Main Street vs. Wall Street
Camila Garate La Torre, alumna de Economía de la Universidad del Pacífico
“Una brecha peligrosa”, “Desconexión” y “El presagio de tiempos difíciles” fueron las frases que The Economist, Bloomberg y Forbes usaron para catalogar a la diferencia que se esta creando entre la economía real y los mercados financieros en Estados Unidos a causa del Covid-19. Tras sufrir una de sus mayores caídas, la bolsa de valores americana se recupera rápidamente, mientras que las empresas individuales parecen tener aún un largo camino por recorrer.
Los días 9, 12, 16 y 18 de marzo del año en curso, la bolsa de valores de Estados Unidos detuvo el comercio de acciones por un cuarto de hora debido a que el S&P 500, uno de los índices bursátiles más importantes del mundo, redujo bruscamente su precio (-7%) en un solo día. Este fenómeno es conocido como “circuit breaker”, medida regulatoria que diversos países implementan con la finalidad de prevenir una venta de activos masiva guiada por el pánico. Esto no ocurría desde 1997.
Sin embargo, menos de tres meses después, sin señales claras de estar llegando al final de esta pandemia, con devastadoras proyecciones macroeconómicas, números de víctimas que continúan subiendo y con muchos más temores por delante, el S&P 500, Dow Jones, NASDAQ y otros de los principales índices financieros han mostrado una recuperación sin precedentes.
Para comprender la contradicción entre el contexto que se esta viviendo en Estados Unidos y su bolsa de valores, debemos entender y diferenciar lo que en el mundo de las finanzas se conoce como Main Street y Wall Street. El primer término hace referencia a los pequeños e individuales empresarios e inversionistas (economía real), en este se encuentran los negocios familiares, las industrias y la mano de obra que trabaja produciendo bienes y servicios día a día. El segundo identifica a las grandes instituciones de inversión (mercados financieros), lo representan casas de inversión como J.P. Morgan, Citi, Bank of America entre otras compañías multimillonarias.
Ambos poseen una dependencia mutua; Wall Street requiere de los trabajadores y empresarios independientes para generar capital y ganancias, Main Street necesita de los grandes inversionistas para obtener mejores retornos de los que un banco le puede ofrecer. Aunque a lo largo de la historia han presentado correlación, el Covid-19 ha dado lugar a una marcada discrepancia entre ambos.
Por un lado, Wall Street, confiando en el paquete fiscal y monetario americano, muestra precios cada día más altos. Esto quiere decir que las acciones incrementan su valor a ojos de los inversionistas. El gobierno al mando de Trump ha propuesto un poderoso estímulo fiscal. Este contempla acciones como: inyección directa de dinero al bolsillo de los ciudadanos, el Paycheck Protection Program (Programa de Protección del Pago) que otorga facilidades para obtener préstamos a las pequeñas empresas, entre otras medidas.
Asimismo, la institución que trabaja como el Banco Central de los Estados Unidos, la FED, ha tomado medidas excepcionales. Entre ellas destacan los recortes de tasa de interés de referencia (se mantendrá entre 0% y 0.25%, su mínimo histórico) y la compra en cantidades sorprendentes de deuda corporativa, especialmente de bonos de alto rendimiento “basura” que poseen una alta posibilidad de default (no ser pagados), riesgo que se quiere quitar del mercado.
Las medidas incluyen también el financiamiento de préstamos de corto plazo a bancos con tensiones financieras. Esta ayuda a la economía por parte del gobierno y la FED ha otorgado optimismo a los inversionistas, quienes no han dejado de comprar acciones desde fines de marzo.
Por otro lado, Main Street refleja cifras alarmantes. En la tercera semana de mayo, los reclamos de seguros de desempleo alcanzan los 2.4 millones, se han reducido los resultados de manufactura, así como el gasto en consumo y la confianza del consumidor. Además, la situación sanitaria también es grave, los casos confirmados de Covid-19 sobrepasan los 5 millones, de los cuales más de 1/5 se encuentran en Estados Unidos, y no hay comunicado oficial por parte de la comunidad científica de una vacuna en el corto plazo.
Adicionalmente, los cálculos de mayo son más pesimistas que los de abril. Se proyecta que el año cerrará con un crecimiento del PBI de EEUU de -6.5% y del PBI mundial, de -4% aproximadamente. Por último, no se puede descartar una segunda ola de infecciones o un comportamiento fraudulento por parte de las empresas. Hasta el momento, se han conocido escándalos por fraude de Luckin Coffee y Hin Leong, ambas compañías con sede en China. Estos factores generarían que la situación de Main Street proyectada previamente empeore y se aleje aun más de lo estimado por Wall Street.
Aunque no tenemos certeza de lo que pasará en el futuro y nos gustaría creer que Main Street se recuperará pronto de esta crisis, asumir que dos meses han sido suficientes para que se interiorice el daño causado por el Covid-19 suena muy prometedor. Wall Street es como una montaña rusa y es difícil saber lo que viene a continuación. Como escribió The Economist: “el drama en el mercado de valores aun tiene unos cuantos actos más”.