La pobreza aumentó considerablemente por la crisis sanitaria y en el actual contexto de baja estabilidad para las inversiones, de conflictos sociales y desgobierno, la reducción sería marginal este año, señaló Luis Miguel Castilla, exministro de Economía y Finanzas.
El indicador de pobreza monetaria (hogares cuyo gasto per cápita es insuficiente para adquirir una canasta básica de alimentos y no alimentos), según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), tuvo un retroceso de diez años en el 2020 debido a la pandemia, pues se ubicó en 30.8%, 9.9 puntos porcentuales por encima del porcentaje del 2019 (20.2%).
Según Castilla, el nivel de pobreza se habría reducido en alrededor de cuatro puntos porcentuales en el 2021, ubicándose en 26% (la cifra oficial la publicaría el INEI en mayo), producto del proceso de recuperación económica.
Sin embargo, en el 2022, bajo el escenario base de bajo crecimiento, los niveles se mantendrían más “planos” y la reducción sería de solo dos puntos porcentuales (hasta el 24% de la población), cuando se podría promover una caída más acelerada.
Destacó que, sumado al shock de precios, hay un problema notorio de gobernabilidad y de cómo controlar la conflictividad social, lo cual puede llevar a medidas populistas que deterioren aún más la actividad económica. Todo ello influye en el resultado de crecimiento y, por ende, en la pobreza.
“Actualmente, en el mejor de los casos, el crecimiento estaría entre 2% y 3%, y hay un riesgo de estancamiento. Probablemente tome años para volver a los niveles prepandemia, pues el entorno reciente complica una reducción más acelerada. Hay posibilidades incluso de que aumente el nivel de pobreza sujeto también al contexto externo (en referencia a una posible inflación prolongada y estancamiento económico mundial)” dijo el también director de Videnza Consultores.
Por su parte, Carlos Casas, exviceministro de Economía, mencionó que hechos como el toque de queda y conflictos sociales afectan más a la inversión y generación de empleo, y ofrecen un marco para corregir a la baja los estimados de crecimiento. En ese sentido, mencionó que niveles de crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) de alrededor de 2% no son suficientes para reducir la pobreza.
“Cuando no se gestionan bien los conflictos generas aún más incertidumbre a los inversionistas. Se necesita un crecimiento mayor a 2% para generar empleos adecuados y para reducir la pobreza, la cual podría estancarse e inclusive aumentar. La inflación suma al escenario, pues ubica a más personas bajo la línea de pobreza”, indicó.
Vinculado a lo anterior, Castilla señaló que una contracción de la inversión es un escenario que cobra cada vez más fuerza. “La turbulencia política le pone un techo a la inversión y a la mejora de las expectativas sobre la economía. Hasta ahora no hay ningún nuevo proyecto significativo, y el contexto no ayuda a que esto cambie. Los riesgos de una contracción de la inversión privada están al alza”, afirmó.
Informalidad en aumento
El exministro mencionó que otra problemática presente es la informalidad, la cual seguiría en aumento este año debido, entre otros factores, a medidas que impactan en el empleo como el aumento del sueldo mínimo.
Cabe indicar que la tasa de empleo informal en el 2021 se ubicó en 76.8%, nivel superior en 1.5 puntos porcentuales al registro del 2020 (75.3%) y en cuatro puntos porcentuales al del 2019 (72.7%).
“La informalidad probablemente se mantenga en los niveles actuales o continúe con una tendencia al alza hasta niveles de alrededor de 80%. Las recientes medidas desde el Ejecutivo fomentan el empleo inadecuado, al encarecer más el empleo formal de las micro y pequeñas empresas (mypes) bajo el actual escenario. Perú, para su nivel de ingreso per cápita, debería tener 20 puntos porcentuales menos de informalidad”, manifestó.