¿Son las proyecciones del MMM muy optimistas?
Miguel Hernández Visurraga, alumno de Economía de la Universidad del Pacífico
El 26 de agosto del 2020 se publicó el Marco Macroeconómico Multianual 2021-2024 (MMM), documento en el que el Ministerio de Economía y Finanza (MEF) establece proyecciones de crecimiento para el período 2021-2024 (MEF, 2020). En este documento se proyecta una contracción del PBI de 12,0% en 2020, principalmente, por el fuerte deterioro de la actividad económica en el primer semestre del año. Además se brindan cifras respecto a la recuperación económica del Perú a partir del segundo semestre del 2020 y con mayor fuerza en el 2021 (crecimiento esperado del 10%). Así pues, resulta natural hacerse la pregunta: ¿que tan realistas serían las proyecciones de crecimiento económico expuestas por el MMM?
Ciertamente, el MMM resalta que la economía peruana naturalmente se estabilizará en niveles pre pandemia debido a la reanudación de actividades económicas, el fuerte impulso fiscal y la recuperación de la demanda externa, lo que ayudaría a reactivar gradualmente la economía nacional desde el segundo semestre del 2020 y acelerándose el 2021. No obstante, considero que las proyecciones del MMM podrían ser muy optimistas debido, entre otros factores, a la frágil recuperación de la inversión privada.
Antes que nada, es necesario señalar que la inversión nos proporciona capital para producir más y así aumentar el nivel de empleo. Según cifras del Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial (IEDEP), la inversión privada constituye un 79% de la inversión total (Gestión, 2016). Entonces hablar de aumentar la inversión implica hablar principalmente de aumentar la inversión privada. Al aumentar la inversión privada, los negocios pueden expandirse y grandes proyectos mineros e inmobiliarios pueden concretarse, lo que permite aumentar el nivel de empleo en el país. Al tener la gente más dinero, pueden consumir más y así, el aumento de la inversión privada puede crear un círculo virtuoso que fomente el crecimiento económico.
Según el MMM, la inversión privada, luego de haber sufrido una contracción de 39.1% en el primer semestre del 2020, estaría gradualmente recuperándose a partir del segundo semestre de este año. Se afirma que la reactivación de la inversión privada sería impulsada principalmente por obras de infraestructura y el reinicio de diversos proyectos mineros en condiciones económicas mucho más favorables que en el primer semestre del 2020. Sin embargo, podría decirse que el MMM está siendo bastante ambicioso en lo que respecta a la reactivación de la inversión privada, de modo que sus proyecciones de crecimiento económico estarían siendo muy optimistas. Esto principalmente por dos motivos: una sobreestimación de la recuperación de la confianza empresarial y una posible inestabilidad financiera en el futuro.
Por un lado, no es sorpresa que la confianza empresarial tenga un impacto relevante en la inversión privada: si el sector empresarial tiene expectativas optimistas para el desarrollo de la economía en el futuro, entonces arriesgarán más (destinarán un mayor capital) en los proyectos de inversión que tengan a futuro, esto es, aumentarán el nivel de inversión privada. El nivel de confianza empresarial es muy sensible a los acontecimientos a nivel nacional e internacional: una crisis política o un desastre natural puede reducir las expectativas de crecimiento de los empresarios. El pasado mes de setiembre diversos sucesos en el ámbito político han sido titulares periodísticos en el país: La revelación de audios que incriminan directamente al presidente Martín Vizcarra con Richard Swing y la moción de vacancia presidencial a Vizcarra (a pesar de haber sido finalmente rechazada) (Gestión, 2020). Si a esto le sumamos el hecho de que el 2021 será un año electoral, difícilmente se podría afirmar con certeza que la confianza empresarial ya haya tocado fondo (como lo afirma el MMM) pues los últimos acontecimientos han generado una inestabilidad política que seguramente está teniendo repercusiones negativas en el nivel de inversión privada en el futuro cercano.
Por otro lado, las fluctuaciones esperadas en el mercado financiero peruano podrían ser un obstáculo importante para el impulso de la inversión privada. Proyecciones de Asbanc (2020) indican que el ratio de morosidad podría ascender a 10% a fines de año. A mi parecer, esta cifra podría incluso ser mayor pues, al igual que la calificadora de riesgo Moody’s (Gestión, 2020), considero que la menor actividad económica que ha tenido el país durante los últimos meses tendría un impacto negativo sobre la calidad de las carteras crediticias: se esperaría una mayor morosidad en el futuro, haciendo que la calidad de las carteras de los bancos se vean deterioradas, lo que podría desestabilizar la solvencia del sistema financiero, dada las mayores pérdidas esperadas para la banca. Este problema de liquidez en el sistema financiero nacional podría resultar en una restricción al endeudamiento, sobre todo en el caso de que un banco quiebre. El menor financiamiento llevaría a que el nivel de actividad empresarial, y por tanto de beneficios futuros y del valor de las empresas caiga en el futuro. De esa manera, la menor capacidad de endeudamiento afectaría el nivel de actividad privada de muchas empresas y con ello, el nivel de inversión privada. Tomando el caso del sector inmobiliario, el MMM indica que gracias al programa Reactiva Perú, el crédito a las actividades inmobiliarias ascendió a 23.7% en promedio entre mayo y junio del 2020. Ciertamente, el sector inmobiliario, al tener un elevado nivel de actividad económica, presenta niveles altos de endeudamiento, de manera que una restricción al nivel de financiamiento en sectores como este representaría un grave problema para la inversión y por tanto para el crecimiento económico.
Así pues, dado que el MMM señala que la confianza empresarial se viene restaurando naturalmente debido a la solidez macroeconómica y el bajo riesgo país que ha caracterizado al Perú en los últimos años y también dado que el MMM tiene expectativas positivas para el sistema financiero peruano gracias a la contribución de la fortaleza macrofiscal del país a la confianza en los mercados financieros, es que existe espacio para poner en duda las proyecciones de crecimiento económico expuestas por el MMM. Tanto la inestabilidad política (y su efecto sobre la confianza empresarial) como las carteras de baja calidad de los bancos (que desestabilizan al sistema financiero) son factores que podría ralentizar la recuperación de la inversión privada y por tanto del crecimiento económico del Perú.