El corazón de Sigrid está con los ricos...
El consenso es claro: para tener un país más unido, en paz, estable y reconciliado, necesitamos que las leyes, normas, la política pública y el dinero de los contribuyentes sea BIEN UTILIZADO por el Estado para poder atender a las poblaciones y personas más vulnerables, el foco es el pobre, no el rico. Al parecer esto no es prioritario para la congresista Sigrid Bazan, y en este diálogo imaginario demostramos por qué….
Sigrid Bazan: “Durante la pandemia, todos fuimos testigos de como las personas hicieron uso de sus seguros privados o buscaban atenderse en clínicas para conseguir una cama UCI y, al final, terminaron con el dolor de haber perdido a un ser querido, y con deudas millonarias, imposibles de pagar”.
La realidad: lamentablemente la pandemia se llevó a millones de personas en el mundo que se atendían SOBRETODO en el sector estatal. Esto porque 9 de cada 10 peruanos se atiende en el sistema público de salud. ¿Por qué la congresista querría poner su foco en las clínicas y aseguradoras privadas? ¿Le preocupan los pobres o los ricos? ¿Será que Miami le cambió un poco la perspectiva de las cosas?
Pero sigamos. El gobierno peruano fue TOP 1 en pérdidas de vidas porque no compró pruebas a tiempo, no las procesó a tiempo, luego no implementó camas UCI a tiempo, ni tampoco compró las vacunas a tiempo, tampoco tenía oxígeno. Un meridiano desastre, pero Sigrid tiene su tesoro en otra parte, no en la vida de los peruanos. Los más pobres perdieron. Esos pobres que en la narrativa de Sigrid no tienen espacio.
Empezando así, no puedes construir una propuesta legislativa que solucione un problema social.
Sigrid Bazan: “Mientras el país sufría, las aseguradores y las clinicas se enriquecían cobrando lo que se les daba la gana”.
La realidad: Cualquier servicio de salud tiene un costo, incluso en el Estado. La diferencia es que en el Estado el servicio se paga con nuestros impuestos y en el sector privado los cubre el paciente con su dinero. Las aseguradoras y clínicas -al igual que el Estado- tenían que cubrir los costos de la atención de una enfermedad desconocida, difícil de tratar, rápida, letal y masiva. Si el Estado hubiera funcionado bien, las aseguradoras y clínicas habrían tenido mucho menos incidencias y atenciones que cubrir.
Por el contrario, quiso monopolizar la atención de pacientes con Covid y por eso murió tanta gente. Repito, no había pruebas, camas, ventiladores, vacunas. Los nombres de Vizcarra y Zamora llegan a nuestra mente cada vez que pensamos en el meridiano fracaso del Estado peruano.
Sigrid Bazán: “hemos presentado un proyecto de ley que busca estimular la competencia y permite mejorar la calidad de los servicios que brinden tanto las aseguradoras y clínicas. ¿Cómo? Planteamos que las aseguradoras privadas puedan tener, directa o indirectamente, solo hasta el 30% de la propiedad de una clínica o centro de salud privado.
La realidad: Poner al Estado a administrar el 70% de un servicio privado, sea cual sea, es algo que ya nadie cree conveniente. Miren Petroperú, miren las empresas de agua y saneamiento, miren como funcionan las municipalidades. No se usa bien el dinero. Hay corrupción, burocracia. ¿Qué espera Sigrid? Que un funcionario del Estado maneje un servicio que ademas es pagado por un cliente con su propio dinero. ¿Con qué derecho el Estado le quitaría al paciente del sector privado su derecho a contratar un servicio libremente. Esto no genera competencia, genera burocracia.
Sigrid Bazan: “Además, las clinicas puedan ofrecer hasta un 30% de los servicios de los planes de salud que ofrecen las aseguradoras. De esta manera, se busca evitar que el poder económico de las aseguradoras termine fijando los precios de los servicios que cobran las clínicas”
La realidad: El tema de fondo aquí es la supuesta integración vertical que existe en el sector privado de la salud. El tema es mucho más complejo y NO se resuelve limitando los servicios que brindan las clínicas. Aquí sí se puede generar más competencia INTEGRANDO el sistema de salud peruano, de modo que los públicos compitan con los privados en ofrecer servicios. Si el Estado tuviera mejores servicios de salud y mejores ofertas de seguros con el SIS, los privados tendrían que bajar sus precios, pero como el Estado funciona pésimo, entonces aseguradoras y clínicas mantienen un mercado en el que además solo se atienden menos de 1 millón de peruanos.
La realidad salió de la conversación. Triste, casi como siempre.
Conclusión: si se trata de generar competencia, eso no se logra restringiendo servicios, libertades o el derecho de los pacientes a contratar el seguro que quieran. Si quiere generar competencia, Sigrid Bazán podría pensar en mejorar la oferta pública para que sea más retadora frente a la privada. Pero eso no le interesa. Parece que Sigrid está pensando en el millón de peruanos con más recursos y bienes del país. No está pensando en los más pobres. Eso es comprensible, si miras al Perú desde el privilegio. Donde está tu tesoro, está tu corazón y el de Sigrid está en Miami o en la playa probablemente.