El cambio climático y el poco financiamiento son dos de las grandes amenazas que enfrenta la agricultura familiar en América, indica un informe publicado este viernes por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA).
El informe “El Acuerdo de Paris y el agro: una mirada a la implementación de las NDC (Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional) en América Latina” detalla que la agricultura familiar es uno de los sectores más vulnerables al cambio climático debido a los eventos extremos, aunado a la falta de financiamiento, el deterioro de la salud del suelo y los altos costos de producción.
Por otra parte, la investigación afirma que en América Latina y el Caribe la agricultura familiar realiza importantes aportes a la resiliencia, adaptación y mitigación, los cuales muchas veces son invisibilizados.
“Es indudable que los efectos del cambio climático ejercen una presión adicional sobre la pequeña y la mediana agricultura, y los recursos críticos como el agua. Existen en nuestra región cerca de 21 millones de pequeños y medianos productores, no se pueden dejar afuera”, afirmó en un comunicado el gerente del programa de Desarrollo Territorial y Agricultura Familiar del IICA, Mario León.
El documento expone el estado de la implementación en el agro de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) en Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Guatemala, Honduras, México y República Dominicana, establecidas para operativizar el Acuerdo de París, bajo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
“La contribución de los pequeños agricultores todavía necesita ganar visibilidad dentro de las NDC para que este esfuerzo pueda ser contabilizado y recompensado, esto es muy importante cuando pensamos en la arquitectura de financiación internacional del desarrollo rural y la adaptación al cambio climático, principalmente en la investigación, el desarrollo y la innovación de la agricultura familiar”, dijo el analista de Operaciones y Proyectos del FIDA en Brasil, Frederico Lacerda.
De acuerdo con el reporte, el financiamiento, el fortalecimiento de capacidades, una mejor recopilación de datos para la toma de decisiones y la vinculación a los mercados son necesarios para incentivar una mayor producción resiliente al cambio climático.
El informe se basa en entrevistas a más de 70 autoridades de agricultura y ambiente, y especialistas públicos y privados de los países mencionados, y pone sobre la mesa la potencial contribución de la agricultura familiar para alcanzar las metas del Acuerdo de París.
“Las buenas prácticas que se están desarrollando en los países debemos articularlas en una red para comenzar a cuantificarlas. Sin datos no vamos a tener el soporte necesario para que los aportes de la agricultura familiar sean reconocidos”, dijo el coordinador del proyecto agrícola conjunto entre el IICA y el FIDA llamado INNOVA-AF, Miguel Altamirano.
Según las autoridades, los países incluidos en el estudio cuentan en mayor o menor medida con marcos legales y arreglos institucionales para desarrollar las capacidades de su sector agropecuario y participar en la agenda climática y en los procesos de implementación de las NDC.
Sin embargo, a pesar de los grandes aportes del sector al logro de las metas y prioridades, se observa que sus avances mantienen rezago en comparación con otros sectores más expuestos a la agenda climática, como el ambiental y el energético.