Y empieza al capítulo: busquemos al "salvador"
Empiezan a formarse partidos (para variar mas de 30), o terminan de formarse, y las figuras políticas maduras y jóvenes se juntan para intentar ganar algo en las elecciones peruanas del 2026. Sus intenciones quedan de lado. Algunas incursionarán en política por vanidad, poder, tener o placer. Otras por un sano sentido de servicio al país. Otras (la gran mayoría) por una mezcla de ambas motivaciones. No importa.
El punto es que el potencial votante entrará nuevamente en modo “busquemos al salvador”. Lo creará. Lo esperará. Lo imaginará. Y los partidos nuevos o viejos, volverán a intentar cubrir esa demanda. Cada partido empezará a hablar de su líder como un ser superior, especial, único, que se junta con las personas correctas, cuya historia es original y esforzada. Y está bien.
Los salvadores llegarán de todas partes: de la capital, de provincia, del norte, del sur, del centro, de la sierra, la selva o la costa. Serán muchos. Serán efectivamente peruanos especiales, cada uno con su capa, su disfraz, su super poder, su plan para liberarnos de algún enemigo creado o real, despiadado, cruel, que destruye nuestro futuro.
Y probablemente en medio de este juego -porque es un juego- volveremos a padecer la misma enfermedad. En vez de que estos súper héroes y salvadores compitan para ver cuál es el mejor, uniendo fuerzas o manteniéndose independientes, lo que ocurrirá es que se sacarán los ojos, se acusarán, se dividirán y hasta matarán. Y no solo ellos. Los propios votantes peruanos, enceguecidos en esta dinámica patológica, seguirán sus pasos: descalificarán a uno, insultarán al otro, etiquetarán a este y cancelarán a aquél.
El juego del salvador y el súper héroe es inevitable. Probablemente esperaban que hablara del caudillismo peruano y cómo hacer para derrotarlo. Mentira. Necesitamos un caudillo (mujer u hombre, no importa). Aceptémoslo. Debemos vivir el capítulo del salvador, pero bien vivido. Debemos armar la competencia, los juegos de caballería no tienen nada de malo. Al contrario. Pero tenemos que vivir este capítulo como en una novela bien escrita, como en una buena saga épica. No como en una comedia barata, agresiva, violenta, burda, salvaje, de esas que saturan la televisión peruana últimamente.
Y en esto pesará mucho la prensa (nacional y regional) y las redes sociales, sus líderes y analistas. Aquí está el núcleo de este artículo. Si ellos empiezan a cancelar, insultar, etiquetar, descalificar a los candidatos, sea quienes sean estos, lo que harán será ensuciar la competencia e impulsar esa ignorancia innata del votante peruano. Pienso que al menos un 70% de la responsabilidad de que volvamos a vivir unos “juegos del hambre” y no unos “juegos de caballería” la tendrán medios, periodistas y líderes en redes sociales.
El votante peruano -de cualquier estrato social- puede ser educado, puede informarse, puede ser silencioso, paciente, puede pensar. Pero hay que ayudarlo. Como en todo. Hay que darle la información con calma, con claridad, sin extremos, sin insultos, sin violencia. Necesitamos silencio. Necesitamos calma. Necesitamos mas la razón que la pasión en esta etapa.
Ojalá este capítulo de “busquemos al salvador” nos salga bien, lo escribamos bien, lo escribamos con autoestima, sin sabotearnos, sin ser la vergüenza de la región, valorándonos, queriéndonos, pensando en lo mejor para todos los peruanos. Ojalá prensa, redes, líderes y analistas entren en este capítulo como actores positivos y no como actores destructivos. Buen jueves.