Redacción Gestión

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(Reuters).- El escándalo de corrupción y el recorte en la inversión en la estatal brasileña probablemente reducirán más de dos puntos porcentuales del producto interno bruto de en 2015, según un reporte del Ministerio de Hacienda, publicado ayer.

Los problemas en Petrobras están teniendo un efecto dominó que afecta a los principales contratistas y proveedores y que está ayudando a hacer que la recesión que vive el país sea una de las más largas y profundas de las que se tiene registro, de acuerdo al reporte.

La economía de Brasil registraría una contracción de 3% en 2015 y de un 1.22% en 2016, según la mediana un sondeo que elabora el Banco Central, publicado el lunes.

Muchos de los principales contratistas han sido vetados de trabajar con Petrobras hasta que se aclare el rol que pudieran haber tenido en el escándalo.

Frente a la baja de los precios del petróleo, los retrasos en los proyectos y el escándalo por sobornos y pagos a políticos, Petrobras ha reducido su presupuesto para 2015-2019 dos veces este año.

La última reducción se produjo a comienzos de este mes, con una baja de 11% a US$ 25,000 millones para 2015 y de 30% a US$ 19,000 millones para 2016.

Desempleo en BrasilLa tasa de desempleo en Brasil se mantuvo estable en septiembre en un máximo de cinco años, aunque los sueldos extendieron su declive en medio de una grave recesión.

La tasa de desempleo no desestacionalizada de Brasil permaneció en 7.6% en septiembre, el mismo nivel de agosto, dijo hoy el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), menos al 7.8% que esperaba el mercado.

Los sueldos ajustados por inflación bajaron un 0.8% respecto a agosto y un 4.3% en la comparación interanual, a un promedio de US$ 552.80.

La tasa de desempleo había aumentado sin interrupción desde el mínimo histórico de 4.3% que marcó en diciembre, en medio de la peor recesión en Brasil en 25 años. Para este año se prevé que el producto interno bruto (PIB) del país se contraiga cerca de un 3%, con una inflación que se acerca al 10%, un máximo de 11 años.

El creciente desempleo ha mermado la confianza del consumidor a mínimos récord, en un círculo vicioso que ha afectado la demanda y empeorado tanto la recesión como la crisis presupuestaria del Gobierno.

El nivel de desocupación también afecta los índices de aprobación al Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, que enfrenta la amenaza de un juicio político a sólo un año de haber sido reelecta.

La cifra de brasileños que tenían empleo en las seis principales áreas metropolitanas que estudia el IBGE bajó en un 1.8% interanual, a 22.7 millones de personas.

El número de personas que buscó empleo sin éxito se disparó un 56.6% interanual en septiembre, a 1.9 millones de personas.

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