo que está previsto en el documento es más alta “de lo razonable”.
Se contemplan proyecciones optimistas en el documento cuando un MMM debería ser más conservador. Es una percepción, pero nosotros lo sustentamos en cuatro elementos.