En lo que va del 2022, las operaciones de importación y exportación de Perú han sido afectadas por el alza de los fletes navieros, que en febrero último tocaron un máximo de los últimos diez años. Pero una crisis podría asomarse para el comercio exterior peruano de continuar los bloqueos de las carreteras por los transportistas en huelga y por las pérdidas que deberá asumir por el toque de queda que dispuso Pedro Castillo para Lima y el Callao este martes 5.
De acuerdo a Alberto Ego-Aguirre, presidente del Gremio de Asuntos Portuarios y Aduaneros de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), el puerto más importante del país, el Callao, solo movilizó el 50% de la carga habitual debido al toque de queda.
Pero los otros efectos sobre las operaciones de los puertos debido al paro de transportistas -que continúa- aún se contabilizan y se conocerán en los siguientes días, declaró a Gestión.pe.
A modo de ejemplo -explicó- que aquella carga que no llega puntualmente a los puertos simplemente deja de ser embarcada por las navieras que toman la decisión de ir a un puerto que les sea más rentable. “Entonces el agroexportador deberá ir a Guayaquil (Ecuador), por ejemplo, para hacer el envío si es que logra alcanzar la nave. Eso significa un costo adicional de US$ 1,500 por camión si es carga refrigerada”, mencionó.
Los exportadores e importadores pagaban, hasta marzo, fletes por hasta US$ 10,000 por un contenedor naviero de 20 pies, un incremento no visto en los últimos diez años, menciona Eco-Aguirre. Si bien el aumento se debe a factores externos -la guerra entre Rusia y Ucrania, así como el cierre de puertos en China debido al rebrote del coronavirus-, la tensión política local “eleva más los costos y resta competitividad”.
En esa línea, advierte que países vecinos podrían sacar ventaja competitiva al Perú de continuar el actual clima de incertidumbre.
“Son los millones de peruanos más pobres quienes están pagando la factura de que el Ejecutivo y el Congreso no se pongan de acuerdo para buscar salidas a los problemas sociales que se están presentando en el país. Corríjanse, pónganse de acuerdo y sigamos adelante. El efecto de esta incertidumbre es inmediata, una empresa naviera que ya se enteró de los problemas decide mejor no venir”, señaló.
Por su parte, Comex Perú, en un comunicado publicado este martes, también afirmó que se están realizando “todos los esfuerzos” por asegurar la producción y abastecimiento de alimentos, funcionamiento de farmacias y supermercados, transporte aéreo y operación de puertos en Lima y Callao, pero invocó al Gobierno a actuar de manera responsable y técnica.
Productos sensibles
Productos claves como el maíz -insumo importante para la producción de pollo-, el trigo así como medicamentos son los productos de la importación más sensibles frente al mayor costo del flete y también la demora en las descargas en los puertos.
Cabe indicar que en las últimas semanas, por el alto precio del trigo y maíz, la harina, el pollo, pan y fideos son algunos de los productos que más se encarecieron, por lo que el Ejecutivo ha planteado la exoneración del Impuesto general a las Ventas (IGV) en la cadena productiva de dichos productos por tres meses.
Mientras que en la exportación, Ego-Aguirre mencionó que los productos del sector agrario son los más afectados considerando el tiempo limitado de vida útil, por ser perecibles, por lo que podrían llegar a los mercados de destino con una calidad menor.
Otros productos cuya exportación se ha afectado, son la harina de pescado y los otros productos de Consumo Humano Directo (CDH) que van congelados y en conservas. “Todo esto se traduce en una afectación al trabajo también”.
En el 2021, la balanza comercial de Perú alcanzó los US$ 14,752 millones como resultado del avance de las exportaciones que lograron recuperar y superar los niveles prepandemia. El avance correspondió a los altos términos de intercambio, principalmente de precios de productos mineros de exportación así como el mayor volumen exportado de productos no tradicionales.