Tecnología: la herramienta de China contra el coronavirus
Por Anibal Torres, alumno de Economía de la Universidad del Pacífico
No hay duda que estamos viviendo un momento difícil. Calles, centros comerciales y otros lugares públicos se encuentran cerrados. El Perú pertenece al grupo de países que enfrenta al COVID-19. Hasta el momento, registramos más de 400 infectados con el coronavirus y nueve muertes (Ministerio de Salud, 2020). Lo preocupante de esta pandemia es que los casos aumentan día a día y muchas personas no asumen la principal responsabilidad que tenemos como ciudadanos: quedarnos en nuestros hogares para evitar que el virus siga propagándose entre las personas.
Mientras que en nuestro país el virus continúa siendo un problema, las primeras naciones que fueron infectadas, ya se encuentran casi recuperadas. Una de ellas es China, el país donde se originó el contagio del COVID-19. Esto invita a que revisemos como modelo el accionar de este país que se encuentra ya prácticamente libre de esta pandemia.
Uno de los pilares para contrarrestar el contagio del coronavirus ha sido el alcance y la aplicación tecnológica que tiene el país más poblado del mundo. Además de esto, la actitud de los ciudadanos chinos al confiar en su Estado ha sido crucial para superar este problema. En setiembre del 2019, el presidente chino Xi Jinping dio un discurso en honor al aniversario N°70 de la República China Comunista, donde mencionó que “los logros históricos demuestran por completo que solo el Partido Comunista puede liderar a China”. Otorgarle el término comunista no es lo correcto. Ellos han experimentado cambios (el libre comercio, por ejemplo), por lo que realmente resulta ser un “capitalismo de Estado” de carácter autoritario.
El punto de esta breve introducción es para rescatar la manera en que China ha impuesto a su población la tecnología creada para poder combatir el coronavirus y la gran disposición de los mismos para acatar la normativa.
Una de las grandes invenciones chinas para combatir el COVID-19 ha estado en manos de la empresa multimillonaria Alibaba. Lucas De La Cal, corresponsal de Elmundo.es, nos cuenta que la compañía creó una aplicación llamada Alipay Health Code, el cual consiste en un software manejado únicamente por el gobierno chino. Instalar esta app es de carácter obligatorio en más de 200 ciudades. Como principal función, permite saber cuál es el estado de salud de su población: Realizan a cada persona una breve encuesta preguntando algunos datos personales, si ha aparecido algún síntoma y si ha acudido a un lugar afectado en los últimos días. El mecanismo es clasificarlos en tres colores: rojo, amarillo y verde. Estos dos primeros indican haber estado en alguna zona con alta probabilidad de contagio en los últimos 14 días y/o tener síntomas del virus, por lo que deben estar en aislamiento entre 14 y 7 días, respectivamente. Para suerte de algunos, si el color es verde, es porque el usuario se encuentra a salvo y no corre peligro. Ante esto, se crea un código QR para cada persona y solo pueden transitar las que poseen el color verde. Sin duda, la población china ya está acostumbrada a “confiar” en su Estado pues compartir su información personal es crucial para que el software pueda funcionar eficazmente.
Otra aplicación tecnológica de China para frenar la pandemia ha sido la incorporación de robots desinfectantes y drones con capacidad de tomar la temperatura a los ciudadanos. Pudu Technology ha fabricado máquinas y las ha instalado en más de cuarenta hospitales con el fin de mejorar la atención médica. Por su parte, MicroMultiCopter también ha utilizado sus drones para poder agilizar el transporte de las muestras médicas de hospitales a laboratorios.
No menos importante es el sistema de cámaras que identifica los rostros de millones de chinos cuando transitan por las calles, así como las máquinas dispensadoras de bolsas reciclables. Julio Herrero, español residente en China, dio su testimonio a Vozpopuli.com. “Si entro con el choche en una reserva natural, a los poco segundos me llega un mensaje de texto al celular alertándome de que estoy en un espacio protegido y se me informa de que no debo dejar basura ni hacer fuego. Existen también máquinas dispensadoras en las comunidades de los vecinos. Estas funcionan con una tarjeta personal donde cada bolsa comprada de la máquina cuenta con un código QR asociado. De esta manera pueden saber quién ha tirado la basura. Existe un ranking por edificio de los vecinos más responsables”.
Finalmente, la inteligencia artificial es una de las principales fortalezas tecnológicas del país asiático y esta vez no fue la excepción. Desarrollaron un sistema capaz de poder detectar los casos de coronavirus por medio de tomografías escaneadas a través de un computador. Lo útil de esta invención es que logra diferenciar a los pacientes infectados con COVID-19 de los que poseen una neumonía ordinaria, con una exactitud del 96%.
Por este motivo, China ha resuelto esta problemática de manera rápida. La aplicación tecnológica ha sido un pilar importante para frenar la pandemia que dio origen en la ciudad de Wuhan y luego, se propagó por todo el mundo. Es importante que, a pesar de que nosotros no contamos con esos sofisticados software, podamos usar los dispositivos importados de China y Estados Unidos de una manera eficiente para que la mayoría de pacientes infectados por el coronavirus puedan ser atendidos. Es importante también emplear la tecnología extranjera para poder descartar a las personas que presentan síntomas de infección del COVID-19, de manera rápida. Así lo hizo saber, el 19 de Marzo, el Presidente Martín Vizcarra: “el objetivo es realizar mil pruebas diarias para descartar o confirmar a las posibles personas infectadas por el coronavirus.”