Crisis alimentaria: Guardar pan para mayo
Escribe Besly Muñoz Quintana, alumna de Derecho de la Universidad del Pacífico.
“1 de cada 4 peruanos no cuenta con dinero suficiente para la canasta básica familiar; 6.8 millones no consumen alimentos durante un día o más. El precio del pollo se llegó a duplicar y los vegetales a desabastecer en los mercados peruanos. Las amas de casa ya no saben cómo parar la olla y las ollas comunes cada vez están más desamparadas. Los índices de anemia y desnutrición están cada vez más elevados, en la medida en que el sobrepeso y la obesidad ascienden”.
Los datos del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), indican que el precio del pollo ha subido 11.65% en los últimos meses; el pan 14.98%; el azúcar subió 11.77%; los fideos 10.37%; los aceites se elevaron 63.20%; y los huevos un 7.12%. El alto precio de los alimentos está causando una crisis humanitaria, los más vulnerables del mundo, no pueden pagar los elevadísimos precios de los alimentos; mientras el poder adquisitivo se reduce a la mitad.
Un trabajador que gana un sueldo mínimo, lo más probable es que destine el 70% de sus ingresos a su alimentación; sin embargo, para hacer frente a la crisis los peruanos han tenido que suprimir sus gastos en salud y educación, algunos han tenido que vender o consumir su ganado; reducir el valor nutricional de la ingesta alimentaria eliminando las proteínas y los vegetales. En el peor de los casos, se han visto obligados a suprimir comidas y pasar días sin comer. Este condicionamiento afecta la salud, el desarrollo, la formación educativa, el acceso a los bienes y servicios; es un atentado contra la dignidad y un quiebre en los derechos humanos.
Según un informe del INEI, en los últimos meses, la inflación en el Perú alcanzó el 6.21% a nivel nacional, impulsada especialmente en la categoría de alimentos, los cuales en Lima la inflación alcanzó el 1.44% en abril.
De acuerdo con cifras brindadas por Donita Rodríguez, Analista Macroeconómico de Apoyo Consultoría, la canasta básica de alimentación ha subido de S/760 a más de S/ 800. Por ejemplo, si hoy en día compro una cierta cantidad de alimentos, en comparación al año pasado, hoy debo pagar un adicional de S/ 40 más por la misma cantidad.
UN PANORAMA MARCADO POR SUCESOS CONTRARRESTANTES
Tras el paso del Niño costero 2017, la gran pandemia del COVID-19, la crisis política con el gobierno de 6 presidentes en menos de 5 años, las protestas en el sur y la capital del país tras el último golpe de estado, el cambio climático con el ciclón Yaku y el fenómeno de la niña. Todos estos acontecimientos agudizaron nuestro ya deficiente sistema político para hacer frente a la crisis alimentaria; mientras que, el panorama mundial lo iba haciendo a raíz de los conflictos armados entre Rusia y Ucrania, afectando de este modo la importación de fertilizantes y urea necesarios para la producción. La historia comienza cuando en el 2021 el alza en las cotizaciones internacionales en trigo, maíz y soya a causa de la pandemia incrementó sus precios; seguidamente a inicios del 2022 ocurre la invasión de Rusia a Ucrania, lo que genera un desajuste de la oferta mundial de petróleo, maíz trigo y fertilizantes. A finales de este mismo año, se generaron los bloqueos de carreteras en consecuencia a la crisis política que enfrentaba nuestro país, lo que encareció los alimentos en el sur. Finalmente, llegado marzo del 2023 el panorama se vuelve limitante, en el sentido en que la inflación disminuye; sin embargo, la gripe aviar y el ciclón Yaku limitan la velocidad de su caída.
A todos estos acontecimientos devastadores, se suman sub-consecuencias económicas como: la reducción de las ventas, la reducción de los recursos para las regiones debido a la disminución de aportaciones, el impuesto a la renta y el canon. A su vez, sub-consecuencias ambientales como: las fuertes sequías traducidas en la pérdida de cultivos, mortandad de ganado, proliferación de plagas, enfermedades y el decremento de siembras de quinua, papa, choclo y arroz. También, sub-consecuencias sociales como: las protestas por el hambre en las calles y el enfrentamiento entre peruanos.
LA OTRA PANDEMIA: ANEMIA, DESNUTRICIÓN, MALNUTRICIÓN Y OBESIDAD
La crisis alimentaria, también incide en nuestro panorama nutricional, que de por sí ya es alarmante; nuestro país a lo largo de los años, viene trabajando en superar los efectos de la malnutrición. Sin embargo, la crisis alimentaria a la que nos enfrentamos hoy en día, podría llevar a que la tendencia en la reducción de la anemia y la desnutrición se inviertan de no tomarse las medidas necesarias.
Según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES) del INEI, para el 2021 los índices de anemia en niños fue de (38,8%) y la desnutrición crónica, fue de (11,5%). Si bien el promedio nacional muestra un descenso de (38,8%) para este año, hay departamentos como Puno y otras 14 regiones del país donde se incrementó la anemia. Asimismo, los datos estadísticos, evidencian la predominancia de la anemia en zonas rurales (48,7%) en contraste a las zonas urbanas (35,3%).
En la otra cara de la moneda, frente a una crisis de hambruna, existe otra de malnutrición por exceso: “La obesidad y el sobrepeso”, esta se genera como consecuencia del consumo de alimentos industrializados con alto contenido en grasas y azúcares. Este tipo de productos resultan más accesibles al bolsillo de los peruanos, quienes los consumen con el fin de saciar el hambre, sin evaluar su valor nutricional. Es por ello, que en los últimos años la tasa del sobrepeso se incrementó a (36,9%) y la obesidad alcanzó el (25,8%), según cifras de ENDES.
EL ODS 2 Y LOS OBJETIVOS POR EL HAMBRE CERO:
Para el año de 1996, la Cumbre Mundial sobre la Alimentación, asume la responsabilidad de garantizar una seguridad alimentaria de acceso material, social y económico a alimentos inocuos y nutritivos para llevar una vida activa y sana. De esta manera, se obliga a establecer los criterios en torno a la calidad y cantidad oportuna de alimentos que satisfaga necesidades básicas y el derecho a una alimentación digna.
Por ello la ONU en el ODS 2 de la agenda 2030 (Hambre Cero), plantea como objetivos: Brindar atención a los sectores vulnerables, erradicar toda forma de malnutrición, asegurar la sustentabilidad en la producción de alimentos, promover la cooperación internacional y
corregir las distorsiones comerciales en el mercado agropecuario.
Es evidente, que el ODS 2 tiene efectos e incidencias positivas sobre los objetivos del desarrollo sostenible, este ODS, articula e integra los esfuerzos para frenar el impacto negativo del hambre y la pobreza, avanzando en el camino hacia la sustentabilidad mundial.
¿Cuán eficaces son las respuestas para aliviar esta crisis?
Pues bien, es de suma urgencia atender las necesidades alimentarias de los más pobres que han quedado excluidos de los mercados alimenticios a causa de los precios; a través de programas focalizados de vales, transferencias de efectivo y la distribución suplementaria de alimentos. En cuanto a la agricultura, si bien en nuestro país existe el “Fertiabono”, monto para que los agricultores compren directamente el fertilizante, está demostrado que la entrega de bonos no necesariamente termina atacando el problema principal, ya que el agricultor tiene plena libertad para utilizar el subsidio en otros fines. Además, muchos agricultores no se encuentran debidamente empadronados; por lo que una respuesta más eficiente sería la promoción de créditos por fertilizantes a cada agricultor, y el pago en especies de productos prioritarios. De esta manera, la cosecha para el Estado abastecería los programas sociales como Qali Warma y comedores populares; generando un círculo de ganancia para todos. Además, el estado en sus carteras clave (MEF, MIDIS, MINAGRI, PRODUCE y Cancillería) debe conformar una comisión de seguridad alimentaria que genere un sistema confiable, corrija y regule las deficiencias de las políticas agrícolas e invierta en agricultura y producción de alimentos; a su vez, brinde contingencia en situaciones de riesgo ante fenómenos climáticos y sanitarios velando por un sistema comercial mundial más justo y solidario. ¡El objetivo del hambre cero es una tarea de todos!
BIBLIOGRAFÍA:
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https://ciup.up.edu.pe/media/2985/ciup-ppp27.pdf
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Braun, Joachim von (2009)-Respondiendo a la crisis alimentaria mundial:
tres perspectivas / Joachim von Braun, Josette Sheeran, Namanga
Ngongi.
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ttps://m.inei.gob.pe/prensa/noticias/desnutricion-cronica-afecto-al-115-de-la-poblacion-menor-de-cinco-anos-13587/#:~:text=En%20el%20año%202021%2C%20la,Familiar%20(ENDES-2021).
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https://m.inei.gob.pe/prensa/noticias/precios-al-consumidor-de-lima-metropolitana-subieron-125-en-marzo-del-presente-ano-14331/