(Paracas) Gestión conversó con el exministro de Economía, Waldo Mendoza, durante la edición 60 de CADE Ejecutivos 2022. El exfuncionario destacó el potencial del Perú para crear nuevos ‘boom’ económicos, pero también sobre los retos macroeconómicos que enfrenta el Ejecutivo ante la reciente sentencia del Tribunal Constitucional (TC).
- Nos planteó, durante su ponencia en CADE Ejecutivos, si el Perú es un desastre o un milagro económico, y la importancia del crecimiento para reducir la pobreza. En esa línea, ¿cómo lee el anuncio del MEF de recortar el crecimiento de PBI de este año y alinearlo a las perspectivas de los organismos multilaterales para el 2023?
Ese recorte no lo he revisado. Hay que leerlo en el contexto de la política antiinflacionaria. El mundo ha considerado que el principal problema macroeconómico de estos tiempos es la inflación y en el mundo todos los bancos centrales han empezado a subir la tasa de interés para enfriar la economía. Enfriando la economía es como se baja la inflación, no existe otro remedio. No es posible bajar la inflación y al mismo tiempo reactivar la economía; por lo tanto, es de esperarse que el crecimiento económico se haga más lento porque estamos haciendo una política antiinflacionaria. Lo malo sería que el banco central haga política antiinflacionaria que enfríe la economía y que el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) haga política que caliente la economía, eso podría generar que la inflación nos acompañe un tiempo más. Lamentablemente, para bajar la inflación hay que bajar la economía. Entonces, las cifras del PBI hay que verlas casi con reasignación porque estamos buscando bajar la inflación.
-Muy complicado lo que nos dice en el contexto pospandemia, de reactivar la economía para recuperar los ingresos de los hogares. Usted mencionaba que casi el 90% de los hogares pobres dependen del crecimiento del PBI. ¿Cómo podemos, en este contexto, lograr que pese al poco crecimiento económico se pueda reducir la pobreza?
Es un oxímoron, no se puede. La pobreza bajará muy poco este año o quizá no baje, pero es por la inflación, es porque estamos tratando de derrotarla. Es muy doloroso, particularmente para los pobres, porque en su canasta básica los alimentos son lo más importante, y son los precios los que más están creciendo, hasta en 12% aproximadamente. Entonces, si estamos con los pobres hay que derrotar primero la inflación.
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-En los últimos meses, el MEF y BCR hablan sobre el rol que debe jugar cada uno, ¿qué medidas debería estar tomando el MEF de cara a contribuir con esta reducción más rápida de la inflación?
Cuando la prioridad es la inflación me queda claro que hay que bajar la demanda agregada y no subirla. Si estamos de acuerdo con eso, las políticas macroeconómicas deben ser contractivas, es decir, no podemos aspirar a crecer mucho más este año, no podemos aspirar a que la pobreza baje rapidito. Este año no vamos a crecer mucho porque estamos preocupados por la inflación y la inflación no se cura sin dolor.
-¿De qué manera contribuiría mejorar nuestras cifras de reducción de pobreza, una mejor ejecución presupuestal? No me refiero a incrementar el presupuesto, sino ejecutar de manera óptima los recursos que ya tenemos.
Yo creo que la inversión pública es de los instrumentos más importantes que tiene el Gobierno, por lo tanto, si quiere contribuir al crecimiento económico de este año y los siguientes, ese es el instrumento. No obstante, reviso los datos de inversión pública del Gobierno nacional y del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), que explica la mitad del gasto del Gobierno nacional, y resulta que la inversión del MTC en términos reales, entre enero y octubre del 2022, con relación al mismo periodo del 2021, cayó en 25%, casi como en la pandemia, aunque ya no la tenemos. Creo que el Gobierno debería concentrarse en estos temas que no sé cómo se les ha pasado. Si estamos muy preocupados en los vulnerables, hay que insistir en apoyos específicos y no que bajen el precio de la gasolina a todo el mundo. La idea de reactivar la economía es el que BCR lleva demanda hacia abajo y el Gobierno la lleva hacia otro lado, eso no tiene sentido.
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-El ministro de Economía, Kurt Burneo, decía, a título muy personal, que el MEF ha jugado a hacer mucho más finanzas que economía en anteriores gobiernos. ¿Está usted de acuerdo con esa apreciación?
Depende de a qué periodo se refiere. En mi presentación mostré el ejemplo de la agroexportación y el de la minería. Qué duda cabe que son motores de crecimiento económico, son producto de lo que Dios nos ha dado: minerales siempre hemos tenido y el Estado ha estado ahí con políticas públicas bastante sofisticadas, con leyes especiales, proyectos de irrigación y contratos de estabilidad tributaria. Si hiciéramos algo de eso ahora sería una maravilla. La buena noticia es que tenemos la receta, pero necesitamos un sector público sofisticado.
- En su ponencia, Ud. comentó que sabemos generar un boom de inversiones, no somos ni un desastre ni un milagro, los fundamentos del potencial están ahí. ¿Quiénes son ‘ese sabemos’?
En el sabemos está básicamente el sector público. En el sector privado, Adam Smith tiene razón, las empresas buscan ganar, básicamente buscan beneficios, un lugar rentable y seguro para invertir; entonces el Estado tiene que dársela y cobrársela a través de impuestos. Es el Estado el que le dio el empujón al sector agro y minería, ¿cómo lo hicieron?, y luego -incluso- el Estado debería quitarle los beneficios que sirvieron para empujar estos boom. Esa es una política sectorial inteligente.
Y si me permites un minuto, yo veía con optimismo el futuro, teníamos una fortaleza macroeconómica casi intacta, y ahora es casi porque hasta hace unos días no estaba el ‘casi’, me explico: el Ministerio de Economía y el Gobierno sistemáticamente observan iniciativas legislativas que generan gasto porque el artículo 79 de la Constitución dice con claridad que el Congreso no tiene iniciativa de gasto. Durante mi gestión mandé como cuatro quejas al Tribunal Constitucional, y ellos acaban de decir que no necesariamente.
O sea, que el artículo 79 que blinda al MEF en esta cuestión, la estabilidad macroeconómica está en cuestión. Los juristas no sé si han dimensionado lo que acaban de hacer, pero en términos macroeconómicos es la peor noticia de los últimos 30 años. Quizá tengan razón jurídicamente, pero desde el punto de vista de gestión pública han puesto una bomba que puede frenar el círculo de reducción de pobreza.
-Ante esta posibilidad de que sea legal, ¿qué mecanismos se podrían poner para que esa ejecución presupuestal no afecte la reducción de la pobreza?
No sé cómo hacer. Pero una de las implicancias de esa sentencia es que ya no se sabe dónde se harán las iniciativas de gasto. Habrá una especie de cogobierno entre el Ejecutivo y el Congreso. El Ejecutivo ya no tendrá potestad exclusiva de manejar el gasto público.