Los desafíos del Gobierno para reactivar la inversión privada
Escrito por Camila Garate La Torre, estudiante de Economía de la Universidad del Pacifico
Desde que iniciaron los mensajes a la Nación, el presidente Martin Vizcarra y la ministra de Economía, María Antonieta Alva, han resaltado constantemente el rol primordial que juega la inversión privada en la recuperación económica del país.
Según el reporte de inflación de junio del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), la economía peruana registraría una caída de 12.5% en 2020. Este desempeño negativo estaría liderado por la inversión privada, la cual se estima se reduciría en 30.0%. Dado el duro golpe que esta sufriendo en la pandemia, el gobierno ha desplegado una serie de estímulos para reactivarla, no obstante, aun debe enfrentar diversos desafíos.
La inversión privada, aunque se suele relacionarla con la gran empresa, es aquella que proviene de personas naturales o jurídicas, nacionales o extranjeras, públicas o privadas, distintas del Estado Peruano. Entre los principales retos que enfrenta el Gobierno para impulsar la inversión se encuentran los impuestos por la coyuntura (sostener la cadena de pagos de las empresas y brindar una correcta provisión de liquidez); así como los estructurales (disminuir la brecha entre inversión en infraestructura y servicios públicos, optimizar los procedimientos administrativos y dar un correcto seguimiento a los proyectos).
Cómo se ha visto afectada la inversión privada por el Covid-19
Perú arrastra problemas estructurales de inversión privada desde hace años; sin embargo, el Covid-19 ha adicionado nuevas preocupaciones. Por un lado, la pandemia ha afectado particularmente a las micro y pequeñas empresas (MYPEs) por las restricciones de las actividades económicas durante la cuarentena, nueve de cada diez MYPEs no operaron. Asimismo, sus ingresos disminuyeron porque las empresas medianas y grandes redujeron sus compras. Es de esperarse que estas acoten sus actividades al negocio central y detengan sus planes de inversión.
Adicionalmente, a la cadena de suministros, el virus ha ocasionado que los indicadores de confianza empresarial para invertir y contratar personal se encuentren en sus niveles mínimos históricos. El trabajo remoto, el retraso de obras y restricciones del Gobierno han hecho dudar a los inversionistas si es el momento correcto para sacar su dinero de un retorno seguro, como un banco, y arriesgarlo en un proyecto.
Por otro lado, aunque el caos político es un problema desde hace décadas, en este contexto se ha visto potenciado. De acuerdo con el Sondeo del Servicio de Asesoría Empresarial (SAE), alrededor del 50% de los empresarios califican los siguientes factores como generadores de incertidumbre: la conflictividad social, la capacidad de gestión del Poder Ejecutivo y la relación entre este y el Congreso. Ejemplo de estas tensiones es la desaprobación de la confianza al efímero premier Pedro Cateriano, ya que se suma a las acciones del Congreso que han desatado una percepción populista que espanta la inversión.
Desafíos coyunturales del Gobierno
Ante los efectos descritos previamente, el Estado generó un Plan Económico que incluye un conjunto de medidas cuya ejecución suma más de S/ 129,000 millones, lo que representa más del 18% del PBI.
Entre los proyectos que impulsan la inversión privada se encuentran Reactiva Perú y El Fondo de Apoyo Empresarial a las MYPE (FAE-MYPE). El primero busca facilitar el financiamiento de empresas que enfrentan pagos y obligaciones de corto plazo y asegurar continuidad en la cadena de pagos. El segundo, con el mismo propósito de permitir a los empresarios continuar con sus actividades y transferir parcialmente el riesgo de crédito al Gobierno, esta exclusivamente dirigido a la pequeña y mediana empresa.
A pesar de este esfuerzo, se evidenció menor crecimiento del crédito y aumento de la morosidad, señales de deterioro del sistema financiero y un impacto limitado de los programas. Esto hizo que el Gobierno decida ampliar y flexibilizar los programas. Así se duplicó el tamaño de Reactiva Perú (S/30 000 millones adicionales) y se realizó cambios en los montos de los créditos que las empresas beneficiadas reciben.
Desafíos estructurales del Gobierno
Adicionalmente a la optimización de Reactiva Perú y FAE-MYPE, el Gobierno tiene un arduo trabajo por delante. Uno de los mayores retos estructurales que enfrenta, mencionado en el discurso del primer ministro Walter Martos cuando solicitó el voto de confianza, es disminuir la brecha que existe entre infraestructura y servicios públicos.
Para lograrlo se trabajará de la mano con las Asociaciones Público Privadas (APP) ya que se requieren programas agresivos de desarrollo de infraestructura. El gobierno ha sacrificado los lazos con las APP, así que los esfuerzos para recuperar inversionistas que financien y gestionen megaproyectos de infraestructura recaerán sobre el siguiente mandato.
Un segundo reto, expuesto en el discurso de Pedro Cateriano, es lograr la puntualidad por parte del Estado en los plazos establecidos. La dificultad en los trámites estatales es una característica poco favorable del país. Por ello, se debe prevenir que proyectos con impacto positivo en el crecimiento sean trabados por procedimientos administrativos o plazos incumplidos por instituciones públicas.
El tercer reto esta en realizar el debido seguimiento a los proyectos. En estos momentos tan difíciles, no podemos permitir que se repita la historia de la Línea 2 del Metro de Lima, un proyecto que estaba planificado terminar el 2021; sin embargo, luego de 6 años de iniciado, solo va en el 30%.
Aunque existe un Equipo Especializado de Seguimiento de Inversión (EESI), que posee la función de supervisar los proyectos de inversión privada más relevantes, aún tiene bastante por mejorar en su desempeño.
Por último, el Estado debe recuperar la confianza de los inversionistas. Se deben mandar señales claras de estabilidad política y apoyo a la inversión, así como reducir los conflictos con el Congreso. Además, se debe fomentar la transparencia de los procesos y recursos públicos. Es de esperarse que si un megaproyecto empiece, los demás sigan el ejemplo.
Un factor adicional que impacta negativamente en la inversión privada es la incertidumbre electoral. Según SAE, el 56% de los ejecutivos mencionaron que la campaña electoral del 2021 generará un riesgo “alto o muy alto” en sus decisiones de inversión. Es probable que este porcentaje crezca a medida que nos acerquemos a finales del año. Especialmente en este contexto, los inversionistas están a la espera de saber quién guiará la economía del Perú los siguientes años antes de apostar por un proyecto de inversión.
Luego de haber revisado los diversos desafíos, es esencial un arduo trabajo por parte del Gobierno para reactivar la inversión privada si se quiere ver la recuperación que el BCRP y otros analistas proyectan para el 2021. Esta es una de las fuentes de demanda más grandes y sostenibles, de otra forma la recuperación económica será moderada y dependiente del impulso público.