Las mentiras se descubren
Algunos sectores políticos en Perú han montado por años la estrategia de aparecer como buenos, ingenuos o víctimas. Pero luego -como en todo- se descubre que la realidad es otra. La política peruana está pasando por este proceso: le vamos descubriendo a varios líderes y grupos de izquierda sus mentiras e inmadureces, luego de que nos enrostraron durante años su supuesta perfección. Voy con ejemplos.
1. La mentira de su preocupación por fortalecer las empresas estatales para atender al “pobre”. A ver, fue evidente en los últimos años, como muchos políticos peruanos de izquierda se lanzaron desesperados sobre Petroperú, Sedapal, EsSalud y otras empresas o entidades estatales para usarlas de caja chica. No les interesaba eso de que el Estado cree o gestione empresas para combatir el supuesto “salvajismo” del sector privado. Ese era el cuento. Les interesaba la plata, robársela y repartirla entre sus amigotes.
2. La mentira del amor por la democracia. Merino dio un “golpe”, empezó el Apocalípsis. Castillo dio un golpe, fue un pequeño error, una cosa de niños de primaria. Y esto lo que demuestra es que muchos en la izquierda no aman la democracia sino su agenda ideológica, salirse con la suya. En las protestas contra Castillo de abril 2022 murieron 8 personas, pero nadie en la izquierda se rasgó las vestiduras, y nunca apareció ninguna comisión de argentinos intentando entrar al país para luchar por ellas.
3. La mentira de su austeridad y repudio a la acumulación de riqueza. Viajan a foros, no trabajan, legislan desde la playa, nadie sabe de dónde tienen dinero, se reparten asesorías, se compran departamentos al contado (“al cash”), se la pasan en bares y restaurantes finos, pero critican el estilo de vida del capitalista o el empresario acomodado. Y cada vez el pueblo se da mas cuenta de su incoherencia.
4. La mentira de su preocupación por los pobres. Es notorio que a varios grupos progresistas o de “izquierda urbana” no les interesa combatir la pobreza o la necesidad. Se quedan en su zona de confort, hacen yoga, fuman marihuana, salen de fiesta o dedican su vida a relaciones sociales (o casuales), en vez de comprometerse con los mas necesitados. Si colaboran es para la foto o sentirse bien, quedar bien con los demás… Es notorio porque aprovechan el dolor de los peruanos para hablar de asamblea constituyente, Dina asesina, dictadura, Keiko y la derecha, pero callan sobre la ineficiencia del Estado. Politizan lo que pasa y no hacen nada valioso, mientras miles de familias mueren de hambre.
5. La mentira de su lucha contra la corrupción. En los últimos años, gracias a la prensa, las redes sociales y simplemente a su torpeza, las izquierdas peruanas demostraron ser tan corruptas o más inclusive que nuestras “derechas”. No digo más porque la evidencia abunda. En Perú, la corrupción no tiene ideología y hoy, es más de izquierda que de derecha.
Repasada esta lista de mentiras descubiertas, el mensaje es claro: no creamos en cuentos de víctimas y personas que se creen moralmente perfectas. En política, el cuento de los grupos que creen defender las causas justas, se cae solo. Este proceso de desnudar a los que se hicieron los buenos por muchos años es saludable. Nos educará en el voto consciente. Al político no se le cree, se le vigila. Al político no se le sigue, se le vigila. Al político no se le aplaude, se le vigila. Por algo decidió ser político y correr el riesgo de ser vigilado constantemente. Valoremos lo que somos, lo que pensamos, no nos dejemos manipular o juzgar por líderes que se creen moralmente superiores.