Economía Colaborativa: Uber, Airbnb, y otros modelos exitosos
Por Santiago Belmont, Alumno de Administración de la Universidad del Pacífico
¿Qué pensamos cuando leemos emprendimiento empresarial? Tal vez en la invención de un nuevo producto, o el desarrollo de un servicio original, o la creación de una industria inexistente. No obstante, la capacidad emprendedora puede llegar a otros límites. La sociedad de hoy ha demostrado que existe una versión distinta al consumismo extremo, en la cual se prioriza la actividad del intercambio entre particulares de bienes y servicios a cambio de una compensación previamente pactada entre ellos. A este modelo se le conoce como la Economía Colaborativa.
En síntesis, esta modalidad se basa en comunidades de usuarios en las que se conectan ofertantes y demandantes, con el objetivo de un intercambio. Los graduales avances de la tecnología y la digitalización han facilitado el desarrollo de este giro de negocio con la creación de plataformas virtuales colaborativas. Gracias a estas, el consumo compartido no se limita a un ámbito geográfico; por el contrario, personas alrededor de todo el mundo se pueden conectar entre sí. El núcleo diferencial de estos tipos de negocios radica en que se ofrece el acceso de bienes y servicios a las personas, mas no la adquisición de ellos. La economía colaborativa ha cambiado la forma de transportarse, de comprar productos, de buscar hospedaje e información, de descargarse música y mucho más. Sin duda, una nueva clase de emprendimiento.
Probablemente, Uber y Airbnb sean dos de los primeros y más exitosos casos de este modelo de negocios. Ninguno de ellos inventó un nuevo producto o creó una industria, solo remplazaron al intermediario por una plataforma digital, volviendo el servicio más eficiente. Uber es una firma de taxis que no tiene propiedad de ellos, como Airbnb es una compañía de alojamientos que tampoco tiene propiedad de estos. Las dos empresas americanas dedicaron sus esfuerzos en diseñar una plataforma donde aquellos que ofrecen el servicio puedan vincularse con quienes lo demandan. Ambas organizaciones han afirmado que muy pronto llevarán a cabo su oferta pública inicial para así cotizar en la bolsa de valores. Lyft, competidora de Uber en Estados Unidos con el mismo modelo de negocios, comenzó a cotizar en la NYSE en el índice Nasdaq hace solo unas semanas. El éxito de las mencionadas es evidente.
Asimismo, existen otros negocios menos conocidos, pero con la misma dinámica, como Eatwith. Esta empresa brinda el concepto de gastronomía colaborativa, donde puedes reservar desde su aplicativo una plaza y cenar a domicilio con cocineros autodidactas. Si bien no tiene aún la acogida de las dos anteriores, el modelo aplicado es el mismo en una industria distinta. Por otro lado, hay gigantes firmas tecnológicas que comparten parcialmente las características de la economía colaborativa. Multinacionales como Facebook no tienen contenido propio, así como Spotify no tiene música propia. Aún así, las personas acuden a estas redes para alimentarse de información o canciones de otros. El mismo concepto presente en un modelo de negocios diferente.
La economía compartida como tal no es nada completamente nuevo en la sociedad. El proceso del trueque sin necesidad de intermediarios es considerado como parte de la prehistoria de la economía. Sin embargo, las condiciones del mundo global han permitido a los negocios de este modelo realizar los intercambios a una escala y manera nunca antes posible. Todo ello gracias al fenómeno de la tecnología y digitalización, los cuales han impactado a toda industria sin excepción alguna. Sin su aparición, el éxito de los negocios del consumo compartido no hubiese sido posible en su magnitud, dado que permitió la conexión a distancia. Y esto, sumado con la capacidad de crear confianza entre extraños, es lo que ha desarrollado un mercado eficiente de consumismo colaborativo entre consumidor y productor, sin la necesidad de ningún intermediario.